Para que nunca amanezca
Lucho Gatica consiguió parar el reloj
El de Lucho Gatica ha sido un reloj tardón, pues ha esperado a que el artista cumpliera noventa añazos, para detenerse definitivamente (salvo si hubiera o hubiese Eternidad). De poco sirvieron las súplicas del bolerista al medidor del tiempo, para poner fin a su caminar haciendo la noche perpetua.
Muchos se preguntarán cómo serían aquellas divinas horas, para que el enamorado ansiara que fuesen eternas. (En 1941 se estrenó una película titulada exactamente: 'Si no amaneciera', con Charles Boyer, Olivia de Havilland y Paulette Goddard, en cuyo guión colaboró Billy Wilder, con Franco tan de moda como ahora).
'El reloj', 'Bésame mucho' y muchos más fueron bailables imprescindibles en los guateques de la época. En Madrid, el bailongo casero era el equivalente barato a los de media tarde -en Micheleta, el Biombo Chino, El Chispero-, añorado refugio a media luz de parejas en flor. En esos lugares de consumición incluida (más Naima Cherky, en Morocco), el pick-up no tenía nada que hacer. Ellas y ellos se movían, poquico y agarraos, siguiendo los ritmos de una orquesta que tocaba y se podía tocar. En la memoria quedó para siempre el 'Té para dos', sintonía que usaban los músicos para sus relevos.
La charla junto a la mesita del cubalibre alternaba con salidas a la pista, para aderezar con motivos palpables el enamoramiento. Algún beso que otro en la mejilla era delicia generalmente admitida. Darlo en los labios -a ver si me comprende usted- requería un cierto grado de confianza.
-¡'Igualico' que ahora! ¡No te jode!
Por favor, abuela. Que no es hora de criticar, sino de evocar. Las chicas y los chicos queríamos compartir la misma noche perpetua a la que aspiraba Lucho (Gatica, por cierto, es apellido, no apodo). Era el nuestro un deseo fervoroso, tanto en el guateque casero como en la salas de pago.
-Y ese empeño en parar el reloj...
El propio Lucho lo explica: «Reloj detén tu camino, / porque mi vida se apaga. / Ella es la estrella / que alumbra mi ser. / Yo sin su amor no soy nada. / Detén el tiempo en tus manos, / haz esta noche perpetua, / para que nunca se vaya de mí, / para que nunca amanezca».
-Comprendido.