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Hummus y similares

Pasta universitaria para comer más sano

Lunes, 12 de noviembre 2018

Vivimos tiempos complicados. Pero también es cierto que hay quienes procuran que sean mejores que peores. Vayamos al ejemplo. Una señorita que responde nada menos que por Tâmmila Venzke Klug, se ha doctorado en la Politécnica de Cartagena, universidad con mucha inventiva. Su tesis estudia fórmulas innovadoras de alimentación, a partir de hortalizas y legumbres, en periodo de poscosecha.

-Pues como si me hablara usía en chino.

Me dispongo a traducirle que los productos de poscosecha son los que, estando todavía frescos, corren el riesgo de estropearse, sin provecho para nadie. Las pérdidas ocasionadas al 'pasarse' las frutas y hortalizas son, en países desarrollados, del 5% al 25%. En los que andan aún en vías de desarrollo, los porcentajes suben del 20% al 50%. Mientras eso ocurre, millones de personas malviven en la hambruna.

Lo que propone Tâmmila, brasileña y todo, son fórmulas innovadoras para alimentarse de manera natural, manejando hortalizas y legumbres. Se obtiene así un conjunto de purés, salsas, zumos y una variante de humus, tan sabroso como nutritivo. Y supongo que barato.

-Pero, jefe, los dichos humus me huelo yo que son 'basura orgánica'.

Pare el carro el buen lector y paso a explicarme. Los humus, desde luego, son pura inmundicia. Pero ocurre que la palabra fetén la ha ido adulterando el libre mercado lingüístico, como si dijéramos. Hablando con rigor, tendríamos que decir hummus, que es originariamente una pasta de garbanzos, típica de la cocina árabe, aderezada generalmente con aceite de oliva, zumo de limón, crema de sésamo y ajo.

Las modalidades alimentarias que he referido (y algunas más), componen la oferta de esta doctora, que estuvo asistida para hacer su tesis por los profesores Francisco Artés Calero y Francisco Artés Hernández, a los tengo por padre e hijo. El primero es un prestigioso catedrático murciano, especialista en tecnología de los alimentos. Estuvo un tiempo en la política regional y fue presidente de Unicef. Y Artés Hernández viene a ser, en lo profesional, un calco de Artés Calero. Este curioso trío -ellos dos y la chica- han puesto sobre la mesa una posibilidad nueva (o renovada) de alimentarnos bien alimentados, actuando sobre lo hortofrutícola perecedero. 'Bom proveito', que es como dicen en el Brasil.

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