Consecuencias de un crimen
Es posible que dentro de unos meses ya no quede ningún palestino ni en la franja de Gaza ni en Cisjordania, sea porque Netanyahu y ... su Gobierno los hayan exterminado, o sea porque los que quedasen hubieran logrado expulsarlos. Seguramente, en ese momento, todavía no nos habremos puesto de acuerdo en cómo calificar esa actuación. Algunos la seguirán llamando masacre; otros dirán que ha sido un genocidio. Pero al margen de cuestiones puramente semánticas, lo cierto será que el crimen ya estará consumado. ¿Y cuáles serán sus consecuencias? Algunos pretenderán que se eche tierra al asunto, que se olvide, como se ha intentado olvidar el genocidio de armenios cometido a principios del siglo pasado. Sin embargo, en mi opinión, lo ocurrido en Gaza y Cisjordania será muy difícil de olvidar. Somos muchos los que hemos visto el horror en directo. Y, además, el crimen tendrá consecuencias. Podríamos adelantar ya algunas de ellas:
1. Es posible que se haya logrado eliminar definitivamente la organización terrorista Hamás. Pero eso no significará ni mucho menos que se haya conseguido extirpar el sentimiento anti-israelita del alma de los pocos supervivientes palestinos que queden, y de los muchos musulmanes que seguirán habitando en otros Estados de Oriente Medio. Con sus crímenes, Netanyahu ha sembrado semillas de odio en el corazón de muchos. Y esas semillas terminarán germinando. Los que han visto matar a sus padres, a sus hijos, a sus hermanos, o a sus vecinos, a manos del ejército de Netanyahu, se convertirán en terroristas en el día de mañana, y lucharán encarnizadamente para destruir el Estado de Israel.
El relato que justificará su odio y su fiereza se transmitirá de padres a hijos durante muchas generaciones: antes de la Primera Guerra Mundial, Palestina estaba habitada sólo por palestinos. Allí tenían sus casas, sus granjas, sus campos de cultivo. Inglaterra decidió permitir el asentamiento de judíos en ese territorio que estaba bajo su protectorado. Tras el Holocausto perpetrado por Hitler, después de la Segunda Guerra Mundial, se incrementaron en Palestina los asentamientos judíos, y se fundó el Estado de Israel. Poco a poco, los palestinos, que llevaban allí muchos siglos, fueron siendo desalojados de sus tierras, de sus granjas, de sus casas. Y así hasta el exterminio deseado por Netanyahu. Los gobiernos de Israel, a lo largo de décadas, no han respetado las resoluciones de la ONU, y, con el exterminio del pueblo palestino, han querido hacer imposible la solución de los dos Estados.
Netanyahu pasará a la Historia como el judío que más daño ha hecho al Estado de Israel
Sobre la base de este relato, nacerá otra organización terrorista, que luchará con fiereza contra el Estado de Israel. Será entonces cuando los ciudadanos israelitas llegarán a comprender que Netanyahu ha fracasado en su propósito de extirpar el terrorismo.
2. La segunda consecuencia de estos crímenes que se están cometiendo será, ya lo es, el desprestigio internacional del Estado de Israel. No sólo de su Gobierno, sino de todo el Estado. Netanyahu, con sus crímenes, ha dilapidado el capital moral que tenía acumulado Israel. El Holocausto causado por Hitler había generado una corriente de simpatía a favor de los judíos dispersos por todo el mundo. Se reconoció, a causa de este enorme sufrimiento colectivo, su derecho a organizarse en Estado, aunque fuese a costa del pueblo palestino que estaba allí desde hacía siglos. Se hizo la vista gorda ante ciertos desmanes. Y se pensaba que Israel, rodeada de Estados musulmanes, tenía derecho a defenderse.
El genocidio del pueblo palestino cometido por Netanyahu y su Gobierno ha acabado definitivamente con el apoyo internacional de las personas honradas. Mucha gente dice ahora que en el futuro se negará a ver películas sobre el Holocausto, de esas a las que nos tenía acostumbrados todos los años el cine norteamericano y que financiaban los banqueros judíos, para que la humanidad no olvidase lo que había ocurrido. Y mucha gente, a causa del genocidio retransmitido en directo por los medios de comunicación, ha pedido que Israel sea excluida de las organizaciones Internacionales, o de los acontecimientos deportivos o culturales, precisamente por no respetar los principios éticos y humanitarios en que se funda el Derecho Internacional. Algunos han pedido, incluso, que se rompan relaciones diplomáticas con Israel. Y todo este movimiento, que recoge la convicción de una deslegitimación internacional de Israel, no ha sido sólo cosa de los gobiernos. Muchas sociedades de países democráticos, muchas universidades, y muchas otras instituciones, horrorizados por lo que han visto que ocurría en Gaza, se están negando a mantener ningún tipo de relación con Israel.
Benjamín Netanyahu pasará a la Historia como el judío que más daño ha hecho al Estado de Israel. A partir de lo ocurrido en Gaza y Cisjordania, mucha gente en todo el mundo se cuestionará el derecho de los israelitas a mantener un Estado en Palestina.
3. Y, en fin, la tercera consecuencia debería ser que Netanyahu, algunos de sus ministros y algunos de sus cómplices fueran juzgados por una Corte Internacional por genocidio y crímenes de guerra. Pero dudo mucho que esto llegue a ocurrir. Al menos, mientras Donald Trump esté en la Casa Blanca.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión