La deriva de nuestra izquierda

Divorcio. Teniendo en cuenta que la nuestra es una sociedad más bien de derechas, la izquierda ha de hilar muy fino con los mensajes que transmite porque te arriesgas a que te pase lo que a los demócratas norteamericanos: una panda de pijos de Stanford, que viven como obispos, 'forraos', y que se dedican a decirle lo que tiene que hacer a un empobrecido obrero de New Jersey siempre dándole el coñazo con el insufrible ya rollo 'woke'. Y claro, luego viene un populista y se lleva los votos de calle. Si observas los mensajes constantes de los comunicadores de izquierda que quedan en Murcia tras el tsunami del sanchismo, te encuentras con una serie de consignas repetitivas, blanditas, y sobre temas que no llegan a la población. Una y otra vez, una y otra vez. ¿Por qué? Porque ahí siguen los mismos tíos/tías desde hace 30 años y se les ha pasado el arroz.

Perro viejo no aprende trucos nuevos. Por eso ves una obsesión constante en varios temas: la calidad del aire en Murcia, que si el Puente Viejo... En fin, las mismas cosas. Temas que no llegan al electorado, máxime tras la gran cagada del plan Serrano, que puso la ciudad patas arriba para aumentar, por ejemplo, la contaminación en el barrio del Carmen. Por si fuera poco, no dejan de llamar tontos a los murcianos en una 'brillantísima' estrategia de comunicación que, dicho sea de paso, no sé a quién cojones se le ocurrió. Si vives en la comunidad más conservadora de España y te dedicas a llamar al votante facha y tonto, no te van a votar. Las insinuaciones repetidas a la estulticia del votante murciano porque les gusten las luces de Navidad –¿qué hay de malo en ello?– o que las sillas de Semana Santa estén en su sitio y no en el Reino de Nunca Jamás del colega de un concejal golferas, son constantes. El mensaje ramplón y repetitivo es: miren qué mal están las cosas y siguen votando al PP, son tontos. Pues así le va a la izquierda murciana.

El candidato estrella. Y por si esto fuera poco, tras desarrollar una estrategia de comunicación errónea en la que en lugar de seducir al votante lo insultan, te presentan a Pepe Vélez. Y claro, la gente no es tonta. Les recuerdo que es el hombre que dijo «déjenme engañarles 4 años», hizo una peineta cuando estaba de orador ¡en la Asamblea! o dijo el otro día en sede parlamentaria: «Tú di lo que te salga de los huevos». Pero claro, la culpa es de los murcianos que si no votan a este prócer, son tontos. Pues no, no son tontos. La encuesta de la UCAM no sólo da mayoría absoluta a PP sino que sube Vox. Y baja PSOE (sí, aún más) y desaparece Podemos. Esto es, ha habido un paso directo de votos de la izquierda a la derecha. Pero la culpa es de los murcianos, que son tontos. Les recuerdo algo que ocurrió hace un mes, un nuevo hito del PSRM: Vélez resultó imputado, salió en los papeles y ha sido el primer caso de la política democrática moderna tras la segunda guerra mundial en que un líder político es imputado y sus rivales ¡se callan! No encontrarán ni una sola manifestación de los del PP aquel día. ¡Están encantados con que siga! Un alto cargo del PP me confesó, entre risas, que pensaba afiliarse al PSRM para votarlo como candidato. ¿La otra opción? Conesa... que cuando lideró la oposición pasó tres años desaparecido. ¡Amos ya!