Lanzar más de seiscientos drones y misiles contra una ciudad solo puede considerarse un acto de terrorismo. El segundo mayor ataque contra Kiev en los ... tres años y medio de invasión masiva se cobró una veintena de muertos porque su propósito era matar a civiles y desmoralizar a los supervivientes. El hecho de que entre los objetivos dañados figuren el edificio de la delegación de la Unión Europea y el British Council envía además un venenoso mensaje a los principales aliados de Ucrania. El mundo comprobó, con la cumbre de Alaska, que Estados Unidos está del lado de Vladímir Putin. El autócrata busca ahora aislar al país invadido de sus grandes apoyos militares y financieros, la UE y Reino Unido. Y resulta muy contraproducente que dirigentes comunitarias como Ursula von der Leyen o Kaja Kallas insistan en la evidencia de que los crímenes de Moscú amenazan los 'planes de paz' de Trump. Washington persigue la rendición de la nación atacada, e incluso da pasos, fallidos hasta ahora, para debilitar a Zelenski. Europa solo puede afrontar la amenaza creciente con un respaldo redoblado al exitoso asedio ucraniano a la producción rusa de hidrocarburos.
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