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Lunes 10 de junio

Hace cuarenta y dos años que naciste y tu madre ya no está para felicitarte. Es lo primero que piensas cada cumpleaños desde su muerte. La llamada que no llega. La que siempre esperas. Por mucho tiempo que pase.

Dedicas la mañana a escribir un texto para el nuevo disco de Viva Suecia. Lo has escuchado tantas veces que se te ha metido en la cabeza y no cesas de tararear las canciones. Es incluso mejor que el anterior. Te alegras de su éxito. Y te ilusiona que un texto tuyo acompañe su disco. A pesar de no saber muy bien qué escribir. Al final, inventas algo a medio camino entre lo lírico y lo filosófico. Una manera de compartir la admiración ante lo inesperado y el asombro por lo extraordinario. Eso es 'El milagro' -así se titula el disco-.

Comes con Raquel en Los Cazadores. El pan con aceite y el tocino que se deshace en la boca os sirve como celebración. La siesta de cumpleaños posterior, también.

Visitas a Julia y le llevas unas rodilleras que has comprado por internet. ¿Por qué no vienes a verme, hijico? Es su reproche constante. Y tu excusa siempre es la misma: porque tengo muchas cosas que hacer, Julia. También se lo decías a tu madre. Y lo dices a tu familia y a tus amigos. Te cuesta sacar tiempo para los que están más cerca.

Ves el primer episodio de la última temporada de 'Black Mirror'. Flojito. Después, te encierras en la habitación y, ya de madrugada, intentas terminar el cuento sobre el Real Murcia que esbozaste la semana pasada. El último párrafo se te atraganta.

Martes 11 de junio

Antes de desayunar, el último párrafo del cuento aparece. Te has levantado con la frase en la punta de los dedos. A veces la noche también escribe.

Mañana de tutorías de TFG. Ya comienzan a terminar. También los pactos de gobierno empiezan a perfilarse. Lo peor está a punto de suceder.

Por la tarde, taller de escritura en el Club Renacimiento. Hablas sobre editoriales y agentes literarios. El camino largo después de tener un manuscrito.

Después, cena en casa de Marta. Fajitas, tacos y salsa picante. The National y New Order. Preferís hoy no hablar de política.

Miércoles 12 de junio

Después de varios meses con los provisionales, en el dentista te ponen las prótesis definitivas. Sales de allí como si llevaras un zapato en la boca. Te va a costar acostumbrarte.

En las tutorías casi no puedes hablar. Tampoco demasiado en la reunión con una compañía de teatro que está utilizando tu 'Aquí y ahora' como base para una obra sobre un escritor bloqueado.

Por la tarde, en el taller literario, mientras los dientes se enfrentan con tu lengua, continúas la cartografía del mundo editorial. Por la noche, en casa, te agachas para buscar un libro en la estantería y comienza a salirte líquido por la nariz, como un surtidor. Amarillo fluorescente. Raquel se asusta y tú aún más. Inmediatamente entras en internet. Una inflamación de los senos, parece. El resfriado, que no acaba de marcharse.

Después de ver el final de 'Black Mirror' -una temporada horrenda; la peor, sin duda-, continúas leyendo 'El final del affaire'. En todo momento, lees pensando en la novela que quieres escribir.

Jueves 13 de junio

Vienen a ver tu piso para evaluarlo. Mientras la chica de la inmobiliaria habla sin parar, comienzas a arrepentirte. En esa casa habéis sido felices. Quieres irte al centro, pero percibes una especie de vértigo, una suerte de resistencia secreta a abandonar el lugar en el que habéis creado un hogar.

Por la tarde, club de lectura en Caravaca. Al levantarte de la siesta es lo que menos te apetecía hacer. Sin embargo, merece la pena. La emoción compartida te llena de energía. Y regresas a casa contento y lleno de energía.

Viernes 14 de junio

Mañana de trámites. Para el preoperatorio y para solicitar algunos documentos que necesitan en la inmobiliaria.

Por la tarde, club de lectura en Los Alcázares. De nuevo, te recarga la energía. A veces hablar del libro te deja sin fuerzas. En otras ocasiones, te levanta el ánimo. Estos días has comprobado que ocurre sobre todo cuando la conversación no se centra en el crimen y camina hacia otros lugares, la huerta, tu pasado, la técnica de la escritura. Cuando hablas del libro, te creces. Cuando hablas de la historia, te vienes abajo.

Con María José y Marta recuerdas la época del Cendeac. Las luces y las sombras. Algún día escribirás sobre aquel tiempo.

Vuelves a casa feliz y con embutido casero para varias semanas.

Sábado 15 de junio

De nuevo a la Feria del Libro de Madrid. Hasta Albacete en coche y desde allí en AVE. Te acompaña Raquel. Calculas mal la gasolina y llegas con el contador a cero. Unos metros más y habríais tenido que llamar a la grúa. Es la tercera vez que te pasa. Como siempre, por apurar. En esto y en todo. Algún día te pillará el toro.

Coméis en un vietnamita y después te reúnes con el editor de la Peuplade, a quien conociste en Toronto. Se interesa por 'El instante de peligro'. Le dices que es tu novela preferida. Quizá porque es la que peor ha funcionado. El hijo débil al que más quieres.

Encuentro con André Aciman en la Feria del Libro. Los lectores le preguntan por 'Call me by your name'. Haces cola para que te dedique 'Variaciones enigma'. La novela te enamoró. Un libro auténtico. Delicado. Perfecto.

Te encuentras a Vila-Matas y, mientras lo saludas, alguien te pide una foto. No sabes dónde meterte.

A las ocho, mesa redonda con autores de Anagrama. Marta Sanz, Luisgé Martín y Soledad Puértolas. Lara Hermoso modera con solvencia. Se te pasa en un abrir y cerrar de ojos. Estás a gusto. De nuevo, acude a tu cabeza la sensación de privilegio. Estar ahí. Y actuar como si pertenecieras a ese mundo.

Después, cena tranquila en un japonés con Sergio, Silvia, Luis, Raquel y Axier. Literatura, familia y amistad. Antes de irte a la cama, pasas por la fiesta de la Osa Moña. Allí están todos. La noche se alarga, pero no bebes demasiado. Te acuestas lúcido y no tardas en dormirte.

Domingo 16 de junio

Firmas temprano. Llegas incluso antes de que abran las casetas. Eres un profesional, te dice tu editor de Fórcola. La mañana es serena. Después, continúas las firmas en Anagrama. Ha pasado un año y pico desde que saliera tu novela, pero algunos lectores aún se pasan a charlar.

Raquel compra varios libros y disfruta de la feria. Al salir te encuentras con María Tena. Te pregunta si estás escribiendo. Qué difícil es escribir después de un éxito, ¿verdad? ¿No sientes la presión? Es difícil, sí, contestas. Pero la presión no existe. No vives de esto. Simplemente dejarás que salga la historia, la próxima historia. No piensas en hacer ahora una obra maestra. Tampoco lo pensaste para 'El dolor de los demás'. Escribiste la historia que necesitabas escribir. Lo único que tienes claro ahora es que quieres disfrutar con lo que escribes. El único error sería eliminar el placer de la escritura.

En el tren de vuelta, le das varias vueltas a la conversación. Sientes el deseo de escribir. Eso es lo realmente importante. Y escribir sobre ese deseo es la clave para que no se extinga. Tal vez eso sea este 'Tiempo por venir': un preliminar largo y dilatado. Antes del gran coito narrativo.

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