¿Quién debe morir?
Pensé que Facebook (la única red que uso, y poco) podía ser útil para debatir temas sociales o éticos
Durante la pandemia de 2020, especialmente cuando estábamos todos encerrados (bueno, algunos imbéciles se empeñaban en salir a la calle porque sí, «porque me da ... la gana»), en aquellos días, digo, las redes sociales se demostraron útiles como única vía de contacto y para abrir interesantes debates o conmovedoras aportaciones literarias o musicales, por ejemplo. Es cierto que hubo mucho «aprovechategui» que con la excusa de la solidaridad nos colocó pelmazamente sus productos, fuesen en forma de espantosas pinturas o de horrendos poemas domingueros.
El caso es que pensé que Facebook (la única red que uso, y poco) podía ser útil para debatir temas sociales o éticos. Un día, mientras la gente se moría a chorros en todas partes, sobre todo en hospitales y residencias de ancianos, lancé esta pregunta moral: como los hospitales están repletos, como faltan sanitarios, fármacos y mascarillas (ay, las mascarillas),¿podría ser que se acabe eligiendo entre los que «merecen» vivir y los que deben morir?
Bien, yo lo había planteado como una simple hipótesis futura, pero a los pocos días comenzaron a salir las noticias sobre lo que estaba ocurriendo en las residencias, mayormente en Madrid, pero no solo. Ahora bien, yo planteaba una posibilidad radicalmente moral: como en una teoría de la evolución, en casos en los que no hubiese sitio para todos, en este caso en un hospital, tendrían que salvarse los más fuertes, mientras que a los que tuvieran menos posibilidades de sobrevivir habría que dejarlos morir para dejar espacio y recursos a quienes tuvieran mas perspectivas de vida.
Otro asunto, claro, es que hayamos sabido que en los casos de los llamados «protocolos de la muerte» la decisión haya sido tomada exclusiva y groseramente economicista: si tienes dinero y te has podido pagar una residencia privada, te salvas, si no, te vas 'palante'. Este asunto se había archivado y ahora reabierto por jueces. No conozco bien el tema ni sabemos qué ocurrirá finalmente, de manera que no quiero manifestarme todavía de manera extrema, aunque la cosa huele mal.
Las personas, en determinada situación, pueden incluso desear la muerte, y es un derecho humano vital, y además sigue siendo debatible si en situaciones extremas hay que elegir quien vive o no. Otra cosa es que se nos 'animalice' hasta hacer que acabemos devorándonos unos a otros por sobrevivir. Y más espantoso aún sería saber que la cuenta corriente es lo que ha decidido quién vive y quien no.
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