Borrar

'Parole, parole, parole'

Tirando a dar ·

Según el doctor Manuel Martín-Loeches, la 'inocente' costumbre de quejarnos por todo cambia, para mal, nuestor cerebro reduciendo el tamaño del hipocampo

Sábado, 11 de mayo 2024, 08:13

Hace unos añitos y unos cuantos meses, bastantes, la intérprete italiana Mina cantaba una bonita canción que se titulaba 'Parole, parole, parole', o sea, palabras ... y más palabras sin llegar a nada referidas a una pareja amorosa. En nuestro refranero eso equivaldría a 'del dicho al hecho hay gran trecho'. Tanto en uno como en otro caso parece que las palabras son inocentes o carecen de mayor importancia. Nada más lejos de la realidad. Las palabras nunca pecan de inocentes, puede que las pronunciadas se las lleve el viento, al contrario de las escritas, pero la palabra es poderosa, capaz de sanar, de salvar vidas, de iluminar, tal y como lo explica el padre de la logoterapia, Viktor Frankl, en su afamado libro 'El hombre en busca de sentido', pero... la palabra también posee el poder de matar. Basta que nos den un diagnóstico equivocado sobre una enfermedad que nos limita la vida para que desarrollemos esos síntomas y nos vayamos al otro barrio en el tiempo que lo hubiéramos hecho de haber atinado el facultativo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad 'Parole, parole, parole'