La semana pasada Patricio Pron explicaba en un artículo muy interesante cómo las 'big tech' explotaban a los creadores, obligándoles a aceptar retribuciones ínfimas para ... existir digitalmente. Estas grandes tecnológicas, entre las que se encuentran YouTube, Spotify, Apple, Disney, Google, Ticketmaster... y también Amazon, se han hecho con el control del mercado, consiguiendo que los creadores cobren cantidades pírricas por su trabajo.
Patricio Pron pone un ejemplo en el artículo. Por los 63 millones de reproducciones en 24 horas de la canción de Shakira con BZRP, Shakira habría cobrado algo más de cuarenta y tres mil dólares, es decir, 0,00069 dólares por reproducción a repartir entre BZRP y ella. Sin embargo, las tarifas no son iguales para todos. Seguramente Shakira, como el resto de creadores 'mainstream', gocen de un trato especial en YouTube. Impiden así que los nuevos artistas se labren una carrera. Las condiciones nunca son iguales para todos.
En el mundo editorial existen las llamadas editoriales 'big five', es decir, Penguin Random House, HarperCollins, Simon & Chuster, Hachette y MacMillan, a las que se añade, por supuesto, Amazon. Estas se han apropiado del mercado editorial, los audiolibros y el libro electrónico.
En el negocio editorial encontramos, por una parte, a escritores y editoriales, por otra, a los lectores. En medio están las grandes corporaciones, que han creado un capitalismo de punto de estrangulamiento, que les permite obtener beneficios de ambas partes.
Veamos cómo Amazon se adueñó del negocio de los libros. Jeff Bezos se presentó como una alternativa a las grandes cadenas de librerías. En 2007 creó la primera plataforma de autopublicación, Kindle. Animó a los escritores a que publicaran sus historias sin necesidad de editorial. El objetivo era que hubiera muchos libros disponibles. El amplio catálogo animó a los lectores a comprar a través de Amazon. Las editoriales, entonces, no tuvieron más remedio que unirse a la plataforma.
Una vez conseguido el monopolio, Amazon empezó a exigir más dinero a los editores para que los algoritmos recomendaran sus libros. Esto ha pasado también con los autores autopublicados. Hace poco Amazon instauró un sistema por el que los autopublicados tienen que pagar por el posicionamiento de sus libros. En resumen, editores y escritores trabajan para Amazon. Amazon ya no es un proveedor, Amazon es el jefe.
En este momento, Amazon está detrás de uno de cada dos libros vendidos en Estados Unidos y controla hasta el 80% de las ventas de numerosas editoriales.
Por favor, compren en las librerías de su zona. Devuelvan el negocio a sus creadores.
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