Una brújula para la UE
Primera plana ·
El Gobierno regional tiene que ser proactivo para no quedarse descolgado de la nueva estrategia de Bruselas con la que quiere recuperar competitividad y cerrar la brecha con EE UU y China, especialmente ahora que tiene a punto de salir del horno sus leyes de universidades y de ciencia, así como su plan estratégico industrialSi Trump logra colocar un astronauta estadounidense sobre la superficie de Marte, quizá allí habrá un astronauta chino que le estará esperando para preguntarle: «¿Por qué has tardado tanto?». Lo dice con ironía Thomas Friedman, tres veces premio Pulitzer, al analizar el fenómeno de la 'startup' china DeepSeek, que ha sacudido esta semana el mundo económico al presentar un modelo de inteligencia artificial mucho más barato y tan avanzado como el de las grandes tecnológicas estadounidenses, que han requerido mucha más financiación, potencia de computación y tiempo de desarrollo.
Este avance tiene múltiples lecturas. La primera es que refleja cómo la carrera tecnológica es hoy una competición solo de Estados Unidos y China, pero al mismo tiempo revela que el dominio de las grandes tecnológicas estadounidenses puede ser desafiado por firmas europeas de menor tamaño que apuesten por la investigación, dispongan de talento y suficiente capital. No todo está perdido para la UE, que debe reaccionar para asegurarse su competitividad y prosperidad. El pasado miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó precisamente la hoja de ruta que marcará toda la estrategia del nuevo Ejecutivo comunitario durante los próximos cinco años. Condensado en un documento de 27 páginas, esta iniciativa que lleva por nombre 'Brújula para la Competitividad' reconoce que Europa ha perdido el paso en las últimas décadas por su lento crecimiento en productividad. Los 27 se han quedado muy atrás en tecnologías avanzadas respecto a Estados Unidos, mientras China ha acortado distancias y lidera ciertas áreas emergentes que son críticas. En la raíz de este déficit, reconoce el documento, está la falta de innovación y la incapacidad para convertir nuevas ideas en tecnologías emergentes con potencial comercial e integrarlas en el sector industrial. El informe subraya que la libertad, la seguridad y la autonomía cada vez dependerán más de la capacidad que se tenga para innovar, competir y crecer, tal y como diagnosticó el informe elaborado por Mario Draghi a petición del Ejecutivo europeo.
La nueva estrategia propone recuperar el ciclo virtuoso de la innovación, facilitando el acceso a más capital riesgo y eliminando barreras regulatorias y cargas administrativas, como la obligación impuesta a las empresas de presentar información sobre sostenibilidad. El objetivo es reducir al menos en un 25% la tramitación administrativa para las empresas, un 35% en el caso de las pymes, especialmente en los procesos de obtención de fondos y respuesta administrativa de Bruselas. Más vale que se haga bien y pronto porque es incuestionable que el laberinto burocrático europeo es un lastre pesado para la competitividad empresarial.
En esta nueva estrategia hay un plan específico para que Europa no se quede fuera del desarrollo de la inteligencia artificial y ya se han consignado fondos para un plan, que se presentará a principios del próximo año, junto a otro para fomentar el uso de la IA por parte de las empresas (ahora solo lo hace un 13%).
La Región de Murcia tiene que estar atenta y ser proactiva para no quedarse descolgada de esta necesaria apuesta europea. Especialmente ahora que el Gobierno regional tiene a punto de salir del horno las leyes autonómicas de ciencia y de universidades, así como su plan estratégico industrial. La Región tiene científicos y docentes talentosos en las tres universidades, una generación de jóvenes que salen bien preparados de estos centros, un área emergente relacionada con la tecnología dual del sector de la Defensa y numerosos campos de aplicación de la IA en sectores como la agroalimentación, la energía, el transporte y la gestión del agua, entre otros. La Comunidad ya inició el verano pasado un plan de impulso de la inteligencia artificial y la ciberseguridad de las pymes regionales, del que se han beneficiado 78 empresas. Es un esfuerzo que debería continuar, junto al plan para la incorporación de la IA a la administración pública.
En el documento hay pocas referencias a la agricultura. No será hasta el 19 de febrero cuando la Comisión Europea presente su nueva estrategia agroalimentaria, un asunto de especial relevancia para la economía regional, aunque aparentemente la agricultura ocupa un papel testimonial en la 'Brújula para la Competitividad'. Se sabe que se propondrán medidas para reducir la carga burocrática a los agricultores y a los organismos reguladores, pero no parece que vaya a haber grandes cambios en lo sustancial, pues se mantienen como prioritarias las políticas de sostenibilidad, resiliencia y adaptación para preservar la seguridad alimentaria frente a las sequías, lluvias torrenciales y otros fenómenos extremos relacionados con el calentamiento global. En el segundo trimestre de este año, Bruselas presentará también una estrategia de resiliencia sobre agua, otro apartado crítico para la Región que ocupa solo unas líneas en este informe. Esperemos que eso no sea una señal. Lo contaremos.