Juan Álvarez: «Hay que ser un superhéroe para luchar contra los elementos en esta Región, que son muchos»

–¿Qué relación existe, si la hay, entre su sensibilidad artística y su sensibilidad medioambiental?

–La relación es esa, la sensibilidad. Hay que tener sensibilidad para crear y para ser una persona empática con nuestro entorno. Yo no me puedo imaginar a alguien creativo, sensible, siendo un irresponsable con el medio ambiente, no apreciando la naturaleza. Yo, por primavera, cuando termino algún trabajo o hago un descanso, me asomo al balcón y estoy deseando ver cómo nacen las hojas verdes de las moreras de mi calle. Es precioso ese renacer. Cuando veo que las podan en invierno, las dejan que parecen sin vida, me entristece muchísimo.

–En todo caso, da la impresión de que sus dibujos son más urbanos, ¿no da mucho juego la naturaleza para sus creaciones?

–Es verdad. Aunque siempre he tenido una relación maravillosa con la naturaleza. En mi niñez, en Mula, recuerdo disfrutar de excursiones furtivas con amigos. Nos adentrábamos en caminos ignotos entre huertos, llegábamos hasta el río entre cañas, descubríamos cuevas,... me fascinaba. Recuerdo ver un ave extraña que nunca había visto, en una rama, era una abubilla, con aquella cresta. Cuando me casé, viví en la huerta, entre Los Dolores y Beniaján. Una casa en bajo, junto a la acequia de Alguazas. Ver crecer a mis hijos entre higueras, moreras y sonidos de ranas fue impagable. Pero también asistí al deterioro progresivo de la huerta. Algún día haré algo contando esos momentos. Pero sí, me interesan mucho las relaciones humanas en el mundo del asfalto.

–Usted ha dibujado algunos arquetipos de gañanes murcianos en su catálogo 'Diosas y gañanes'. ¿Cómo dibujaría a los gañanes murcianos que se están cargando el medio ambiente?

–Los dibujaría como en el libro 'Diosas y gañanes', con esa cara y ese cuerpo, porque esos no piensan en el cuidado de su entorno, no hay más que verlos, pero a otros los haría con traje.

–¿Quiénes son?

–Todos, son todos. No se entendería el deterioro del medio ambiente en la Región sin la connivencia de todos, desde abajo hasta arriba. No son solo las multinacionales, son hasta los pequeños gestos, porque eso dice mucho del individuo, de lo que le importa, de lo que tiene en su cabeza. El otro día, a un chico en la puerta de mi casa, se le cayó algo al suelo mientras se ponía una masacrilla; lo que se le había caído era otra mascarilla vieja. Bien, le dije que se le había caído algo a la acera y me dijo, con toda naturalidad, que no se le había caído, que la había tirado. Le conminé a que la tirara a la papelera y fue entonces cuando se percató de su mala acción. O sea, que son absolutamente inconscientes de sus actos, no ven mal en lo que hacen. Tremendo.

–Pero también están los que se parten la cara por defender la naturaleza en la Región, ¿cómo dibujaría a estos?

–A esos los dibujaría como a superhéroes, sin duda, porque hay que serlo para luchar contra los elementos de esta Región, que son muchos. O los dibujaría como ejemplares Quijotes. También haría un cartel con esa estética de los años veinte y treinta, tan de los países del Este, con esos hombres y mujeres grandes y fuertes, con la camisa 'remangá' enseñando poderosos bíceps.

–¿Vamos a mejor o a peor en nuestra sensibilidad por cuidar el planeta?

–Vamos a mejor en la sensibilidad. Creemos que hay menos, pero eso es porque somos más conscientes de la fragilidad y de las amenazas. Somos más conscientes de los poderes que hay a los que no les importa el medio ambiente, les importa el dinero. Ahora, desde el colegio, se educa muy bien en el cuidado y protección del medio ambiente. Esto era impensable hace años.

–En su caso, ¿qué hace en su día a día por el cuidado de nuestro medio ambiente?

–Como urbanita que soy, empiezo desde la casa: a controlar el gasto de energía, cuidar el gasto del agua procurando fregar controlando el chorro. Poner pocas lavadoras, intentando acumular mucha ropa a tal efecto, seleccionar la basura, papel, plástico, orgánico. No tengo secadora ni lavavajillas. Y también, como animal que soy y por tanto parte de la naturaleza, salgo al balcón a tomar el sol.

–¿Qué paisaje natural de la Región se merece un retrato?

–Junto con mi compi Jorge hemos realizado cantidad de exposiciones con la naturaleza como protagonista. Lo que más hemos realizado han sido paisajes de costa, sobre todo de Cartagena y Mazarrón. Me encanta el mar. Yo te diría, de todas formas, que dos espacios bien distintos, uno sería Calblanque y otro el paisaje de almendros en flor con Sierra Espuña de fondo, en Casas Nuevas, en Mula.

–Si quieres completar este dibujo con un trazo más, hazlo.

–Que ojalá haya un empeño mayor para educar a los niños en la protección de la naturaleza. Y esa educación debe partir desde la escuela y desde la familia.