María López Mayol: «Quiero introducir caballos en los montes para favorecer el equilibrio forestal»
«Trabajo en el desarrollo de la consciencia y la inteligencia emocional a través de dinámicas en las que intervienen estos animales»María López Mayol Equinoterapeuta y escritora
LA VERDAD
MURCIA.
Martes, 20 de septiembre 2022, 00:20
Tras un largo periodo como periodista en algunos de los principales medios de la Región, María López Mayol (Murcia, 1973), ha centrado su actividad ... en la equinoterapia, aunque ella remarca que sobre todo es «cuidadora de caballos». Su singular y respetuosa forma de trabajar con estos animales le ha llevado a impartir clases en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, y a realizar demostraciones en el mayor evento ecuestre del país, el Madrid Horse Week, entre otros. Su experiencia periodística y el amor equino los ha unido en dos libros: 'La mujer que aprende de los caballos' y 'Lo que necesitas saber antes de tener un caballo'.
–¿Qué le llevó a dejar un trabajo seguro en un destacado gabinete de comunicación y arriesgarse a vivir de los caballos?
–El corazón. Durante años compatibilicé mi trabajo en comunicación corporativa con el cuidado y la educación de caballos, pero llegó un momento en que sentí el impulso irrefrenable de estar más tiempo con los caballos, porque siempre que estaba a su lado el estrés y las preocupaciones se disolvían.
«Procuro escuchar a estos grandes herbívoros y eso, por desgracia, no es muy frecuente»
–Su actividad con estos animales, además, es muy particular. ¿Qué hace de especial?
–Procuro escuchar a los caballos y eso, por desgracia, no es muy frecuente. La mayoría de personas, cuando están con un caballo, no tienen en cuenta qué quiere el animal ni su estado emocional, solo les importa que haga lo que ellas desean. Una parte de mi actividad profesional es el desarrollo de la consciencia y la inteligencia emocional a través de dinámicas en las que intervienen caballos, y ahí es esencial observar y escuchar a los caballos que participan. Son juegos en los que no se monta al caballo, y en los que él elige qué quiere hacer.
–¿Cómo ha llegado a llevar su propuesta a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo?
–Conocía a una persona que llevaba la programación de los cursos de verano de esa universidad y le propuse hacer un taller de comunicación no verbal y cómo esta influye en nuestras relaciones. El taller tenía una parte práctica con caballos, ya que son seres cuya comunicación se basa exclusivamente en el lenguaje corporal y energético. Tuvo tan buena acogida que tuvimos que triplicar las plazas y aún se quedó gente fuera. Fue el curso que más interés despertó, tanto que se inscribieron participantes de 18 a 70 años, entre los que había catedráticos, jubilados, médicos, estudiantes de criminología y amas de casa. Lo pasamos muy bien.
– Creo que tiene alguna propuesta para usar caballos en la limpieza de nuestros terrenos forestales para prevenir incendios. ¿En qué consiste?
–En introducir caballos en los montes. Mi intención es hacer pastoreo equino. El caballo es un animal herbívoro, que debido a su gran tamaño, entre lo que come y lo que pisa, puede devolver el equilibrio a las zonas forestales, eliminando la hierba y el matorral bajo. Un caballo de unos 500 kilos puede comer 75 kilos de pasto al día, mientras que una oveja come mucho menos porque es más pequeña y rumiante. Además, el estiércol de caballo es un abono extraordinario para el suelo. De hecho, no solo se están usando los caballos para conservar los montes, conozco varias fincas de olivo ecológico que tienen caballos sueltos para mantenerlas, ya que con ellos no necesitan ni herbicidas ni abonos ni labrar la tierra.
–¿Hay precedentes similares?
–Sí. Personalmente conozco varias. En Zaragoza, el pueblo de Biel ha cedido a la protectora de caballos ADE más de 2.000 hectáreas de bosque para liberar caballos rescatados que ayuden a la conservación del monte. El municipio de Piornal (Cáceres) ha cedido también cerca de 900 hectáreas de monte a un proyecto en el que se estudia a los pottokas, una raza de caballos autóctona del País Vasco. En Burgos, cerca de Atapuerca, hay otro en el que además tienen vacas y bisontes. De hecho, tener caballos en los montes es algo que se lleva haciendo muchísimo tiempo en el norte, especialmente en Galicia y Asturias, donde los propietarios de estos animales los sueltan en espacios municipales o comuneros para evitar incendios. Me encantaría poder hacer algo similar con mi grupo de caballos en alguna zona de la Región de Murcia y, si no encuentro por aquí, buscaré por Alicante y Albacete.
«La vida en contacto con la naturaleza te permite ver que todo guarda un equilibrio»
–Su cambio de rumbo profesional también le supuso cambiar su vida urbana por otra nueva en el campo. ¿Qué de bueno y qué de malo le ha traído?
–Lo mejor es el contacto con la naturaleza. La vida en el campo te permite ver que la vida tiene su propio ritmo y que todo guarda un equilibrio. Únicamente a veces echo de menos tener más cerca los teatros y centros culturales, pero la verdad es que cada vez tolero menos la vida urbana porque me resulta muy ruidosa y estridente.
–¿Con qué rincón natural de la Región de Murcia se queda?
–Hay muchos rincones que no conozco, por ejemplo, la zona de Cabo Tiñoso, donde estoy ahora. No la conocía y es preciosa: un valle rodeado de calas vírgenes. Pero hay un lugar que me parece espectacular, el Campo de San Juan y la zona de Hondares vista desde las cuevas de Zaén.
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