Rafael Partera: «Un pescador conservacionista antepone el respeto al río a sus propias capturas»
«Cada vez hay más gente dispuesta a afear la conducta de quienes maltratan el Segura», asegura el miembro de la Asociación para la Conservación Piscícola y de los Sistemas Acuáticos del Sur (Acpes)
Ginés S. FORTE
Murcia
Miércoles, 13 de octubre 2021, 00:12
Este miembro de la Asociación para la Conservación Piscícola y de los Ecosistemas Acuáticos del Sur (Acpes), y de la más local Río Ríe, conoce ... de primera mano qué se precisa para mantener sano un curso natural de agua, gracias a su intervención voluntaria en la limpieza y repoblación de ríos dentro de los proyectos de recuperación Life financiados con fondos europeos Segura Riverlink, Ripisilvanatura e Invasaqua.
–¿Cómo es un pescador conservacionista?
–Un pescador conservacionista antepone el respeto al medio y al río antes que a sus propias capturas, e intenta que el pez sufra lo menos posible y pueda continuar su vida como antes de ser pescado. Para eso, yo practico la modalidad de pesca sin muerte; es decir, de captura y suelta, y los anzuelos en los que montamos nuestras imitaciones de insectos no llevan el arponcillo final. Son los llamados 'anzuelos sin muerte', que te permiten desanzuelar al pez de forma rápida y sin desgarres.
–¿Cómo ve la salud del Segura? ¿Está tan recuperado como se nos suele decir? ¿Qué le falta?
–Indudablemente, la salud de los ríos ha mejorado con respecto a años atrás. En las zonas altas más que en las bajas. Supongo que es gracias a la labor de las depuradoras y la prohibición y control de vertidos agrícolas e industriales. Pero me preocupa el traslado de las empresas agrícolas intensivas a zonas altas, como Calasparra, Moratalla y Cieza, ya que se puede producir el mismo efecto que en el Mar Menor. Me refiero a la contaminación y saturación con nitratos de los acuíferos de estas zonas, como el Sinclinal de Calasparra, que revertiría directamente en el río. Para mi gusto, siempre ha faltado vigilancia y mano dura con los infractores.
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–¿Cree que la ciudadanía presta suficiente atención a este río?
–Cada vez la gente está más concienciada con el río, aunque todavía existen energúmenos que piensan que el río es un basurero. Pero también hay más gente implicada en tareas de voluntariado y dispuesta a afear la conducta de aquellos que maltratan el río. Mi mujer, María José, que pertenece también tanto a Acpes como a Río Ríe, es maestra en Primaria y es la responsable de medio ambiente de su colegio, y me dice: «Yo cuando puedo meto baza». Pero creo que no es suficiente y debería existir en esos niveles una asignatura que enseñe a los niños y niñas desde muy temprano a respetar y conocer el medio ambiente. La educación de la gente es primordial para que en un futuro dejemos a nuestros hijos un río limpio, natural y lleno de vida.
–Usted es uno de los promotores de Río Ríe; ¿qué es Río Ríe?
–Río Ríe es una asociación local de Cieza que en sus inicios y gracias a la labor de José Carlos Martínez Cano, que ya no se encuentra entre nosotros, juntó a una serie de chicos y chicas, y algún maduro con espíritu joven, para denunciar las tropelías que se cometían contra el río y realizar tareas de limpieza y repoblación, tanto del río como de sus márgenes, ya sea por propia iniciativa o colaborando con otras asociaciones como WWF o ANSE.
–¿Qué tienen en común la Región de Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha para que una organización ecologista como Acpes las defienda exclusivamente a las tres?
–Lo más evidente que tenemos en común entre las tres comunidades es el propio Segura, ya que en algún momento de su recorrido pasa por las tres. Acpes empezó en Andalucía como una asociación de pescadores que pensábamos que ante la cantidad de tropelías que veíamos en nuestras jornadas de pesca y la evidente falta de vigilancia, ¿qué mejor vigilancia que nosotros mismos? Después se unieron a la asociación personas que no eran pescadores, de ahí que pasó de ser una asociación de pescadores conservacionistas a serlo únicamente conservacionista, aunque la mayoría seamos aún pescadores. Como los socios pertenecen a distintas comunidades, se decidió fundar la rama murciana y la castellano-manchega, aunque tenemos socios en Castellón, León, Extremadura e incluso un irlandés y otro en Australia.
–¿Tenemos la misma preocupación los murcianos que los andaluces y manchegos sobre los asuntos medioambientales?
–Indudablemente, creo que en toda España es la misma y lo tenemos comprobado, ya que pertenecemos a Unipesca, una unión de asociaciones de pescadores de toda España que tienen como objetivo la defensa y la protección de los ecosistemas acuáticos. También colaboramos con otras asociaciones similares como AEMS Ríos con Vida, y en todas ellas las preocupaciones generales son las mismas.
–¿Qué rincón natural de la Región de Murcia es su preferido?
–Sin duda el rincón donde tengo la suerte de vivir, que es la zona del Cañón de Almadenes y, en especial, la zona que llamamos el Río Muerto, que paradójicamente está cada vez más vivo.
–En su condición de amo de casa, desmienta por favor a quienes aún puedan creer que eso no es un trabajo.
–Cuando decidimos venirnos a vivir al campo los dos trabajábamos, mi mujer es maestra y yo trabajaba de técnico de riesgos laborales en Murcia. Al tomar esta decisión pensamos que para llevar una casa de campo con animales y alguna tierra uno de los dos tendría que dejar de trabajar como asalariado, y dos factores fueron los determinantes: uno era quién ganaba más y tenía un trabajo seguro, ahí ganaba mi mujer, y el otro quién sabía y le gustaba cocinar, y ahí ganaba yo. Así que pasé a amo de casa, teníamos menos dinero pero ganábamos calidad de vida. En cuanto a más tiempo libre, yo diría que tienes la suerte de repartirlo mejor, pero cuando salgo de pesca, ya sea para un día o varios, la comida para esos días se tiene que quedar hecha.
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