Francisco Javier Martínez: «Los habitantes del medio rural son los verdaderos guardianes del paisaje»

–¿Qué relación tiene su actividad como monitor de tiempo libre y su sensibilidad medioambiental?

–Como monitor siempre he utilizado herramientas de sensibilización medioambiental en las actividades que he realizado, y también ha sido un objetivo. Se puede enseñar y concienciar de una forma lúdica, en todas las etapas, desde la infancia hasta la edad adulta.

–Ahora que somos más urbanitas que nunca, ¿qué importancia sigue teniendo el medio rural en la conservación del medio ambiente?

–El medio rural y sus habitantes se encargan en la mayoría de los casos de la conservación de su entorno, tal vez por su interacción directa con él y porque en muchos casos viven de él. Se habla mucho de la despoblación rural y creo que es fundamental contar con sus habitantes para la conservación de la naturaleza. Hay que escucharlos y atender sus demandas. Ellos han sido durante siglos los verdaderos guardianes del paisaje y la biodiversidad. Muchas cosas que hoy se encuentran en buen estado han sido gracias a ellos, y lo han hecho de una manera sostenible. No se puede separar el mundo rural de la conservación, es indivisible. Somos más urbanitas, sí, pero muchos venimos del campo, de lo rural, y volvemos.

–¿En qué consiste el proyecto 'Raíces del agua' que lleva entre manos?

–Esta iniciativa consiste en la creación de un catálogo-inventario de manantiales y fuentes, y de distintos elementos del patrimonio hidráulico material e inmaterial asociados a la cuenca del río Segura para divulgarlos y ponerlos en valor. Se trata de un espacio de encuentro, participativo, colaborativo, consultivo y 'online', en el que los usuarios son los verdaderos protagonistas en su creación. Lo que busca es crear un canal abierto a la participación, la creación y la difusión a disposición de todas las personas y entidades que quieran o sientan la necesidad de dar a conocer, compartir o colaborar en la recuperación del rico patrimonio hidráulico y natural que atesora la cuenca del río Segura y que utiliza el agua como elemento vertebrador de un territorio. Para mí es un proyecto tan ilusionante como ambicioso.

–¿Conoce la sociedad murciana el verdadero valor de su agua o solo somos capaces de ponerle un precio económico?

–En mi opinión, no se conoce lo suficiente. Se habla del agua hoy día en términos económicos y casi exclusivamente para la agricultura. Pero la verdad es que tiene otros valores asociados, como la cultura, la historia, la etnografía, distintos oficios, arquitectura y, por supuesto, el patrimonio natural; que en las últimas décadas no se le ha dado la importancia que tiene. Hay mucho por hacer para que la sociedad murciana conozca y preserve este patrimonio.

–¿Qué nos falta por hacer para conservar los manantiales que todavía nos quedan?

–Muchísimo, las fuentes y manantiales de la Región de Murcia están francamente maltratados, muchas fuentes están abandonadas y el número de manantiales secos y casi desaparecidos sigue en aumento. Y lo peor de todo es que no tienen retorno. Se debería hacer un análisis de la situación en la que se encuentran para corregir las amenazas y los impactos negativos que sufren, como abandono, suciedad, vertidos, usos inadecuados, sobreexplotación de acuíferos. La custodia del territorio puede ser una fórmula para la mejora de su conservación, que la propia sociedad ayude a su conservación.

–¿Van a cambiar los efectos del calentamiento global nuestra relación con el agua?

–Seguramente sí, aunque a corto plazo no tanto como el uso o abuso que hacemos de ella. Un ejemplo es el cambio en el uso del suelo en la agricultura, el cambio de agricultura de secano a regadío o de extensivo a intensivo y las extracciones sin control e ilegales. En la Región donde vivimos deberíamos tomarnos más en serio el tema del agua y tomar medidas inmediatas. Es una urgencia.

–¿Cuál es su rincón natural preferido de los que tenemos en la Región de Murcia?

–Aquí voy a tirar para casa: en general me quedo con todo el Noroeste de la Región de Murcia, con sus montañas, sus ríos, sus paisajes agrarios. Pero cualquier rincón con una pequeña fuente escuchando el agua a la sombra de un chopo me vale.