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Ejemplares de la especie 'Camponotus vagus'. DANIEL GARCÍA
20.000 kilómetros tras las hormigas

20.000 kilómetros tras las hormigas

El mirmecólogo Chema Catarineu ha concluido un trabajo de siete años, y sin precedentes, para investigar la presencia de estos insectos en la cuenca del Segura

GINÉS S. FORTE

Martes, 15 de octubre 2019

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Las hormigas recuerdan a menudo a las personas en su comportamiento. Y no siempre para bien. Entre ellas se citan especies que emprenden guerras, otras que explotan a otros insectos -como granjeros- o que ocupan otros hormigueros para vivir a cuerpo de rey del trabajo ajeno sin mover una pata. Incluso algunas someten a otras especies a tal régimen que se las puede calificar directamente de esclavistas. Y también hay reinas que toman el poder de otras colonias tras decapitar a la soberana defenestrada. Otro rasgo importante, en cambio, las separa de los humanos: su presencia en general beneficia al entorno. En palabras del mirmecólogo (investigador de hormigas) Chema Catarineu, actúan como ingenieras de ecosistemas, afectan a la estructura y composición del suelo: «Son las principales depredadoras de insectos y otros artrópodos. Son las principales carroñeras de pequeños invertebrados, participan en la dispersión de semillas, y mantienen numerosas relaciones mutualistas con plantas, otros insectos, hongos y bacterias».

En 2012 este biólogo, junto con el profesor de la Universidad de Granada Alberto Tinaut, cifró en 77 el número de especies de hormigas en la cuenca del Segura (36 más de las consideradas hasta ese momento). Ahora, siete años y en torno a 20.000 kilómetros después, muchos de ellos recorridos por pistas a lo ancho de la casi totalidad de la Región de Murcia y parte de las provincias de Almería, Granada, Jaén, Albacete y Alicante, Catarineu ha añadido 37 especies más. Es el fruto de un ingente trabajo que ha presentado este verano en forma de tesis doctoral. Una noche -recuerda entre las anécdotas de la investigación- mientras buscaba hormigas «en una zona de matorrales de Pulpí apareció la Guardia Civil y me preguntaron qué estaba haciendo». Acabaron por creer su respuesta pero, por su cara inicial, Catarineu sospecha que durante unos instantes «debieron dudar de mi salud mental».

'Temnothorax ansei', 'Temnothorax blascoi', 'Polyergus rufescens' y 'Linepithema humile'
'Temnothorax ansei', 'Temnothorax blascoi', 'Polyergus rufescens' y 'Linepithema humile'

Las protagonistas

  • 'Temnothorax ansei' Es la estrella de la tesis que en julio presentó Catarineu. Es una especie endémica del Sureste que hasta ahora era totalmente desconocida.

  • 'Temnothorax blascoi' Muy escasa. Apenas existen cuatro citas a nivel mundial, y todas ellas en España, contando una en el Calar de la Santa (Moratalla).

  • 'Polyergus rufescens' Tiene un comportamiento 'esclavista'. Secuestra las pupas de otras especies y, una vez que nacen las hormigas, las obliga a trabajar para ella.

  • 'Linepithema humile' Una de las malas de la historia, ya que es una especie exótica invasora procedente de Argentina que supone un problema para las autóctonas.

El entomólogo, en plenas facultades, cifra ahora en 114 el número total de especies de estos himenópteros presentes en la enorme área que ha estudiado. Equivale a afirmar que más de un tercio de todas las especies de hormigas halladas en la Península Ibérica tienen cobijo en la cuenca del Segura. El investigador aclara, junto a los también biólogos y codirectores de su tesis, Gonzalo González Barberá, del Cebas-CSIC, y Joaquín Reyes-López, de la Universidad de Córdoba, que se trata de un gran espacio con ambientes muy diversos, fruto de grandes contrates geológicos, de la variedad de temperaturas, de diferentes regímenes de precipitaciones, de las distintas alturas y de la desigual presencia humana, entre otros.

Las hormigas compiten con el ser humano como organismos dominantes en la Tierra

Como consecuencia, la existencia de hormigas es igualmente rica. Catarineu detalla que, si bien la mayoría de las especies que ha encontrado son omnívoras, también las hay herbívoras (incluidas las que se alimentan de melaza de otros insectos), depredadoras y necrófagas.

Entre todas ellas destaca el hallazgo de una especie desconocida hasta ahora, la 'Temmothorax ansei'. En el otro lado de la balanza, el de los hallazgos no tan favorables, la investigación ha dado con media docena de especies exóticas invasoras, entre las que se encuentra la llamada hormiga argentina, 'Linepitherma humile', una de las cincuenta especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La buena noticia es que ninguna de esas seis parece capaz de expandirse por los terrenos áridos del área de estudio, más allá de ecosistemas degradados, cercanos a la costa, o urbanos, donde tienen presencia ahora.

Hormigas 'Cataglyphis iberica' fotografiadas en Águilas.
Hormigas 'Cataglyphis iberica' fotografiadas en Águilas. Chema Catarineu

Entre las 114 especies listadas también hay una gran variedad de comportamientos. Unas tienen su hábitat en la superficie del suelo, como es fácil de ver, pero otras no salen nunca del interior de la tierra, a menos que quieran reproducirse. Otras tienen su hogar en las copas de los árboles y las hay que solo se mueven entre la hojarasca. El importante éxito evolutivo de estos formícidos les ha permitido ocupar una parte importante de la biomasa animal, hasta el punto de que, «según el gran biólogo Edward Osborne Wilson, las hormigas rivalizan con los seres humanos como organismos dominantes en la Tierra y su biomasa», recuerda Catarineu. Aunque seguidamente apunta que esta afirmación se publicó en 1994, cuando la población humana se cifraba en 5.400 millones de personas. «Ahora -añade-, 25 años después, somos 7.700 millones y además el retroceso de los ecosistemas naturales seguramente habrá hecho disminuir la biomasa mundial de hormigas».

El estudio de estos insectos, recogido en la tesis titulada 'Structuring factors of the ant communities in the Segura River Basi' ('Factores estructurantes de las comunidades de hormigas en la cuenca del río Segura'), no solo ofrece una fotografía del momento de estos seres en esta geografía, sino que aporta pistas sobre los cambios acontecidos en los últimos millones de años. Así, explican Catarineu, González Barberá y Reyes-López, en las zonas más altas y, por tanto, más lluviosas de la cuenca del Segura se encuentran especies propias de bosques mixtos y caducifolios que probablemente se refugiaron en la Península Ibérica durante las glaciaciones del Pleistoceno, antes de expandirse por Europa en los periodos interglaciares. Estas son las que más pueden sufrir el cambio climático, porque ya no tienen más altura a las que ascender buscando acomodo durante el actual calentamiento.

Otras muchas de las especies estudiadas, más de 40, se encuentran también en el Magreb, lo que da cuenta de los momentos, durante el Mioceno, en que la Península Ibérica estuvo unida con el norte de África. También es posible, apunta Catarineu, que algunas de ellas hayan podido cruzar posteriormente el estrecho de Gibraltar cuando presentan alas, hasta venir aquí.

'Monomorium subopacum' busca néctar en flores de romero.
'Monomorium subopacum' busca néctar en flores de romero. C.C.

Los investigadores creen que las precipitaciones componen el principal factor que incide en la abundancia y riqueza de estas especies.

De forma inversa, en las zonas más áridas únicamente se encuentran las que cuentan con unas características determinadas que se lo permite. El enorme estudio sobre las hormigas de la cuenca del Segura también lleva a Catarineu a vaticinar una disminución de la diversidad de esta fauna presente en la zona en los próximos años. Factores como el urbanismo descontrolado, la expansión de la agricultura intensiva o la deficiente gestión ambiental se suman a otros condicionantes clave, como los derivados del cambio climático, que son los que le llevan a esta previsión.

Hasta hace una década se conocían 41 especies en la zona; tras la tesis de Catarineu ya se cifran en 114

Con su estudio, el biólogo pretende contribuir al conocimiento de estos seres sociales que en ocasiones tanto recuerdan al ser humano, incluso en su beligerancia. Wilson llegó a apuntar que, si tuviesen la oportunidad de manejar armas nucleares, las hormigas «habrían volado el mundo en una semana». Este carácter atroz es llamativo, pero en realidad es más importante la capacidad de colaboración y altruismo que tienen unos insectos que demuestran, de acuerdo con el biólogo estadounidense, que el socialismo funciona, «solo que Karl Marx se equivocó de especie».

Para este entomólogo, que ahora cuenta con noventa años, las hormigas «son una de las pequeñas cosas que hacen funcionar el mundo». En este punto, a los humanos aún nos queda mucho que aprender. Una vez que, con mucha probabilidad, acabamos de superarlas como grupo animal más exitoso, concluye el doctor Chema Catarineu. «Espero que nuestra irresponsabilidad no nos haga morir de éxito».

Una nueva especie descubierta y un coche que pasa «a mejor vida»

La investigación de Chema Catarineu es única, no existían trabajos previos de este calado en la zona. «Las hormigas de la cuenca del Segura eran bastante desconocidas», explica el flamante doctor, y ello «a pesar de su gran importancia ecológica». En esa carencia está la génesis del estudio: «Hemos muestreado en toda la cuenca del Segura durante siete años, así que es difícil calcular los kilómetros recorridos, pero supongo que superarán los 20.000, muchos de ellos por pistas de tierra». El biólogo explica que el coche que empleó, en un trabajo que no ha recibido más financiación que la de los implicados directamente en él, «pasó a mejor vida con el desgaste que sufrió al circular por pistas complicadas».

Entre las 114 especies que ha logrado registrar en su trabajo destaca el hallazgo de la 'Temmothorax ansei', desconocida hasta ahora y que debe su nombre al homenaje que los descubridores han querido hacer a la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) por su trayectoria conservacionista. Esta nueva hormiga es ya una de las alrededor de 9.500 especies de estos insectos que se contabilizan en el mundo, donde se estima que existen otras 10.000 pendientes de ser descubiertas.

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