Cómo Murcia puede marcar la pauta en Europa para enfrentar los aranceles americanos
ARTÍUCLO DE OPINIÓN ·
Jerónimo Delgado, graduado en Negocios Internacionales y Finanzas por la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) y Northeastern University en BostonJerónimo Delgado
Murcia
Miércoles, 30 de julio 2025, 12:17
Junto a su apodo de «Huerta de Europa», la Región de Murcia ha consolidado su agroindustria como uno de los principales motores de su economía. Alcanzaron, en 2023, los 2.500 millones de euros las exportaciones de frutas y hortalizas murcianas, representando cerca del 40% de las ventas regionales al exterior.
Sin embargo, las crecientes tensiones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos, marcadas por litigios en la OMC y medidas de la sección 301 de la Ley de Ajustes Comerciales, han reactivado la posibilidad de nuevos aranceles sobre productos hortofrutícolas. Modificar un gravamen medio adicional de un 10% podría erosionar significativamente los márgenes de los exportadores murcianos, alterar cadenas de valor consolidadas y desincentivar futuras inversiones.
Independientemente de lo desafiante que pueda resultar este escenario, nace la reflexión sobre cómo convertir la presión arancelaria en una oportunidad para modernizar el sector, reforzar el valor añadido y diversificar mercados, garantizando la competitividad de Murcia a largo plazo.
Notablemente, Murcia exporta alrededor del 45% de su producción hortofrutícola fuera de España, con Estados Unidos ocupando el tercer puesto como destino (12% del total), por detrás de Alemania y Francia.
Aunque EE. UU. no sea el receptor mayoritario, su exigente demanda de productos premium como limón o brócoli lo convierte en un mercado estratégico. Cuando en 2021 se impusieron aranceles del 10% sobre conservas vegetales europeas – en el contexto de la disputa Airbus-Boeing – varias cooperativas murcianas sufrieron caídas del 5% en sus precios de venta y una reducción de márgenes de hasta 0,03 €/kg.
Este precedente muestra que las decisiones arancelarias tienen efectos inmediatos sobre la competitividad regional y el flujo de caja de las empresas exportadoras. Un arancel del 10% sobre el valor en aduana de productos hortofrutícolas se traduce en un encarecimiento del 5-8% en destino, una cifra que se ve aún más presionada por los costos logísticos y los márgenes comerciales de distribuidores estadounidenses.
Frente a competidores norteafricanos como Marruecos o Túnez, quienes no soportan estos gravámenes, los productores murcianos ven sus márgenes netos de 0,15-0,20 €/kg comprimidos hasta niveles cercanos a cero.
Ante un posible endurecimiento del régimen arancelario (por ejemplo, hasta el 15%), muchos cultivos de bajo valor unitario podrían volverse manifiestamente no rentables, poniendo en riesgo la continuidad de los envíos y la fidelidad de grandes cadenas de distribución en la Costa Este y Oeste de EE. UU.
Lejos de paralizarse, el agro murciano puede aprovechar la presión arancelaria como catalizador para impulsar la transformación del sector. Por ejemplo, el desarrollo de productos de IV gama y conservas gourmet permite procesar localmente frutas y verduras, desde sopas y cremas hasta vegetales listos para consumir, trasladando el valor añadido a la industria. Con esta estrategia, el precio en origen puede elevarse de 0,20 €/kg de fresco a más de 1,50 €/kg de producto terminado, mejorando los márgenes y haciendo el negocio más resistente a los aranceles.
Además, la adopción de certificaciones ambientales y de calidad como «orgánico», «bajo huella de carbono» o «producto de origen protegido» permite justificar márgenes un 15-20% superiores y amortiguar el impacto de los gravámenes. Murcia ya lidera en España con un 30% de su regadío bajo certificación ecológica. De forma complementaria, el branding de origen, mediante la creación de marcas regionales como «Limón de Murcia», fideliza al consumidor estadounidense, reduciendo la relevancia del arancel ante la percepción de un producto premium y trazable. Cooperativas murcianas que han invertido en plantas de procesado y marketing internacional han incrementado sus ingresos entre un 20% y un 25% en mercados gravados.
Reducir la dependencia de EE. UU. es esencial para blindar el sector contra futuras disputas comerciales. En este sentido, Asia y Oriente Medio emergen como mercados clave, con un crecimiento anual del 8-10% en importaciones hortofrutícolas. Destinos como Japón, Emiratos Árabes Unidos y Corea aplican aranceles inferiores y cuentan con consumidores dispuestos a pagar primas del 20-30% por productos de alta calidad.
Por otra parte, Latinoamérica ofrece un acceso sin aranceles a México y Colombia gracias a los acuerdos de libre comercio UE-México y UE-Canadá, ampliando la base de consumidores en una región culturalmente cercana. Asimismo, África Occidental, con un crecimiento demográfico del 2,5% anual y ambición de desarrollar su agroindustria, demanda fruta y verdura de calidad. Entrar en estos destinos requiere alianzas locales, participación en ferias internacionales y planes de marketing adaptados.
Las empresas, cooperativas y administraciones murcianas deben acelerar su transformación para reducir la vulnerabilidad ante los aranceles y atraer capital fresco. Invertir en I+D agrícola e industrial, formar equipos en internacionalización y construir marcas fuertes de origen son pasos imprescindibles. Desde la perspectiva del empresario, quien impulse esta adaptación captará más recursos, crecerá de forma diferenciada y contribuirá a posicionar a Murcia como referente agroalimentario europeo con proyección global.
• Invertir en I+D y digitalización. Desarrollar agro-tecnologías y sistemas de agricultura de precisión que reduzcan un 10-15% los costes de riego y fitosanitarios, compensando la compresión de los márgenes debido a los aranceles
• Formación en mercados internacionales y cobertura de riesgos y divisas. Crear programas de «export bootcamps» sobre logística, normativa aduanera y marketing cultural, e implementar coberturas de tipo de cambio (forwards, opciones) para mitigar el impacto de un dólar fuerte
• Construcción de marca, storytelling, sostenibilidad y certificaciones. Impulsar denominaciones de origen y campañas de comunicación que refuercen la trazabilidad, junto a sellos ecológicos, de huella de carbono y comercio justo para acceder a nichos premium
• Clúster agroindustrial. Fomentar consorcios público-privados locales para compartir centros de procesado, almacenaje y rutas logísticas, logrando economías de escala y mayor eficiencia
• Financiación verde y alianzas de inversión público-privadas. Combinar los más de 600 M€ captados para el periodo de 2021 a 2026 de fondos NextGen EU y recursos PAC con capital privado para proyectos de modernización de regadíos, energías renovables y reducción de emisiones
La potencial imposición de aranceles adicionales por parte de EE. UU. representa un desafío real para la agroexportación murciana: comprime márgenes, puede erosionar cuotas de mercado y desincentivar inversiones.
No obstante, esta presión puede transformarse en motor de modernización. Apostar por productos de alto valor añadido, impulsar certificaciones de sostenibilidad, reforzar el branding de origen y diversificar destinos son pasos decisivos para convertir una amenaza en una ventaja competitiva.
Desde la óptica de los empresarios, combinar I+D y digitalización con formación en exportación y coberturas de divisas, junto a branding basado en sostenibilidad, clústeres agroindustriales y financiación verde, no solo blinda contra aranceles y riesgos cambiarios, sino que crea valor diferencial y asegura retornos sostenibles.
Con estas estrategias, Murcia reafirmará su liderazgo como «Huerta de Europa» y se proyectará como referente de agroindustria inteligente y sostenible en el siglo XXI.