La maniobra que te ayudará a evitar que se te taponen los oídos durante un viaje en avión
Gracias a este sencillo gesto podrás viajar sin sufrir esta molesta sensación
Las vacaciones de verano son la época perfecta para conocer nuevos rincones del mundo. Durante la época estival muchos aprovechan para volver al pueblo de su niñez o a la playa donde suelen veranear con la familia. También están los que aprovechan las vacaciones de verano para conocer países exóticos y hacer el viaje de sus vidas.
La mayoría eligen el avión como medio de transporte para sus vacaciones de verano. Hay a gente que le encanta viajar en avión, pero a otros muchos les impone bastante respeto. El tiempo de espera, las largas colas, las turbulencias o la falta de espacio son algunas de las cosas más negativas de viajar en avión. Además de este tipo de inconvenientes, mucha gente sufre dolor de oído durante el vuelo.
A muchos pasajeros les afecta bastante el cambio de presión y esto provoca que sientan dolor de oído. En muchos casos esta molestia es poco duradera, pero algunos viajeros sufren dolores bastante fuertes durante un viaje en avión. Durante un vuelo se produce esta molesta sensación debido al cambio en la presión ambiental. Esto sucede cuando se da un cambio de altura, como ocurre en los aviones y también cuando se realizan actividades como el buceo. Además, el dolor puede durar varias horas y puede provocar que la persona afectada se sienta mal.
Existen varios trucos para evitar que los oídos se taponen durante un vuelo. Comer chicles, bostezar o utilizar tapones son algunas de las prácticas más populares, pero existe una técnica que puede resultar muy efectiva.
La maniobra Toynbee y la maniobra Valsalva
La maniobra para evitar que se te taponen los oídos al despegar se denomina Toynbee. Esta técnica consiste en hacer el movimiento de tragar mientras mantienes la nariz tapada de forma firme con los dedos, de tal manera que disminuye la presión en el oído interno.
La maniobra para evitar sufrir dolor de oído durante el aterrizaje se denomina Valsalva. Se llama así porque fue descrita por primera vez por el médico italiano Antonio María Valsalva. Consiste en expulsar el aire de los pulmones mientras mantienes la nariz tapada y la boca cerrada. Esta maniobra la practican los buceadores, ya que ayuda a desbloquear los oídos cuando la presión comienza a acumularse.
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Al intentar expulsar el aire con la nariz tapada y la boca cerrada, la presión en el tórax se incrementa, algo que hace que la circulación venosa de retorno disminuye y provoque un descenso generalizado en la presión arterial. Como respuesta a la bajada de presión, la fuerza de las contracciones del corazón son más intensas. El ritmo cardiaco sube y la presión se recupera.
La Fundación Española del Corazón no recomienda realizar esta maniobra a aquellas personas que puedan sufrir hipertensión.