El industrial de Abarán acusa a los Yepes de lesiones y amenazas

«Son dueños de un carácter extremadamente violento, que les había permitido venir obteniendo todo lo que les apetecía por la fuerza». De esta forma, el empresario de Abarán Valentín Sánchez Ferrer y sus hijos, Valentín y José Antonio, se refieren a los tres hermanos Yepes -José Manuel, Javier y David- en la querella que acaban de presentar contra ellos por los presuntos delitos de amenazas y lesiones físicas y psíquicas.

Con la interposición de esta querella, el industrial y sus hijos toman la iniciativa en el procedimiento judicial que se está siguiendo en el Juzgado de Instrucción número 2 de Cieza, por los hechos acaecidos en la tarde del 22 de diciembre pasado, cuando los tres hermanos Yepes irrumpieron en la empresa de los querellantes con el supuesto propósito de obtener por la fuerza unos boletines eléctricos de tres dúplex que habían adquirido en Ricote.

El incidente acabó con los miembros de la familia Sánchez Ferrer apaleados y con dos de los hermanos Yepes gravemente heridos de bala -Javier y David-, a resultas de los disparos que efectuó el empresario Valentín Sánchez Ferrer. Unos hechos por los que siguen encarcelados tanto este industrial como el mayor de los Yepes, José Manuel, en quien se da la circunstancia de que hace 21 años asesinó a tiros a tres novilleros de Albacete en una finca ganadera de Cieza.

Ahora, al cabo de dos meses, los letrados José Pardo Geijo y Raúl Pardo Ortiz, en representación de los empresarios de Abarán, acaban de presentar una querella para garantizar que la investigación judicial no se 'olvida' de los presuntos delitos que habría cometido los tres Yepes.

Así, relatan que entre los días 14 y 15 de diciembre pasados, José Manuel y David se desplazaron hasta la empresa de instalaciones eléctricas con el fin de conseguir los boletines de las casas que, junto a su hermano Javier, habían adquirido en Ricote. En esa ocasión, el propietario no estaba en las oficinas y, «en actitud hostil y violenta», se dirigieron a sus hijos, a quienes les dijeron presuntamente que «si nuestros hijos se quedan sin luz, le partiremos las piernas al promotor».

Días después, uno de los hermanos habría telefoneado al empresario y, después de insistir éste en que no les daría los boletines hasta que hubiera cobrado su trabajo, le habría dicho en tono amenazante: «Bueno, pues ya nos veremos».

Fue el 22 de diciembre cuando regresaron a la empresa. José Manuel Yepes empuñaba presuntamente un cuchillo, con el que habría intimidado al industrial, poniéndoselo en el cuello, mientras Javier y David supuestamente la emprendían a golpes con los dos hijos del dueño de la empresa. Uno de ellos logró zafarse y huir, siendo perseguido supuestamente por David al grito de «no corras, que te tengo que matar».

Seguidamente Javier Yepes habría entrado en la nave con una garrafa llena de líquido inflamable y, según la querella, habría rociado la empresa y al otro hijo del empresario.

Cuando los Yepes se marcharon de la nave industrial, Valentín Sánchez, temiendo por la suerte de su hijo y «preso de una evidente zozobra», cogió su pistola -tiene licencia de tiro olímpico- y salió a la calle. Tras recorrer unos 200 metros, se topó con David Yepes y, con el supuesto fin de que no le golpeara con el cable que aún portaba, efectuó un disparo intimidatorio contra la furgoneta. Seguidamente, y viendo que los hermanos Yepes pretendían descender del vehículo, efectuó dos nuevos disparos a la puerta trasera y a la delantera, que fueron los que impactaron en David y en Javier, hiriéndolos de gravedad.

Los Yepes escaparon a gran velocidad en dirección al centro de salud, «sin que Valentín efectuara ningún otro disparo, pese a quedarle todavía seis balas», según la querella.

Los letrados de Valentín Sánchez Ferrer y de sus dos hijos consideran que los hechos cometidos por los tres hermanos Yepes son constitutivos de delitos de amenazas condicionales (con consecución del propósito buscado, ya que el empresario se habría avenido finalmente a darles los boletines) y de otro delito de lesiones físicas y psíquicas, por los daños sufridos por Valentín y sus hijos.

Los tres querellantes solicitan del juez que les tenga por personados como acusación particular.