¡Nos vemos hoy, chicos!

«Siempre es demasiado tarde para retroceder». Así arranca 'Esperando a Robert Capa', la trepidante, carnal y poética novela de Susana Fortes (Pontevedra, 1959), que opta en Cartagena al Premio Mandarache de Jóvenes Lectores 2011; compite junto a 'Fin', de David Monteagudo, y 'Deseo de ser punk', de Belén Gopegui. Este singular galardón literario, convocado por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena, y cuyo ganador es elegido por votación entre el numeroso público lector joven que año tras año se suma a esta fiesta de la literatura, se entregará el 5 de mayo de 2011 en el Nuevo Teatro Circo de Cartagena. Hasta entonces tendrán lugar diversos encuentros con escritores y otras actividades volcadas en multiplicar, por toda la ciudad, el placer agridulce e insustituible de la lectura. Hoy, a las 11.00 horas, en el Paraninfo de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), tendrá lugar la primera cita con los finalistas al Mandarache. Jóvenes y no tan jóvenes podrán disfrutar de Susana Fortes en estado puro: pasión por vivir, pasión por la literatura, fe en el riesgo, gusto por los retos, y curiosidad por la vida que se escapa y también por el amor que quema, hiere, salva, te transforma en carne mortal que se derrite o te deja convertido en una estatua de hielo. Depende...

'Esperando a Robert Capa' es una historia de amor, guerra, compromiso, viajes, riesgo y campos de batalla poblados de deseo, muerte, esperanza y barbarie. La protagonizan dos de los mejores y más aclamados reporteros de guerra de todos los tiempos: los gloriosos fotógrafos Robert Capa y Gerda Taro. Pura dinamita en manos de Susana Fortes. Ya se sabe: la fotografía, el amor y la guerra marcaron la vida de la pareja con desigual fortuna. Gerda Taro se llevó la peor parte: fue la primera mujer muerta en un escenario bélico, concretamente durante la Guerra Civil Española, al ser arrollada por un tanque republicano en Brunete en julio de 1937. Capa jamás la olvidó.

Susana Fortes ha contado muy bien lo que esta pareja «de jóvenes guapos, antifascistas y asilvestrados, que lo tenían todo y lo arriesgaron todo, creando su propia leyenda y siendo fieles a ella hasta sus últimas consecuencias», significó en su tiempo y sigue significando hoy. Vivir, ay, con plenitud.

Susana Fortes ya no fuma, sépanlo. Lo dejó hace muchos años, «porque el tabaco me machacaba», contó ayer, durante su entrevista con 'La Verdad', horas antes de hablar de su obra, que la mantiene viva a cambio de consumírsela con su permiso, en la sede cartagenera de la Fundación Cajamurcia. No fuma despierta pero, vaya, «todavía sueño que fumo, así es que no debo estar desenganchada del todo».

Impulsos del cuerpo

La que sí lo hace en 'Esperando a Robert Capa' es Gerda Taro, quien de pronto se acerca a los labios un cigarrillo recio, sin filtro; igual que, de pronto, felizmente rodeada por el mar con todos sus misterios, siente cómo Capa se 'zambulle' en ella «como en el pozo de una gruta. Moviéndose muy lento, a conciencia, firme, sin prisas, como ella le había pedido, intuitivo, atento a cada uno de los impulsos del cuerpo que sentía vivo bajo el suyo, desnudo, con olor a sexo joven y a mar. Saliva. sal. Sangre».

La escritora defiende que «en la vida es fundamental arriesgar en todo, en cualquier cosa que hagas. El que no se arriesga se queda instalado en una tierra de en medio». Arriesgarse. Y leer. No olvidarse de leer. «Leer -indica- no nos hace más altos ni más guapos, pero lo que está claro es que nos ayuda a vivir con las espaldas más cubiertas. Te puede dejar la novia, se te puede complicar la existencia de mil maneras, pero si al final llegas a casa y te están esperando 'Guerra y paz' (Tolstói) o 'Lord Jim' (Joseph Conrad), pues oye, tampoco es tan grave...».