La última inspección de la instalación eléctrica en Teatre se hizo hace 15 años

Tal y como recoge la normativa, dicha comprobación debía realizarse cada cinco años, al tratarse Teatre de un local de pública concurrencia. De este modo, la siguiente inspección que debían efectuar los técnicos de OCA tenía que efectuarse en noviembre de 2013. Las diligencias ampliatorias a los atestados policiales exponen que «no se ha recibido documentación alguna al respecto del mantenimiento de las instalaciones ni las sucesivas inspecciones periódicas que se han referido aquí, desconociéndose, por lo tanto, si se han llevado a cabo desde el año 2008».

El documento fechado el 3 de noviembre señala, además, que en relación con la documentación aportada por el Ayuntamiento de Murcia, remitida el 6 de octubre, el Grupo de Policía Judicial elaboró un acta de fichero voluminoso denominada 'Expedientes sancionadores' en el que se plasma una tabla en la que se observan uno a uno los expedientes relacionados con las discotecas, así como la resolución de cada uno de ellos.

En esta acta se constata que tanto el encargado de La Fonda Milagros como el Ayuntamiento de Murcia «eran plenamente conscientes de que el local se hallaba sin licencia, ya que los expedientes sancionadores se encontraban notificados a esta persona», subraya el informe policial. En este sentido, y en una declaración del responsable del local La Fonda Milagros incluida en el documento, indica que se hizo cargo del establecimiento en el año 2019, al ver un cartel de 'se alquila', llamó y gestiono todo con Marcos Martínez, con el cual se entrevistó, le enseño el local, y le dijo que tenía licencia de funcionamiento. Además, señaló que el contacto para la gestión del alquiler lo mantuvo hasta «15 o 20 días antes del incendio con Marcos o con un empleado de la discoteca». De este modo, confirmó en su declaración que el dueño del establecimiento era Marcos.

Las diligencias incluyen también un acta referente a determinar los materiales de los que se componía el techo de la discoteca. Dicho documento recoge declaraciones tomadas a los trabajadores que pidieron un presupuesto para llevar a cabo la reparación del tejado de la discoteca, «ante filtraciones de agua».

Los empleados a los que tomaron declaración manifestaron, además, los numerosos desperfectos en la cubierta, «tales como que el tejado metálico se encontraba levantado, había agujeros en los que podría caber una persona, además del mal estado en general de las distintas conducciones y conductos de climatización».

Entre la documentación que amplía las diligencias iniciales está el informe realizado por los bomberos del Ayuntamiento de Murcia, fechado el 5 de noviembre. El documento es un relato cronológico sobre la actuación de los profesionales en el incendio en la madrugada del 1 de octubre, desde que entró el primer aviso a las 6.02 horas hasta las 17.29 horas del día siguiente, cuando se retiraron de la zona.

A su llegada, los bomberos apreciaron un incendio «de grandes dimensiones, totalmente desarrollado en la cubierta, afectando a ambas discotecas, Teatre y La Fonda Milagros». La primera información que recibieron, sobre las 6.10 horas, fue de dos vigilantes de seguridad del segundo establecimiento, indicando que echaban en falta a tres personas y que debían estar en el interior. Los empleados les indicaron que debían estar en la zona de palcos, junto a unos baños. Los equipos se introdujeron en el inmueble incendiado. «Se rescata a una persona que deambulaba desorientada e intoxicada por humo en la planta baja y se continúa avanzando», pero la carga de fuego con su radiación a nivel de techo es máxima, por lo que les impide progresar.

Parte de la cubierta en la zona de la intersección de las discotecas La Fonda y Teatre había colapsado y el incendio tenía gran virulencia y extensión. «El calor hace impracticable seguir adelante, la cámara de visión térmica no da ninguna lectura al ser la temperatura de todo el humo en el que buceamos igual y muy elevada (superior a 500 grados)», informa un sargento.

Pasadas las 07.07 horas se decidió atacar el fuego por la parte trasera de la discoteca Teatre, entrando por un callejón estrecho. «Al acceder a dicho callejón, se encuentran numerosos obstáculos y enseres acumulados, teniendo que forzar dos puertas bloqueadas con cadenas y candados, que dan acceso a la puerta de emergencia de la discoteca Golden».

Los bomberos siguieron avanzando y llegaron a una de las puertas de emergencia de la discoteca Teatre, «procediendo entonces a forzar su apertura mediante la herramienta Halligan y encontrándose una reja de acordeón cerrada a dos alturas con candados. Se fuerza su apertura y se consigue acceder a la discoteca».

A las 9.31 horas se localizó a la primera víctima en uno de los altillos del local y cuatro minutos después, en el mismo lugar, a tres víctimas más. Un oficial informó a las 10.14 de que se había localizado otros tres cuerpos, muy próximos a las anteriores y que no habían sido advertidos debido al denso humo. A las 12.44 horas detecta una nueva víctima, la octava, junto a los tres cuerpos que quedaban por recuperar.

Minutos después, sobre las 13.01 horas, se localizó la novena víctima frente a un ventanal que se sitúa justo encima de la puerta de entrada principal de La Fonda Milagros. Dos minutos más tarde, a las 13.05 horas, se localizaron dos cuerpos más, las víctimas número diez y once.

Un sargento destacó que era muy complicado encontrarlas, «ya que se encontraban semisepultadas por los restos de escombros, además de la mimetización con el entorno ennegrecido». Después de mover los materiales derruidos, junto al último cuerpo hallaron a la víctima número 13. «Ambos cuerpos estaban cubiertos de restos de escombros, por el derrumbe de la planta del forjado de madera».