La trata y la explotación sexual dejan 155 víctimas en la Región en dos años
La pandemia reduce a la mitad el número de inspecciones, mientras la Fiscalía insiste en la necesidad de controlar los pisos de alterne
La prostitución, aunque de forma clandestina, se abre hueco a diario por toda la Región, en los pisos, en los polígonos industriales, a orillas ... de la carretera... Un negocio oculto que sirve de escondrijo a unos abusos cada vez más frecuentes. En los dos últimos años, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han rescatado en la Comunidad a 155 víctimas de la trata y la explotación sexual, según los últimos datos que maneja el Ministerio del Interior. Murcia es, junto con Andalucía, la autonomía donde más casos de trata sexual se destapan y la cifra no ha dejado de crecer en el último lustro.
Solo en 2020, un año marcado por el impacto de la pandemia y las restricciones, fueron 67 las víctimas de trata sexual que encontraron ayuda en la Comunidad. La cifra solo se ve igualada por los casos destapados en Andalucía y supone un tercio de los abusos registrados en todo el país (160). En 2019 fueron medio centenar las mujeres víctimas de trata rescatadas en la Región.
Estas no son las únicas cifras que arroja el trasfondo del negocio del sexo. De acuerdo al balance ofrecido por el Ministerio del Interior, otras 21 personas –la gran mayoría de ellas mujeres– fueron explotadas sexualmente el pasado año en la Región. La cifra supuso un aumento de un 23,5% respecto al ejercicio anterior.
Murcia es, junto con Andalucía, la autonomía donde más casos se destapan, y la cifra no ha dejado de crecer en el último lustro
Una práctica más clandestina
Con la pandemia, las restricciones sociales se han abierto paso en el día a día y muchas actividades han quedado postergadas a la espera de tiempos mejores. La prostitución, sin embargo, lejos de interrumpirse, se ha visto replegada a enclaves más discretos.
La Fiscalía, en su último informe anual, advierte precisamente de que, tras la aparición de la pandemia de la Covid y el cierre de los locales de alterne, se está produciendo un traslado de la prostitución hacia los pisos particulares. En este punto, incide en que, cuando el negocio se traslada a ámbitos más privados, la presión policial se difumina. «Sería importante un mayor control sobre estos establecimientos, que muchas veces amparados en la clandestinidad y en las dificultades de acceso a los mismos pueden estar vulnerando la legalidad», remarca la fiscal especialista en Extranjería, Silvia Benito.
El informe de Interior, sin embargo, deja entrever el impacto que la pandemia ha tenido en el control de estos negocios. El pasado año se realizaron 25 inspecciones administrativas en entornos donde se ejercía la prostitución, apenas la mitad de las que se habían llevado a cabo el ejercicio anterior. En todo el país fueron 1.252 las inspecciones que se llevaron a cabo, medio millar menos que en el año anterior.
Ayuda en las declaraciones
Estas vigilancias sirven para identificar a las personas que podrían encontrarse en riesgo de trata o explotación sexual. El año pasado solo 55 mujeres fueron consideradas en esta categoría en la Comunidad. En 2019 la cifra rozó los tres centenares.
La persecución policial y judicial contra estos abusos dio sus frutos el pasado año con una sentencia histórica para la Justicia murciana. En junio de 2020, la Audiencia Provincial dictó la primera condena por un delito de trata con fines de explotación sexual en la Región de Murcia. El tribunal impuso a las dos acusadas penas de diez y ocho años de cárcel y la obligación de indemnizar a sus víctimas en 30.000 euros por los daños morales sufridos.
Para avanzar en esta línea el Ministerio Público cree crucial contar con psicólogos especializados que ayuden a las perjudicadas en sus declaraciones.
Casi un centenar de trabajadores en semiesclavitud
La trata busca diferentes rostros y no solo encuentra en el negocio sexual un campo en el que moverse. La explotación laboral es otro de los problemas que golpean a la Región. El pasado año hasta 99 empleados fueron identificados en la Comunidad como víctimas de explotación laboral, un 33,7% más que el año anterior. En el último lustro la cifra está cerca de superar los dos centenares.
Según refleja el informe de Interior, los casos de trata en el ámbito laboral son bastante menos habituales en la Región. El año pasado solo se identificó a una persona en esa situación, la misma cifra que en 2019.
En todo el país rozaron el centenar. Al igual que ocurre con los casos de explotación sexual, también la laboral afecta con especial incidencia a la mujer. El pasado año las féminas coparon seis de cada diez casos. Marroquíes, nicaragüenses y españoles son, a escala nacional, los más perjudicados por estos abusos en el tajo, conforme a los datos que maneja el Ministerio.
También en este caso el impacto de la pandemia y las restricciones se dejó notar en la vigilancia ejercida desde la Administración. El año pasado se controló a 102 trabajadores en la Comunidad, apenas un tercio de los que dieron cuenta a las autoridades en 2019.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión