La trama de los vertidos ilegales también manejaba lodos de depuradoras públicas
El juzgado investiga la eliminación irregular de residuos de estaciones municipales mediante su transformación y venta como compost agrícola
En junio de 2021, a los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que investigaban un presunto fraude empresarial en la eliminación ... ilegal de residuos de la industria alimentaria a través de vertidos al medio natural, que podría además contaminar el acuífero y las aguas del Mar Menor y del Mediterráneo, les llamó la atención la osadía de uno de los presuntos cabecillas de la red. Por eso, dentro de unas pesquisas que han originado una investigación judicial, anotaron: «La logística de la organización ha evolucionado de forma sorprendente en cuanto al ingenio demostrado por su líder, A. G. B. Mientras en las anteriores ocasiones la eliminación de residuos mediante el vertido [al medio natural] se basaba en el uso de las aguas, simulando que eran fertilizantes» agrícolas para fincas autorizadas o [que estaban siendo empleadas en la] compactación de suelos para realizar obras, el empresario «ha tramado una nueva estrategia».
Al haber sido «sorprendido» en la ejecución de derrames clandestinos ocho meses antes en un paraje de Gea y Truyols, pedanía de Murcia, y «ante la presión de nuestra acción inspectora», el gerente de las compañías Rodar y Retoño ideó «una nueva estrategia para la eliminación de las aguas residuales basada en la elaboración de compost» agrícola en Valladolises, aseguró el Seprona. Utilizaba «lodos extraídos de las depuradoras de tratamiento de aguas residuales municipales (EDAR)».
El 'modus operandi' de estas compañías, denunciadas por la Fiscalía e investigadas por el Juzgado de Instrucción 7 de Murcia por presuntos delitos contra el medio ambiente, de falsedad documental y de estafa, arrancaba con «el alquiler de un recinto cercado para dedicarlo a la elaboración de compost agrícola». Ello, pese a carecer de la obligatoria autorización administrativa.
El Seprona detectó una «estrategia» de obtención ilícita de beneficios por parte de dos empresas en una finca de Valladolises
Las empresas empleaban también estiércoles como «residuos alimentarios no aptos para consumo humano, adjudicados por las distintas administraciones o procedentes de procesos fabriles privados». En la finca construyeron un embalse, que hacían pasar por un depósito de «recogida de aguas pluviales». Lo usaban para la descarga y reserva de las aguas residuales de procesos recogidas previamente en las fábricas generadoras, en lugar de tratarlas. «Entre otras», el líquido procedía de las empresas Golosinas Fini, ubicada en Molina de Segura, y Eurogranizados, radicada en El Palmar. Ambas ejercen la acusación particular, al sentirse perjudicadas.
«Estas aguas son posteriormente utilizadas para humedecer el compost o bajar la temperatura durante la fermentación», aseguró el Seprona, que remitió a la Fiscalía analíticas de las aguas del embalse. A continuación, la trama «simula que la actividad es responsabilidad de la mercantil Semilleros San Cayetano» y «argumenta que únicamente actúa como subcontrata, aportando la mano de obra para la elaboración del compost, por lo que las autorizaciones administrativas corresponderían» la citada sociedad.
La Fiscalía busca aclarar el alcance del fraude y sus responsables, que usaban aguas industriales para humedecer el abono
En la siguiente fase, la titular del recinto «mezcla lodos de depuradora con residuos alimentarios no aptos para el consumo y estiércoles; y controla la humedad y temperatura mediante el riego con las aguas residuales industriales». Por último, comercializa el compost», lo que le reporta un «rendimiento económico» que el Instituto Armado resume en ocho claves y que la Fiscalía trata de detallar, sobre la base de la documentación intervenida en una entrada y registro en las instalaciones de Rodar en Roldán (Torre Pacheco).
Según consta en las diligencias penales, a las que ha accedido LA VERDAD, el beneficio llega porque se «cobra por la retirada de las aguas residuales de las distintas fábricas productoras» y por la de los lodos de depuradora. Además, hay un ahorro en los kilómetros de transporte y en los costes de gestión de las aguas residuales fabriles y de los lodos, al no entregarlos para su proceso a ningún gestor autorizado. De igual forma, se da una reducción de costes en la compra del agua apta para el riego de los acopios de compost, pues se utiliza en su lugar aguas residuales industriales almacenadas en un pantano.
Posibles metales pesados
También se eliminan gastos en instalaciones, maquinaria, operarios y labores de procesado de los residuos industriales, así como en la adecuación de las instalaciones de gestión exigida que exige la normativa. Por último, se generan ingresos por la venta del compost como abono agrícola.
El Seprona puntualizó que Rodar tiene Autorización Ambiental Sectorial para compostaje, si bien para fincas distintas al lugar donde encontró las anomalías. Asimismo, los investigadores entienden que tras estas actividades supuestamente fraudulentas hay una organización criminal, que mantuvo, al menos, desde el año 2016 al 2022, una «estructura» con un «grado de participación de sus miembros idéntica».
Fuentes conocedoras de la causa explicaron que las averiguaciones incluyen concretar la procedencia de los lodos y la posible afección a fincas de cultivos. Algunos lodos podrían estar contaminados por metales pesados.
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