

Secciones
Servicios
Destacamos
Los hosteleros de la Región levantaron ayer las persianas de sus negocios temerosos de las consecuencias del apagón masivo que les obligó a cerrar sus ... establecimientos. Una jornada histórica que saldrá bastante cara a los bares y restaurantes que ayer tuvieron que tirar género en mal estado tras romperse la cadena del frío por el corte general sin precedentes del suministro eléctrico en la Península.
«Ante la duda, va todo a la basura; no nos la jugamos», explicaba Mariano López, encargado del Salón del Secreto, ubicado en la céntrica plaza de las Flores de Murcia, sobre el destino de productos que, aparentemente, no presentaban un estado óptimo. Mientras tanto, la jefa de cocina del restaurante, Gina Salos, se deshacía de todo el marisco y el pescado que se quedó sin refrigeración en la vitrina de la barra de este local que abrió sus puertas hace tres años, siguiendo la estela del Secreto, restaurante vecino que pertenece al mismo grupo hostelero.
Ostras, almejas, quisquillas, gambas blanca, atún de ijada, 'gallopedros', rodaballos y lubinas fueron algunos de los valiosos manjares con los que la trabajadora responsable de los fogones llenaba cubos de basura con rostro muy compungido. «Da mucha pena tirar la comida; llevo toda la mañana haciendo limpieza de productos que teníamos en las cámaras frigoríficas y se han echado a perder por el apagón», detallaba la cocinera sobre la materia prima con la que hubiera elaborado exquisitos bocados que la ausencia de luz convirtió en kilos de desperdicio alimentario. «Es pronto para evaluar las pérdidas, pero el daño es incalculable», apuntaba el encargado del restaurante, quien añadía que, además de carne, habían tirado una importante cantidad de croquetas, canelones y caballitos que habían preparado para el servicio de mediodía, ya que «a la hora que se produjo el apagón lo teníamos todo listo y las previsiones eran bastante buenas».
Antes de que llegara el caos que provocó el apagón masivo, la plaza de las Flores «estaba muy ambientada», según comentaba José María Rubiales, presidente de Bares y Cafeterías de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Región de Murcia (HoyTú), después de revisar el estado en el que amanecieron los establecimientos que regenta (las tabernas del Parlamento Andaluz ubicadas en Murcia y Cartagena, así como el restaurante El Palco del Parlamento). En este sentido, Rubiales lamentaba que, «además de encontrarnos agua de los congeladores por todos lados, hemos tenido que tirar el género de las cámaras frigoríficas; el apagón ha hecho mucho daño a la hostelería, aunque todavía no se pueden calcular las pérdidas que hemos sufrido».
Sobre la jornada del lunes, el hostelero destacaba que «veníamos del cierre de las Fiestas de Primavera y teníamos las despensas vacías, con el festivo de mañana a la vista, por lo que pedimos a nuestros proveedores que nos sirvieran cuanto antes la mercancía para afrontar los próximos días», detallaba sobre la circunstancia que hizo que el corte de suministro eléctrico sin precedentes les pillara con las cámaras repletas de género.
Respecto a las primeras horas sin suministro eléctrico, el representante de HoyTú manifestaba que, «al principio de irse la luz, seguimos trabajando por inercia y pudimos dar de comer a los clientes hasta que se nos acabó el pan, ya que nuestro producto estrella son los bocadillos de embutido», señalaba sobre una jornada en la que sirvieron más platos de patatas fritas con olivas que de costumbre. «Había mucha gente de Alicante porque allí era festivo y no se iban a ir a sus casas, así que se comían lo que les pusiéramos».
Al contrario de sus locales vecinos, en el Bar Fénix no tuvieron que deshacerse de género porque dieron salida en tiempo récord a la mayoría de los productos perecederos que tenían en las vitrinas de una concurrida barra, donde «el pulpo y las marineras volaron», según confirmaba Juanjo Navarro, hijo de uno de los fundadores de este negocio con más de cuarenta años.
«Como cerramos los lunes por la tarde, en cuanto se fue la luz metimos todo lo que se podía echar a perder al congelador y, afortunadamente, se ha conservado en buen estado», resaltaba Juanjo mientras echaba un vistazo a los pulpos congelados procedentes de Marruecos que hacen las delicias de sus clientes y que se convirtieron en bocados aún más exquisitos para quienes vivieron las primeras horas del gran apagón eléctrico disfrutando de la gastronomía murciana.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.