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Una forma de actuar que despliega una y otra vez. La Policía Nacional aprecia en la conducta de uno de los dos hermanos tatuadores ... investigados por la presunta agresión sexual a jóvenes en su estudio de Murcia un «patrón de conducta que se repite». Tras escuchar a diversas víctimas, la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (Ufam) describe en su atestado, al que LA VERDAD ha tenido acceso, el modo de operar de Luis A. C., que ha sido señalado por tres mujeres y que ya fue detenido en 2020 por una acusación similar.
Los investigadores explican que el sospechoso «aprovecha su condición de tatuador para citar a las víctimas a solas o fuerza que se haga tarde, para que se vaya la gente del estudio y quedarse a solas con las víctimas». Las afectadas son siempre, destaca el informe, o bien menores de edad o mayores de edad pero muy jóvenes, en edades comprendidas entre los 17 y los 21 años. La Policía destaca, por tanto, la «diferencia de edad notable» entre el agresor, que tiene 40 años, y las afectadas.
Con este contexto, remarca el atestado, Luis A. C. genera «una situación intimidatoria» ya que el estudio está ubicado en un lugar de su propiedad y se encuentra a solas con las mujeres. Los agentes subrayan, además, que se asegura «de que las puertas estén cerradas, dejando poca vía de escape o salida a las perjudicadas, generando con ello una situación de miedo e indefensión».
Los investigadores explican que el profesional repite un «patrón de conducta» por el que aprovecha cuando las víctimas no le miran o están de espaldas para sacar su pene y restregarlo sobre la víctima o masturbarse mientras realiza el tatuaje. Consideran que el sospechoso cree que las mujeres no son conscientes de ello por la elevada música de fondo que activa.
Las mujeres, sin embargo, sostiene la Policía, manifiestan sentir «miedo, pánico e incluso estado de shock» ante la situación que afrontan. En este punto los investigadores ponen el énfasis en el estado de semidesnudez en que se encuentran las víctimas -algunas de ellas representadas por el abogado José Manuel Ortega- por la realización del tatuaje.
En algún caso, explica el informe, el tatuador ofreció su trabajo de forma gratuita o regalado. Otra de las chicas explicó que, tras esa pregunta agresión sexual, el sospechoso se disculpó asegurando que «se había puesto cachondo».
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