Un plan para el retorno de talento deja en el limbo laboral a treinta científicos
Regresaron a España con el plan estatal María Zambrano, pero sufren la falta de estabilización ante la escasez de plazas en la UMU y la UPCT
Una treintena de investigadores de las dos universidades públicas de la Región, la de Murcia (UMU) y la Politécnica de Cartagena (UPCT) forman parte ... del colectivo de setecientos científicos que regresaron a España gracias al programa nacional de captación de talento internacional María Zambrano y que sufren la falta estabilización laboral en diferentes centros del país. Ello les obliga a buscar alternativas para continuar con su carrera dentro o fuera del sistema público; perjudica a los grupos de investigación y a las universidades, al frenar proyectos y la renovación de las plantillas de docentes y científicos; y puede disuadir a otros 'cerebros' de retornar a su país de origen tras completar un periodo de especialización en el extranjero.
La inestabilidad de los conocidos como 'zambranos' ha salido a la palestra tras la solicitud de un grupo de afectados para reunirse con la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, adelantada por 'El País'. Morant reaccionó instando a las universidades a que estabilicen a estos investigadores dentro de sus convocatorias de personal. Argumentó que, si bien el María Zambrano no incluye la consolidación de las plazas (sí lo hacen otros programas como Ramón y Cajal y Margarita Salas), «tenemos la obligación de atraer y de retener el talento».
Desde 2021 se han beneficiado de las ayudas unas 1.500 personas, gracias a una convocatoria del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea. A esa oferta no le han seguido otras y ante el horizonte de agotamiento de los contratos, que duran entre uno y tres años, los científicos rastrean otras ayudas, becas y plazas en sus centros o en otros de España y del exterior.
Contratos de hasta tres años
Uno de sus problemas es que, por la corta duración de sus contratos, no pueden liderar ciertos proyectos de investigación. Eso les impide ganar puntos clave para optar a empleos en las universidades. Todo ello, en un contexto de precariedad que afecta a otros investigadores. «No sé en qué pensaba el Gobierno al sacar el programa María Zambrano y no incluir la estabilización. Genera gran inestabilidad profesional y familiar, frustra una expectativa legítima de los investigadores y daña el interés de España. Los países más avanzados son los que más invierten en ciencia y tecnología», comenta a este diario Jordi Ribas, investigador de la Facultad de Veterinaria de la UMU.
Jordi Ribas, cientifíco en la Facultad de Veterinaria: «La inestabilidad afecta en lo profesional y lo familiar, y daña el interés del país»
«Soy de Gerona y tengo 36 años y un hijo de diez meses, que está con mi pareja en Cataluña, porque ella no puede renunciar a un trabajo estable para venirse aquí en mis circunstancias. Afortunadamente, acabo de sacarme una plaza en el Departamento de Biología Celular de la Universidad de Barcelona y estoy deseando firmar el contrato y empezar allí», explica Ribas. Se muestra «muy agradecido a la UMU por la oportunidad» que le dio de volver de Estados Unidos, donde estaba adscrito a un instituto de investigación de Hawai. También ha pasado por la Universidad de Gerona. En la Región de Murcia, trabaja en un proyecto de mejora de la producción porcina a través del estudio de la fertilidad, con otro Jordi, Jordi Roca, como tutor.
Este catedrático de Medicina y Cirugía Animal de la UMU, del área de Andrología Animal, lamenta «la inseguridad total» de estos investigadores y ve «de ley darles una salida digna». Denuncia «los vaivenes en las figuras de contratación» y «que los investigadores no puedan centrar todos sus esfuerzos en sus proyectos, porque tienen que dedicar tiempo a buscar cómo dar estabilidad a sus carreras y a sus familias, ya que suelen tener entre 30 y 40 años».
Ayudantes doctores
Daniel Alcaraz, doctor en Lingüistica e investigador en el Departamento de Filología Inglesa de la UMU, tuvo una ayuda Zambrano ocho meses en 2023 pero accedió después a una Beatriz Galindo. «El contrato es para cuatro años y hay compromiso de permanencia, lo que evita la intranquilidad», dice este cartagenero de 32 años, que regresó desde Wisconsin (EE UU). Experto en comunicación multimodal (lenguaje verbal, no verbal y tecnológico) aplicada a los procesos de comprensión de la información, reclama acabar con la «confusión» y aumentar el presupuesto en ciencia: «Lo necesario y lo lógico es retener el talento».
Respecto a los profesores ayudantes doctores y otros grupos, la ministra espera que las comunidades autónomas apoyen la aplicación de la Ley de universidades, la LOSU. Morant les insta a comprometerse a financiar 4.200 vacantes y cumplir el requisito de temporalidad del 8%. La tasa media actual es del 49%.
El director general de Universidades e Investigación de la Comunidad, Antonio Caballero, asegura que «el Gobierno regional se compromete a sufragar los gastos de estos contratados hasta el final de su vida laboral, lo que supone el pago de unos 34 años, y el Ministerio solo financiaría los seis primeros años». Caballero exige «saber los detalles sobre a qué se compromete el Estado exactamente, a qué nos tenemos que comprometer nosotros, cuánto dinero supone y qué plazos hay».
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Recursos limitados para cubrir las crecientes vacantes por jubilación
«En la UMU tenemos a 28 investigadores María Zambrano y estamos intentando dar todas las oportunidades que podemos a este colectivo, dentro de lo que nos permite la legislación vigente asociada a la orden de bases del Ministerio. Ello, en la línea de la Conferencia de Rectores», señaló la vicerrectora de Investigación de la UMU, María Senena. Y la vicerrectora de Investigación, Transferencia y Divulgación de la UPCT, Catalina Egea, apuntó que «la mayoría de los María Zambrano que tenemos o hemos tenido son investigadores extranjeros de reconocido prestigio, con puestos consolidados» en los países de donde llegaron». «Solo tenemos dos casos de personas a las que les gustaría integrarse en el sistema español y cuyos contratos finalizan a finales de año. Estamos a la espera de que el Ministerio dé alguna instrucción», dijo.
La presidenta del Comité de Empresa del Personal Docente Investigador de la UMU, Marta Latorre, reclamó «buscar fórmulas de consolidación». Y criticó que «no parece coherente ni eficiente promover programas de captación de talento y luego expulsar del sistema a los investigadores». Reclamó que el Gobierno central y la Comunidad Autónoma («con una partida específica en el plan de financiación plurianual») aporten fondos a las universidades para la estabilización de la plantilla de investigadores. Y añadió que las plazas de ayudante doctor «no están diseñadas para los Zambrano, sino para profesores asociados». Entre otras cosas, el sueldo sería inferior. Latorre recordó «la preocupante situación de envejecimiento de la plantilla de muchas universidades, como la UMU», y reclamó «medidas urgentes de incorporación de personal docente e investigador y planes específicos de relevo generacional». Precisó que en 2023 la edad media del profesorado a tiempo completo en la UMU fue de 53,5 años. En más de un tercio de las áreas, 60, la edad media supera los 55 años y en una veintena es superior a 60 años.
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