Pedro Fernández Alén: «Es fundamental para la construcción incorporar más trabajadores inmigrantes»
El dirigente de la confederación nacional pide que «no se limiten las horas extra» ante la falta de personal
Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), refrenda la buena salud y el potencial del sector en la Región y ... en España a pesar de los lastres que siguen atenazando a las empresas, como es la escasez de mano de obra. Algo que tratan de paliar desde la Fundación Laboral de la Construcción, que también preside. Así lo refrendó con motivo de su última visita a Murcia el pasado viernes, para participar en el evento anual de Alumni Enae 'Back2E'.
–¿Cómo define el momento que vive el sector de la construcción?
–El sector está bien. Por un lado, en obra pública tenemos récord de licitación, llevamos 4 años de máximos, tanto de la Administración General del Estado como de las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Otra cosa es la vivienda, puesto que ahí tenemos un problema, ya que no se está construyendo todo lo que se necesitaría y querría, así que acontece una crisis importante en este subsector. Pero, en general, la construcción está viviendo un buen momento, aunque con sus dificultades, por lo que está tirando bien de la economía y ese arrastre se nota cada vez más.
–¿De qué forma se comporta ese dinamismo en esta comunidad?
–En el caso de la Región de Murcia, se está desarrollando también mucho. Además, hay que tener en cuenta que hay empresas muy punteras. Por ejemplo, en obra pública, hay autonomías donde las empresas son más locales y se mueven en un ámbito más reducido, pero en esta comunidad existen algunas que tienen mucha fuerza y tienen presencia en otros territorios. Por lo que hay que hablar de pesos pesados, aun siendo una comunidad pequeña. Claro que en vivienda también se podría estar mucho mejor.
–¿Cómo se afronta el gran obstáculo de la falta de trabajadores?
–Sufrimos una enorme escasez de mano de obra, aunque se han incorporado muchos jóvenes en el último año. Pero la mayoría disponible se encuentra ahora, principalmente, en la obra pública, aunque la realidad es que la edificación residencial requiere mucha intensidad de mano de obra. Mientras, tenemos casi un 30% de desempleo juvenil, cuando además nos vemos condicionados por la menor presencia de mujeres en el sector, ya que solo representan el 12%, pese a que en dos años hemos subido casi 3 puntos su presencia. Con todo, sigue habiendo una infrarrepresentación.
«Somos el único sector que ha logrado reducir los itinerarios, con cursos de 80 horas»
–Desde su patronal han advertido también del problema añadido que se avecina con el planteamiento del Ministerio de Trabajo de endurecer el registro horario contra las horas extra.
–En toda Europa, la jornada voluntaria se deja a la negociación colectiva. Y somos el único país junto a Finlandia en el que las horas extra están marcadas por ley –un total de 80, lo que significa 1,20 horas a la semana, que es algo ridículo–. Nosotros lo que estamos diciendo es que quien quiera trabajar más que pueda hacerlo. Además, lo que ocurre es que las empresas dicen que, para poder cubrir toda la demanda de trabajo que tienen, les harían falta unas 400 o 450 horas extra al año por trabajador. Y hay que tener presente que las mismas son voluntarias y que se pagan por encima de la hora normal.
–¿Ese mayor control podría comprometer la ejecución de obras?
–Si estamos en un sector marcado por la falta de mano de obra y la necesidad de movilidad geográfica de los trabajadores, muchas veces los desplazamientos no resultarían rentables. Esta medida del registro horario conllevaría un perjuicio mayor, aparte de ir en contra de los propios trabajadores, ya que quien desea trabajar más porque lo necesita no puede. Resumiendo, estamos poniendo una jornada forzosa, pero estamos bloqueando la jornada voluntaria. Sin embargo, no deberían ponerse límites a las horas extra. Eso nos ayudaría. Que se deje a la negociación colectiva, y que la administración se centre en controlar que sean voluntarias y se coticen, porque además sería mucho más dinero para la Seguridad Social.
«Lo primero es que no tenemos suelo y, además, la realidad es que la VPO ha estado olvidada»
–¿Y qué se puede hacer para darle la vuelta a la situación de cara a atraer a más personal?
–Creemos que hay que poner en marcha un plan para hacer atractivo el sector. Tenemos que mejorar nuestra imagen para enseñar a los jóvenes que es una actividad en la que se cobra bien y hay buenas condiciones, donde las mujeres pueden desempeñar tareas en muchos puestos, incluso desarrollándolos mejor que los hombres; y, por supuesto, incorporar más a los inmigrantes, sobre todo, cuando hay tantas miles de personas en situación irregular. En este último caso, resulta fundamental el arraigo por formación e, igualmente, traer inmigrantes de fuera si fuera necesario. Es decir, buscar profesionales de otros países que no tenemos aquí. Es algo que debería ponerse en marcha de manera inmediata por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
–Pero muchos no parecen ser conscientes de la importancia de los trabajadores extranjeros.
–Es que tenemos inmigrantes que quieren trabajar, regularizar su situación, así que es imprescindible facilitar su entrada en el mercado laboral, porque así también esos jóvenes en situación irregular se pueden regularizar e incorporar como cotizantes a la Seguridad Social, con lo cual luchamos también contra la economía sumergida.
–Ustedes llevan tiempo haciendo una apuesta firme por la formación de estas personas.
–Somos el único sector productivo que ha logrado reducir los itinerarios formativos, que muchos son itinerarios especialmente largos y alambicados, de 600 a 900 horas. Así que los hemos fraccionado en cursos de aproximadamente de 80 horas, que son microformaciones en los campos de edificación y obra civil, electricidad y electrónica, energía, agua e industria extractiva, que permiten que puedan entrar de inmediato en el mercado de trabajo. Porque, de esa manera, van a aprender un oficio, el idioma, la cultura. Además de que, rápidamente, en dos o tres semanas pueden estar trabajando en una empresa, cobrando un sueldo de hasta 30% por encima del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y siendo unos cotizantes más.
«Serán cada vez más las empresas que se van a apuntar a la industrialización, pero no el 100%»
–¿Hasta dónde se puede llegar en la búsqueda de soluciones?
–En nuestro caso, hemos ofrecido la Fundación Laboral de la Construcción, donde tenemos más de 65 centros por toda España y hemos formado ya a 110.000 trabajadores, aunque tenemos capacidad de hacerlo con más de 200.000. Así, hemos ofrecido al Gobierno poner en marcha estos itinerarios. Así que se puede poner en marcha un plan para regularizar inmigrantes por vía de formación, por arraigo, y lo podemos hacer de una manera rápida. En pocos meses tendríamos muchos más profesionales en España en la construcción y ganaríamos cotizantes. Porque esa es la desazón del sector, que aunque va bien podría hacer más. En la fundación, empresarios y sindicatos estamos de acuerdo.
–Pero las expectativas a corto plazo no son halagüeñas.
–Necesitamos mucha más gente trabajando en el sector. Si pensamos que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido 184.000 viviendas y consideramos, por ejemplo, una media baja de tres trabajadores para hacer una vivienda, que en verdad no es así, ya que son más, estaríamos hablando de que se necesitarían 600.000 trabajadores en España. Lo que sucede es que solo con los cálculos para obras del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con los fondos europeos, que termina a mediados de 2026, la cifra necesaria apunta a 700.000 trabajadores. Sin olvidar el reto de relevo generacional ante el envejecimiento de las plantillas.
–Hablemos del desequilibrio existente con la escasez de oferta residencial, de cómo se ha llegado ahí.
–En primer lugar no tenemos suelo, nuestra materia prima que necesitamos para hacer vivienda. Luego el análisis sobre la edificación residencial constata que hay una demanda embalsada importantísima. Después, la realidad de la vivienda protegida es que ha estado olvidada durante mucho tiempo, aunque también es cierto que los módulos cada vez se actualizan más, con lo cual las cifras de VPO van saliendo para el sector.
–Los jóvenes sufren de forma especial el problema de falta de disponibilidad de vivienda.
–En la Región de Murcia se podría desarrollar mayor oferta residencial, todavía más cuando su gobierno regional es especialmente sensible con la política de vivienda y ha escuchado las demandas que se les ha trasladado desde el sector. De hecho, muchas de las medidas que han puesto en marcha aquí se han llevado a otros territorios. En este sentido, han sido líderes o estandarte de medidas importantes como es, por ejemplo, el tema de de ayudas a los jóvenes para la compra.
–¿Qué es lo que imposibilita que no se pueda desarrollar toda la vivienda que se necesita?
–Intentando hacer un diagnóstico lo más sincero posible, lo primero de todo es que tenemos una Ley del Suelo deficiente. En concreto, hay un problema principal con el artículo 55 que obliga a que un desarrollo urbanístico, que puede llevar tantos años realizarlo, tenga que retrotraer todas sus actuaciones a origen ante un defecto formal, subsanable. Algo que hace que haya una enorme inseguridad jurídica en el mercado. Y aunque PP y PSOE se han puesto de acuerdo en el diagnóstico de la situación, luego no coinciden a la hora de arreglarlo en el Congreso. Algo que no tiene sentido que sea así. Por ejemplo, hemos visto anulado un plan urbanístico por los jueces por considerar que su informe de perspectiva de género no era considerado lo suficientemente profundo y serio para que valiese.
–¿Y qué ocurrió en ese caso?
–Es un municipio de la Comunidad de Madrid con un nivel de renta muy alto. Entonces, lo que sucedió es que se echó para atrás ese planeamiento urbanístico cuando las viviendas ya estaban construidas, muchas de ellas financiadas y muchas de ellas ocupadas. Pero se anuló, con lo que eso conlleva. Y hubo que esperar a una sentencia del TSJ que dijo que no no se necesitaba informe de perspectiva de género y anuló ese fallo. Por tanto, el promotor inmobiliario lo que quiere es certezas.
–Y este es un problema que afecta a cualquier territorio.
–Es que ante nuevos desarrollos en la Región de Murcia, igualmente los empresarios no deberían tener que temer que alguien pueda denunciar durante no sé cuántos años para que entonces ese desarrollo pueda anularse. Porque si sucede así no dispondremos de suelo, no tendremos nuestra materia prima, que es lo que lo que necesitamos para hacer vivienda.
–En cuanto a la innovación, ¿qué futuro se abre con la construcción industrializada?
–Hay que partir del hecho de que esta es una forma más de construir; no es la panacea ni tiene que ser el 100% del sector. Esto no va por ahí. Pero claro que se está haciendo cada vez más. Y serán cada vez más las empresas que se van a apuntar a la industrialización, a montar fábricas, aunque para ello hay que tener una estabilidad de ventas en el tiempo para que sea rentable. Porque es evidente que se acortan los plazos, aunque eso conlleva el reto del pago de la financiación.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión