El 'paraíso fiscal' del Valle de Ricote que atrae a las firmas de 'renting' de coches

Este tributo de gestión y recaudación local cuenta con unas bases mínimas y máximas que deben respetar todos los municipios, pero los ayuntamientos disponen de un margen de maniobra a través de bonificaciones que, en la práctica, abren la puerta a la competencia fiscal.

Ulea, con 874 habitantes, cuenta con 6.647 turismos domiciliados desde 2015. De ellos, 110 pertenecen a particulares y 6.537 a empresas, según consta en el portal estadístico de la DGT. La explicación la da el alcalde de la localidad, Víctor López: «Hace cuatro años firmé un convenio con dos marcas muy importantes de automóviles por el que domicilia aquí los vehículos de 'renting' para comerciales que circulan por toda España, y también para los distintos aeropuertos del territorio nacional». Estos coches, continúa el regidor, «no tienen una localización exacta. No son vehículos de una flota asentada en otro municipio que pagan en Ulea, sino que son coches itinerantes que están en un circuito nacional. Como no se encuentran en un lugar concreto, es legal», apunta. El requisito es que la empresa debe tener la sede fiscal en Ulea, como ocurre: «Tienen una oficina, y ahí recogen toda su documentación, sus cartas, etcétera».

El otro municipio con mayor proporción de coches por habitante es Ojós. Con cerca de 500 habitantes, el Ayuntamiento ha acogido a 2.367 turismos desde 2015, de los cuales 47 son de particulares y 2.320 están a nombre de empresas. Su caso también se debe a la llegada de empresas de 'renting', aunque en este caso el primer edil, José Emilio Palazón, asegura que no es una situación buscada. «Tenemos los impuestos muy bajitos, porque si no los vecinos se van. Y algunas empresas se han implantado aquí, aunque es una situación que va a menos. Se están yendo a otros municipios».

En Ulea, el impuesto es de 88,05 euros para turismos de 12 a 15,99 caballos fiscales, y en Ojós, de 71,94, mientras que en Murcia es de 136,57 y en Puerto Lumbreras, 143,88. A esos 88 de Ulea hay que descontarles el 65% de bonificación para coches de menos de seis años que aplica el Consistorio, lo que deja el impuesto en poco más de 30 euros. Eso ha permitido al municipio multiplicar por cuatro la recaudación. De poco más de 30.000 euros a 110.000, según confirma el alcalde.

«Este es un asunto del que se ha tratado en las distintas comisiones e informes para la reforma tributaria desde 2014. Bastantes expertos plantean establecer mínimos y máximos más estrictos para evitarlo», subraya el secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo. Para él, estos municipios realizan «competencia desleal a otros consistorios». «Sería deseable que tuvieran una mayor responsabilidad fiscal, porque está claro que están haciendo caja. Y es muy rentable, porque no están soportando el tráfico de esos vehículos, que circulan en las calles de otras localidades que no reciben nada a cambio. Para ellos es dinero gratis que recaudan todos los años, como caído del cielo».