Una sala inmersiva permitirá visitar la Cueva del Puerto de Calasparra con realidad virtual

El Ayuntamiento de Calasparra adjudicó en 2022 la gestión de la Cueva del Puerto a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Tecmisa y Qalat Aventura, que ha llevado a cabo varias actuaciones, como el arreglo y la ampliación de la instalación eléctrica, que se ha dividido en seis tramos y cada uno de ellos en tres fases, permitiendo que las distintas zonas se vayan iluminando cuando llega el grupo que está visitando la cueva a las inmediaciones de las salas que componen todo el recorrido.

También se ha ampliado la zona de aparcamiento junto al centro de recepción de visitantes. Juan del Olmo, gerente de la UTE, adelantó que «junto a esta sala, se habilitará una zona con minerales luminiscentes, como los que se pueden contemplar en el interior de la cueva, así como una colección de minerales raros». También se ha iniciado otra mejora para la reutilización de los postes de hormigón de los puntos de luz de la antigua instalación eléctrica para colocar minerales, fósiles y trozos de meteoritos para que los visitantes puedan también verlos a lo largo del recorrido.

En uno de estos postes ya se puede contemplar un molar de mamut procedente de los Países Bajos y el proyecto contempla ir colocando en estos hitos otras piezas con valor geológico que complementen la visita. Las diferentes actuaciones que se han llevado a cabo, desde su descubrimiento en 1966, han convertido la Cueva del Puerto en la única cavidad de la Región que está acondicionada para ser visitada por todos los públicos ofertando un recorrido que permite contemplar diversas formaciones geológicas como estalactitas, estalagmitas, columnas y otros espeleotemas singulares que ofrecen un espectáculo impresionante.

Teresa García, alcaldesa de Calasparra, comentó a LA VERDAD que «la Cueva del Puerto es un emblema natural y turístico para nuestro municipio, la consideramos, no solo un atractivo natural de gran belleza, sino también uno de los grandes referentes turísticos del municipio y de la Región». También añadió que «esta cavidad subterránea es la más extensa de la Región abierta al público y su singularidad ha convertido a Calasparra en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y el turismo de interior». La regidora argumentó que «no es solo una joya geológica, es un orgullo para nuestro pueblo, y cada vez que alguien la visita descubre una parte de la historia natural de esta tierra».

En cuanto al potencial turístico destacó que «la riqueza interior de sus salas, sus paisajes escondidos y su magia subterránea son elementos que sirven para dinamizar el turismo rural y familiar, ofreciendo una experiencia única en un entorno que combina cultura, naturaleza y hospitalidad local». Teresa García amplió que «por estos motivos, la Cueva del Puerto es mucho más que una cueva, es la puerta de entrada a todo lo que Calasparra puede ofrecer; su gente, su gastronomía, sus paisajes y su historia, ya que forma parte de nuestra identidad y cada vez atrae a más visitantes que buscan una experiencia auténtica».

En el recorrido se pueden contemplar estas formaciones en la Sala de los Garbanzos, la Sala de la Sima o la conocida como Capilla Sixtina, donde se pueden observar algunas de las formaciones más espectaculares de la cueva. Al llegar a otra de las salas, la de las Raíces, se pueden contemplar otros elementos muy singulares con cúpulas, canales y otros conductos que hacen de esta zona una de las más impresionantes donde se pueden contemplar elementos que ayudan a comprender cómo se formó la cueva, un período lento en el que la cavidad se llena de agua caliente y ácida en continuo movimiento; una vez que bajó el nivel del agua, las filtraciones de agua del exterior de la cueva fueron dando origen a los espeleotemas. En esta zona también se pueden ver los depósitos de guano de una gran colonia de murciélagos que generaron estos restos orgánicos que hicieron aumentar la corrosión ambiental. Sobre el lecho formado por el guano se han colocado minerales luminiscentes que se pueden observar cuando se apaga la luz y se enciende la luz negra. El recorrido continúa hasta la Sala de los Clastos, donde se pueden contemplar también los colapsos y derrumbes que se fueron produciendo en esta zona. Más adelante se llega a la Sala de la Medusa y desde allí hasta que finaliza el recorrido y se sale de la cavidad.

Para todos los públicos

Para quienes deciden conocer la cavidad se ofrecen distintos tipos de visitas; desde la turística, que no ofrece dificultad alguna, con un recorrido de unos 700 metros, con un desnivel aproximado de unos 50 metros, y acondicionado con pasarelas y escaleras; hasta la deportiva, con recorridos más técnicos para quienes quieran iniciarse en la espeleología.

La Cueva del Puerto es una cavidad que se desarrolla principalmente en calizas blancas formadas hace unos 83 millones de años durante el Cretácico Superior, que se compone de un entramado de galerías con numerosas formaciones geológicas. El origen está relacionado con procesos hipogénicos-hidrotermales con circulación de aguas subterráneas con gases y minerales en disolución que reaccionaron con las rocas disolviendo la calcita y creando grandes cavidades.

Tanto el descubrimiento como la exploración de la Cueva del Puerto han sido procesos muy largos y continuos, en los que han participado diversos grupos de exploradores e investigadores que han contribuido a ampliar el conocimiento sobre esta cavidad que hoy en día podemos visitar y disfrutar gracias al trabajo realizado a lo largo de las últimas cuatro décadas.

Paralelamente a estos trabajos, el Ayuntamiento de Calasparra ha presentado diferentes proyectos que han permitido realizar las actuaciones necesarias para que la Cueva del Puerto pueda ser visitada por todo tipo de público.

Las primeras ayudas llegaron a través del programa Leader I, que financió en un 75% (el resto fue aportación municipal) en los años 90 del siglo pasado, el primer acondicionamiento de la cueva para ofrecerla como recurso turístico. En el recorrido se colocaron postes de hormigón para la iluminación de las diferentes salas que se visitaban y se construyó un pequeño edificio como centro de acogida. Tras elaborar el estudio de viabilidad e impacto ambiental, se redactó el proyecto de acondicionamiento de la cueva con la puerta de entrada, las escaleras de acceso, la iluminación interior de toda la cueva con grupo electrógeno y con la construcción de caminos de acceso para vehículos.

Unos años más tarde se acometió otro proyecto para la instalación de un depósito de agua, placas solares y otros elementos de seguridad como la colocación de barandillas. Posteriormente, en 2004, se realizó una primera mejora de la iluminación y se creó el Centro de Interpretación geológica en la cueva. Un año más tarde se construyó un edificio más grande para la acogida de visitantes, a través del Plan de Dinamización Turística del Noroeste. Posteriormente, en 2015, el Consorcio Turístico Desfiladero de Almadenes financió la ampliación de la Cueva, el nuevo acceso y el entorno exterior.