Una orden judicial obliga a desmontar el popular Chinguirito de Los Alcázares por falta de permiso
El negocio playero funcionó durante 30 años, pero al no tener licencia, no pagaba alquiler ni canon municipal
El pulso judicial entre los promotores del Chinguirito y el Ayuntamiento de Los Alcázares ha terminado estos días con el desmontaje del quiosco. La última orden del juzgado ha llevado a los propietarios a cerrar el popular chiringuito, después de 30 años de funcionamiento frente a la playa, y a desarmar los tablones para dejar el terreno vacío, ya que el nuevo adjudicatario tiene que levantar allí su propio negocio. Los operarios municipales notificaron a los dueños la orden de desalojo el pasado mes de junio y tuvieron que darse la vuelta con un acta que recogía la negativa de los promotores, según explican fuentes municipales. Tras notificar al juez el bloqueo de la situación, una nueva orden judicial ha ordenado su desmontaje. «Lo están haciendo los dueños, que es la mejor de las maneras, siempre preferible a una ejecución de demolición», explica el alcalde, Mario Pérez Cervera.
Los propietarios siempre denunciaron la ilegalidad del desahucio, por eso acudieron al Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Cartagena que denegó en noviembre de 2024 la paralización del proceso de desahucio, que pedían como medidas cautelares. De hecho, recurrieron el dictamen y el juez reiteró su decisión de dar vía libre al procedimiento municipal. El limbo legal en el que se encontraba el bar playero vio su final cuando el Ayuntamiento licitó las concesiones de los quioscos costeros en terreno municipal.
Un total de 9 quioscos a lo largo del paseo marítimo, que se encontraban fuera de ordenamiento desde hacía años. «Todos los chiringuitos estaban en precario, así que en 2021 los técnicos me entregan un informe que reflejaba la situación irregular: los chiringuitos en terreno municipal funcionaban en suelo público frente al mar sin pagar nada, lo cual es una competencia desleal para otros hosteleros», explica el alcalde. Los dueños no se presentaron a la licitación pública para la concesión de nuevos permisos de ocupación de terreno, ya que defendieron que poseían un título habilitante, por lo que denunciaron a varios miembros del Gobierno local y a dos funcionarios municipales. El Ayuntamiento ve avalada su actuación por la negativa del juez a paralizar el procedimiento y la orden judicial de desmontaje del negocio.
De la demora que ha supuesto el enfrentamiento en los tribunales, queda un damnificado. El adjudicatario legal de la concesión ha esperado dos años para construir su chiringuito en esa parcela que ahora quedará libre, por lo que podrá levantar el quiosco este mismo verano. El nuevo concurso para regularizar la situación de los chiringuitos situados frente a la playa -no los del Dominio Público Marítimo Terrestre- exigió a los titulares abrir durante todo el año con horario de 9 a 22 horas en temporada alta, y de 10 a 18 horas en temporada baja como mínimo de viernes a domingo.
Tienen la obligación de cumplir con la normativa ambiental, como incorporar iluminación de eficiencia energética y proveer a los clientes de recipientes reciclables para evitar que los residuos como las pipas, chicles o colillas vayan al suelo, a la arena o al mar. Además, tienen que colaborar en el mantenimiento y limpieza de los aseos públicos.
El acuerdo municipal les exige que organicen actividades, que pueden ser de tipo cultural deportivo, gastronómico o ambiental. También se valoró para la concesión el diseño del chiringuito. El próximo año será el turno de la licitación de los otros chiringuitos y quioscos situados en Dominio Público Marítimo Terrestre con autorización de Costas, cuyo contrato finalizará en 2026.