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Un hombre de 33 años se encuentra en estado grave en el Hospital Reina Sofía de Murcia después de que su padre, de 60 años, le asestara, presuntamente, seis puñaladas en su casa de Calasparra durante una discusión familiar. Tras la agresión con el arma blanca, el progenitor se arrojó al vacío desde el balcón de la vivienda, situada en la tercera planta de un edificio, y murió. Esta es la principal hipótesis de los agentes del equipo de Policía Judicial de Caravaca que instruye diligencias por el caso de violencia doméstica, según confirman fuentes cercanas a la investigación.
Eloísa, la madre de la víctima y mujer del presunto agresor, se marchó a las ocho de la mañana al mercado, y al regresar a su casa, 45 minutos después, se encontró a su hijo, Tony, como le conocen sus allegados, sangrando abundantemente. Tenía seis puñaladas en el costado, en la espalda, en ambos brazos y, la más grave, en el tórax. La mujer comenzó a buscar a Antonio, su marido, por la vivienda, ubicada en la calle Secano de Calasparra, pero no lo encontró. Fue al asomarse a la calle cuando vio el cuerpo de su esposo tirado en un solar aledaño al bloque de pisos.
En ese momento, Eloísa llamó al Centro de Coordinación de Emergencias 112 para avisar de que su marido se había precipitado desde un tercer piso después de acuchillar a su hijo. Al lugar acudieron agentes de la Policía Local, Guardia Civil y una UME, cuyos sanitarios solo pudieron certificar la muerte del hombre.
El herido por arma blanca fue trasladado en un primer momento al Hospital del Noroeste, en Caravaca de la Cruz. Sin embargo y ante las graves heridas que presentaba, lo derivaron al Hospital Reina Sofía, donde permanece ingresado en la UCI en estado grave.
Tony vivía en la casa de sus padres y, después de trabajar como jornalero recogiendo fruta, había ingresado hacía dos años en la bolsa municipal del Ayuntamiento de Calasparra, con empleos temporales en el servicio de limpieza. De hecho, su último contrato venció el pasado 31 de agosto.
La discusión que desencadenó el apuñalamiento se originó, según apuntan fuentes cercanas a la familia, porque Antonio llevaba días recriminando a su hijo las malas compañías con las que se relacionaba desde hacía tres meses.
Tanto es así que, el viernes 21 de agosto, Tony fue detenido junto con otras dos personas por la Guardia Civil, acusados de cometer una oleada de robos en casas de campo, comercios y en un lavadero del municipio. Tony confesó su implicación en los asaltos, pero declaró que su participación en los robos se limitaba al traslado en coche de los miembros de la banda.
El juez decretó su libertad provisional por los delitos contra el patrimonio y robo con fuerza, para los que el fiscal pide dos años de prisión. Sus amigos de toda la vida relataban ayer que se encuentran desolados, ya que, precisamente, iban a quedar con Tony para convencerle de que recondujera su vida, según confirman fuentes cercanas a la familia.
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