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La tranquilidad que siempre reina en el paraje de Las Torres de los Cánovas, en Fuente Álamo, saltó por los aires la noche de este viernes, cuando un vecino de la calle Escuelas, Francisco, de 58 años, acabó presuntamente con la vida de su cuñado, de 31, con un disparó a bocajarro que le perforó el abdomen, causándole la muerte en el acto.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 9 de la noche en uno de los tres duplex que hay en la calle Escuelas. Una discusión familiar desencadenó lo sucedido. Al margen ahora arrestado y el hombre fallecido, también se encontraban en la casa la esposa, de 33 años, del presunto homicida y otro hermano de la mujer.
Fue la vecina de al lado la primera que alertó a la policía tras escuchar dos disparos. También dio la voz de alarma el otro hermano de la víctima. La primera detonación impactó contra la pared y la segunda fue la que provocó el fatal desenlace. La vecina que avisó de lo sucedido estaba sola en el momento de los hechos, aunque vive con su hija y su yerno, que estaban fuera cuando ocurrió el suceso.
El hombre disparó presuntamente con una escopeta legal que tenía por su condición de cazador. Los agentes, no obstante, revisaron el armero que tenía en su dúplex.
La comidilla de este sábado en Las Torres de los Cánovas era lo acaecido la noche anterior. «Es la primera vez que pasa aquí algo parecido. Esto es muy tranquilo», explica a LA VERDAD una vecina, que prefiere mantenerse en el anonimato.
Los residentes en la zona describen a Francisco, el presunto homicida, como «un buen hombre, tranquilo». «No pensábamos que podía acabar así», afirma un vecino que vive enfrente de donde se produjo el deceso.
El hombre que presuntamente disparó vivía en Las Torres de los Cánovas desde hace más de 20 años. Vivía solo hasta que contrajo matrimonio en Marruecos con su actual pareja, que llegó a Fuente Álamo junto a uno de sus hermanos, quien recibió el disparo.
El presunto agresor estuvo casado previamente y tuvo dos hijos que residen en Cartagena actualmente, de donde también es natural Francisco. Como consecuencia de un accidente laboral, cobra una paga que completa con la realización de pequeños trabajos en explotaciones agrarias y ganaderas de la zona. «Siempre está dispuesto a ayudar y dice amén a todo», afirman vecinos del entorno.
La víctima era «normal. Se le veía salir a pasear por las tardes y nunca hubo ningún problema con él», señalan residentes del entorno.
Testigos presenciales detallan que Francisco no opuso ninguna resistencia cuando llegaron los agentes de la Policía y la Guardia Civil. «Admitió los hechos, lo detuvieron y lo metieron en el coche», describen los vecinos.
En la puerta del dúplex donde se produjo el suceso permanece aparcado el coche de Francisco, un Citroën Saxo de color azul marino. El juez levantó el cadáver pasada la medianoche y el operativo policial desplegado se retiró bien entrada la madrugada. Los agentes pidieron a los vecinos que se marcharan a sus casas. La Policía Judicial de la Guardia Civil ha abierto una investigación para aclarar lo sucedido.
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