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Miguel A. P., principal acusado de la agresión, abandona los juzgados tras recobrar la libertad. N. García / AGM

Los ocho noes que no escucharon

La Policía accede a los vídeos de la supuesta violación grupal a una chica en un chalé de Molina y sostiene que prueban un ataque «especialmente vejatorio»

Lunes, 12 de septiembre 2022, 03:15

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Fueron ocho noes. No una, ni dos... sino ocho las contundentes negativas que enarboló la víctima de la supuesta agresión sexual cometida, por parte de tres jóvenes, en una fiesta multitudinaria celebrada en un chalé de Molina de Segura en diciembre de 2020. La oposición de la joven quedó reflejada en los vídeos que los acusados grabaron con sus móviles. Unas imágenes que no dejan mucho lugar a equívocos, ninguno a la imaginación y se perfilan ya como la principal prueba que, previsiblemente, llevará a estrados a estos tres veinteañeros, actualmente en libertad con cargos. Los investigadores de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (Ufam) de la Policía Nacional han recabado esas grabaciones, que ya están en manos de la juez instructora y que, según su informe, recogen unas negativas de la víctima que «no pudieron pasar desapercibidas».

Los vídeos y audios en los que bucean los agentes de la Ufam fueron grabados en la madrugada del 7 de diciembre de 2020 en el transcurso de una fiesta en un chalé de una pedanía molinense. Poco importó que muchas de las limitaciones de movilidad y de reunión establecidas con motivo de la pandemia siguieran en pie. Varias decenas de jóvenes, muchos de ellos integrantes de un equipo de fútbol de una pedanía de Murcia, se reunieron dispuestos a disfrutar al máximo de la noche.

«Ya es demasiado»

Mientras sonaba la música a todo volumen y el alcohol corría a chorros, una joven estrechó lazos con un chico y ambos se retiraron a un sitio más íntimo para mantener relaciones. Según se desprende de las actuaciones, mientras están manteniendo relaciones sexuales se asoma por la puerta un amigo del anterior y pide permiso para incorporarse al encuentro, que pasa a convertirse en un trío.

Hasta ahí, en apariencia, la mujer no pone impedimento alguno y ejerce plenamente su libertad de mantener relaciones sexuales cuando y con quien quiere. La situación se complica cuando, según explican los policías, uno de los jóvenes abre la puerta e invita a un tercero –Miguel A. P.– a sumarse al grupo. Y es ahí, supuestamente, cuando la chica, que hasta ese momento no ha puesto impedimento alguno al intercambio sexual, dice que basta y que «ya es demasiado».

«Los vídeos te los paso, pero no los vayas a mandar por ahí, chacho, que podemos tener un problema», dice uno de los acusados, en libertad con cargos

En esos vídeos, que los otros dos acusados –Pedro G. e Ignacio P.– presuntamente grabaron para jactarse de su 'hazaña' sexual, la víctima llega a dejar clara su negativa hasta en ocho ocasiones, según recogen los investigadores de la Ufam en su contundente informe. De los audios e imágenes recabados se concluye que manifestó verbalmente que no quería mantener relaciones con el tercero de esos jóvenes. Unas negativas que, incide la Policía, «no pudieron pasar desapercibidas». Pese a ello, tal y como se ve en los vídeos, el tercer joven se suma a la relación sexual, presuntamente forzando a la chica a hacerle una felación. «Estaba (...) y otro clavándosela y me dice, ¿M. quieres follar? Y digo, pues claro, y dice, pues pasa para adentro (...)», explica Miguel A. P. a un amigo a través de un audio de Whatsapp, incorporado ahora a la causa. «Le metimos una paliza de locos y se dejaba grabar. Un show».

Los investigadores policiales aseguran que la mujer llegó a exteriorizar físicamente la negativa a esa relación sexual intentando apartar la cara y poniéndose las manos en la boca para impedir que la obligasen a practicar la felación. En el transcurso de este presunto ataque, el principal acusado golpea a la chica en la cara, el pecho y el culo provocándole algunas lesiones visibles y moratones. Una actitud que el joven, además, no escondió en un audio que posteriormente envió a un amigo relatándole lo ocurrido: «Madre mía qué paliza le pegué, pero en plan bien. A lo mejor le metía dos hostias. Le metía la picha en la boca, le decía ¿quieres más? Y decía no, pues digo, 'abre la boca', y decía no. Y entonces, con las mismas, abría la boca y otra hostia. Qué barbaridad tío. Qué guapo».

Los policías aseguran que en las imágenes se observa, sin embargo, cómo la chica termina rindiéndose «sumisa y obedeciendo». Una circunstancia que vinculan con la superioridad numérica en la que se encuentran los varones –tres a uno–, con el estado de embriaguez de la chica y con la «agresividad y violencia que empleó el principal acusado». Con este cóctel, razonan, «no puede haber una mayor exigibilidad de negativa o resistencia de la víctima».

En tratamiento psicológico

Los investigadores subrayan que se trata de una «agresión sexual particularmente degradante», ya a que ella se añade el «plus vejatorio» de que grabaron el supuesto ataque a la víctima que, incide la Policía, está recibiendo tratamiento psicológico. En las imágenes, remarcan, Miguel A. presuntamente se asegura de que quede constancia de las lesiones a la chica para alardear con sus amigos. La Ufam hace hincapié, además, en que no se aprecia entre los procesados «remordimientos o preocupación por la víctima» y resalta que éstos, incluso, se solicitan los vídeos para «reírse un rato». La Policía llegó a recabar una conversación a través de audios de Whatsapp que mantienen los acusados Pedro G. y Miguel A. P. tras perpetrar el supuesto ataque:

–Pedro G: «Me tienes que pasar primero los vídeos que me pegue una paliza a reírme antes de acostarme y ya me acuesto feliz esta noche (risas)».

–Miguel A. P.: «Los vídeos te los paso, pero no los vayas a mandar por ahí, chacho, que podemos tener un problema».

A preguntas de este diario, el letrado Manuel Martínez, que se encarga de la defensa del principal acusado, declinó realizar declaraciones. Un juzgado de Murcia –que aún no había tenido acceso a estos vídeos– dejó en libertad con cargos a los tres acusados.

Investigan a otros dos jóvenes por difundir el vídeo en Instagram

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Molina de Segura investiga a Miguel A. P. por un presunto delito de agresión sexual del que también están acusados Pedro G. e Ignacio P. La Policía Nacional sostiene que estos últimos grabaron el ataque y que esas imágenes fueron mostradas a otros dos amigos. Uno de ellos presuntamente copió la escena y la difundió a través de Instagram -con un 'mensaje bomba'- al menos a otras cinco personas. Uno de los destinatarios está también investigado por hacer un pantallazo y enviarlo a otro amigo.

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La Policía accede a los vídeos de la supuesta violación grupal a una chica en un chalé de Molina de Segura