Borrar
Una mujer camina por uno de los pasillos de la residencia Caser, en la pedanía murciana de Santo Ángel. G. CARRIÓN / AGM.
La vacuna no llega a tiempo de frenar la tercera ola en los geriátricos de la Región

La vacuna no llega a tiempo de frenar la tercera ola en los geriátricos de la Región

Caser, en la pedanía murciana de Santo Ángel, registra un nuevo brote con 21 positivos, mientras la residencia de Sergesa en Santomera tiene otros 41 afectados por Covid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 19 de enero 2021, 14:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las residencias de mayores vuelven a verse arrolladas por el impacto de una ola epidémica que, tal y como definió la semana pasada el portavoz del Comité Covid de la Región, se ha convertido en un «tsunami». Tampoco la llegada de la ansiada vacuna ha logrado parar la nueva embestida del virus, que de momento se cobra once fallecidos y deja más de 500 casos positivos entre ancianos (392) y trabajadores sociosanitarios (109).

Prácticamente uno de cada cuatro casos se localizan en esta tercera ola en la residencia que Amavir gestiona en Cartagena, con más de cien ancianos y una treintena de cuidadores infectados. Pero los brotes se extienden ya a lo largo de una veintena de geriátricos de la Comunidad. También en aquellos en los que la Covid ya hizo estragos en olas pasadas, como en la residencia de Caser en la pedanía murciana de Santo Ángel, que fue el geriátrico más castigado en marzo y abril con 34 fallecidos -según las cifras oficiales- y más de un centenar de contagios, y que ha motivado incluso una denuncia de las familias que aún se dirime en los juzgados. A pesar de todo, la tercera ola se ha vuelto a colar en esta residencia con un nuevo brote de coronavirus que deja, por el momento, 19 ancianos y dos trabajadores infectados, según ha podido saber LA VERDAD.

Pero Caser Santo Ángel no es la única residencia que vuelve a repetir batalla contra un brote de Covid-19. El geriátrico de Sergesa en Santomera, donde hubo que lamentar 16 fallecidos por coronavirus en primavera, suma ya otros 41 positivos entre residentes (31) y trabajadores (10) en esta tercera ola, mientras la residencia de Orpea, en Cartagena, ya ha registrado dos nuevos contagios entre sus usuarios. En la primera ola, aquí se registraron casi medio centenar de afectados con once víctimas mortales.

«Muy pronto»

Con todo, el coordinador para la cronicidad avanzada y la atención sociosanitaria (Corecaas), Abel Novoa, explica que los cribados con test de antígenos que la Consejería de Salud puso en marcha hace unos meses han logrado evitar que el impacto de esta nueva embestida de la pandemia sea todavía mayor en los geriátricos. «Si no hubiéramos puesto en marcha este protocolo estaríamos en una situación mucho peor», señala Novoa. «Aunque ahora también tenemos residencias afectadas, la relación entre la incidencia acumulada en los municipios y los brotes en los centros es menor, así como el número de afectados en los mismos», explica.

Admite Novoa que «teníamos esperanza en la vacuna» para «producir inmunidad entre la población residencial». Sin embargo, «la tercera ola ha llegado demasiado pronto y la incidencia ha empezado a crecer cuando estábamos poniendo la primera dosis. Ahora estamos poniendo la segunda dosis cuando ya tenemos muchos brotes», reconoce el responsable del Servicio Murciano de Salud (SMS) para la atención a las residencias.

Abel Novoa asegura que los cribados sistemáticos en los centros han evitado que el tercer impacto de la pandemia sea aún mayor

Pero, a pesar de los muchos protocolos y las medidas de seguridad, ¿qué ha podido fallar esta vez para que el virus se haya vuelto a colar en las residencias? Algunos directores de centros consultados por LA VERDAD apuntan a la mayor interacción social de los trabajadores durante las navidades y a la relajación de las medidas en algunos geriátricos donde «no se han utilizado las mejores herramientas disponibles», deslizan. No lo cree así Novoa, quien considera que «los trabajadores han sido muy cuidadosos estos meses y más aún durante las últimas semanas, incluso en sus casas, como norma general. Es una cuestión que depende más de la incidencia tan alta y del tipo de cuidados que se da en la residencia, que exige un contacto continuado, cercano e intenso», defiende.

¿Menos letalidad?

Aunque el fármaco de Pfizer no ha llegado a tiempo para contener el asedio del virus en los desgastados muros de los centros -en algunos casos hasta por tercera vez, como ha ocurrido en Caser-, buena parte de las expectativas están puestas ahora en comprobar si la vacuna logra frenar, por lo menos, la letalidad entre los ancianos. Es decir, si gracias a la inmunidad generada ya con la segunda dosis administrada en un amplio porcentaje de los usuarios -y cada vez más- se producen menos fallecimientos en las residencias, cuyos usuarios representaron cuatro de cada diez víctimas mortales en la primera embestida de la pandemia en la Región. La mayoría de los ancianos afectados ahora evolucionan «bien» y Novoa cree que «aún es pronto para comprobarlo», pero la cifra de fallecidos que se cobra por ahora la tercera ola en los geriátricos supone menos del 10% de total de decesos contabilizados por Covid-19 en la Comunidad desde mediados de diciembre.

El sector asegura que no habrá subida de precios a las familias «por encima del IPC»

El sector de las residencias de mayores en la Región de Murcia no tiene intención de subir los precios de las cuotas mensuales que pagan las familias por las plazas de sus seres queridos. Esa es al menos la opinión de los responsables de asociaciones como Adermur y Arsalu, que controlan la mayoría de los centros concertados en la Región de Murcia y que no creen que las empresas gestoras de los geriátricos apliquen subidas «por encima del IPC, que es lo que está pactado generalmente en los contratos», explican José Miguel Marín (Adermur) y Carmelo Gómez (Arsalu). Salen así al paso de la polémica generada tras la denuncia de algunos familiares por el 'hachazo' aplicado en otras residencias del país y la intención de algunos responsables empresariales del sector de caminar hacia un 'modelo nórdico', donde los precios rozan los 6.000 euros por plaza. La intención de no subir la factura «por encima del IPC» en la Región, donde los centros han recibido ayudas para hacer frente a los sobrecostes generados por la pandemia, coincide casualmente con el primer año con crecimiento negativo del IPC desde 2014. Es decir, que congelar los precios a las familias en relación al importe fijado el año pasado ya supondría un aumento de los precios. El coste medio de una plaza en una residencia de mayores privada en la Región ronda los 1.800 euros. Además, cualquier subida de precios «tiene que estar aprobada por la Administración», según Gómez.

 

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios