Murcia impulsa la vivienda colaborativa con el primer foro nacional de expertos
Tres grupos que aglutinan a unas 70 personas en el municipio ya iniciaron la andadura del modelo 'cohousing', que nace con el objetivo de paliar la soledad en cualquier momento de la vida y facilitar el acceso a un alojamiento
Murcia tratará a finales de este mes un fenómeno en auge en España, que salió a la palestra en los últimos meses debido sobre todo a la cercanía de las elecciones autonómicas y locales. Especialistas sobre viviendas colaborativas, más conocido como 'cohousing', abordarán en el primer foro nacional, que se celebrará entre los días 28 y 29 de marzo en el Cuartel de Artillería de la capital de la Región, una nueva forma de convivencia.
Bajo el lema 'Conectando Vidas', los profesionales procedentes de todo el territorio darán a conocer este fórmula de comunidad compuesta de casas privadas y agrupadas con extensos espacios comunitarios y presentarán proyectos exitosos. En concreto, debatirán cuatro aspectos fundamentales para crear este tipo de viviendas: normativos y políticos, grupo humano, urbanísticos y arquitectónicos y financieros.
En el municipio de Murcia ya hay unas 70 personas interesadas -unas 200 en la Comunidad- en este sistema de autogestión en el que cada socio tiene un voto y participa en las decisiones que atañen a la comunidad. El conjunto residencial se articula en casas unifamiliares agrupadas en un terreno o en pisos de un edificio donde los vecinos comparten zonas y servicios que han sido definidos previamente. Los usuarios que optan por este modelo disponen de un hogar independiente, pero al mismo tiempo viven rodeados de personas afines con un modelo de convivencia activa, dentro del respeto, la cooperación, colaboración y ayuda mutua.
«No es una promoción inmobiliaria; es el grupo humano quien decide dónde, cómo y con quién vivir», explica Ginés Martínez, vocal de la Junta Directiva de la Asociación Murcia Cohousing, una «estructura paraguas que acoge a los grupos que están surgiendo». Estas personas conforman una comunidad que diseña la vivienda y su espacio comunitario con arquitectos.
Dentro de la localidad de Murcia, ya hay constituido un complejo en la zona residencial Costera Sur, Alguazas y Puente Tocinos. Los dos primeros constan de entre 20 y 25 viviendas, mientras que el último, de unas 5 casas. «Quieren estar a los alrededores de Murcia, en la costa de Cartagena o en municipios del noroeste de la Región como Cehegín y Caravaca», señala Martínez, quien estuvo en la presentación de las jornadas junto a la concejala de Mayores, Vivienda y Servicios Sociales, Paqui Pérez.
«La finalidad de este foro es dar a conocer a la sociedad murciana en qué consiste el 'cohousing' y también a las administraciones sobre la importancia de anticiparnos y dar respuesta a una nueva realidad social, nuevos modelos de familias, mayor esperanza de vida e incremento del aislamiento y la soledad», indica la edil, quien cree que se debe ofrecer una marco legal y ayudas para facilitar un modelo de convivencia que nació a finales de los 60 y principios de los 70 en Dinamarca para mejorar la conciliación.
«Desarrollamos una vida activa, no somos personas que nos den las cosas hechas y nos responsabilizamos de nuestro entorno», remarca Martínez. Esta vivienda no está al alcance de los más pobres, pero tiene un precio asequible, asegura. Con un sueldo de unos mil euros se pueden cubrir los gastos comunes, que supondrían la mitad de sus ingresos y mantener una vida digna, tal como se propone desde la asociación, que insta a las autoridades a tomar medidas por sus enormes beneficios sociales, desde facilitar el acceso a la vivienda digna y la prevención de la soledad en todas las etapas de la vida hasta la conciliación hasta la gestión de la dependencia, entre otras muchas.
«En otras comunidades ya son de interés social, se aportan subvenciones o se conceden suelo público; además, es una forma fácil de aumentar el parque de viviendas públicas», incide Martínez. Por su parte, Pérez precisa que «se trata de una forma de convivencia en un entorno de cooperación que reúne a personas afines, dispuestas a cooperar, para dar forma a un proyecto que, además de facilitar el acceso a la vivienda a jóvenes, ayudándolos a ejercer el derecho constitucional a una vivienda digna, concede un valor esencial al grupo humano y a los lazos que se generan entre los miembros de la comunidad, levantando una barrera a uno de los problemas más acuciantes de la sociedad que cada vez va más en aumento, el aislamiento y la soledad».
