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Las ponentes del foro, durante su intervención.

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Las ponentes del foro, durante su intervención. N. GARCíA / agm

Las mujeres alertan de la necesidad de romper prejuicios para avanzar

Soledad Becerril, Rosa Peñalver y Eva Llorach, ponentes del evento, constatan la falta de mujeres en la política y el cine

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Jueves, 28 de febrero 2019

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Pocas veces ha disfrutado la Región de una sesión de experiencias feministas como la que se vivió ayer en la segunda jornada de la Semana de las Mujeres, organizada por 'La Verdad'. Esa fue la sensación con la que salían, sobre las nueve de la noche, decenas de asistentes -en su mayoría mujeres, pero también hombres de todas las edades- del Aula de Cultura de la Fundación Caja Mediterráneo, donde se celebró la jornada 'Murcia en Femenino'.

La primera en pisar el escenario fue Soledad Becerril, exministra, exalcaldesa de Sevilla y ex Defensora del Pueblo. Todo un referente para las mujeres de la sala y para aquellas que, tras el franquismo, necesitaron ejemplos para poder empoderarse en sus entornos, aunque solo fuera un poco.

Aunque estudió Filosofía, su trayetoria como diputada, como ministra de Cultura con el presidente Calvo Sotelo y en sus posteriores cargos públicos le demostró que «las mujeres teníamos una percepción distinta a la de los hombres en muchas cosas. Las sensibilidades de los hombres y de las mujeres son diferentes, por eso yo le doy un valor muy grande a que haya alcaldesas en los ayuntamientos, porque se suelen fijar en cosas menos grandiosas, pero que facilitan mucho la vida a los vecinos».

Amalia López, Marta Nieto y Mercedes Luján serán las protagonistas de la jornada 'Lorca en Femenino', el próximo martes

En su etapa como ministra, Becerril tuvo que hacer frente a un cargo político en una época en que las instituciones y la sociedad estaban muy masculinizadas, «por eso cuando llegué al Ministerio hubo de todo, recibí muchas cartas de apoyo de asociaciones y colectivos sociales, pero también muchas críticas. Hubo quien dijo que el presidente menospreciaba la Cultura y por eso me había puesto a mí al frente de esa cartera».

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El tiempo ha pasado pero el menosprecio a las mujeres que ocupan cargos públicos continúa arraigado en la sociedad española. Al menos así lo contó sobre el escenario Rosa Peñalver, presidenta de la Asamblea Regional, a quien todavía hoy ignoran en «los actos sociales cuando, en lugar de dirigirse a mí, siempre que explican algo se dirigen al varón que tenga al lado».

Para ella, que confesó haberse enfrentado con cierta desesperanza a la preparación de su ponencia, «porque las cosas avanzan muy lentas», es muy importante recalcar que estos detalles, «que parece que no tienen importancia, pero la tienen y mucha», solo tienen un nombre: «Micromachismo». Su origen se remonta tres mil años atrás, «desde la Odisea de Homero, que es la primera referencia en la que se le dice a una mujer que se calle en el espacio público, se nos ha vetado tantas veces que ya no solo vale con que rompa el muro una mujer, tenemos que hacerlo muchas. Y sobre todo hay que romper los prejuicios sociales. Tenemos mucho micromachismo a nuestro alrededor, y esta palabra levanta muchos sarpullidos, pero es así. Hay actitudes y comportamientos que colocan en situación de inferioridad a las mujeres y tenemos que acabar con ellas».

«Somos pocas»

Casi al final de su ponencia, Becerril destacó algunos datos de la última EPA: «Que el 45,5% de la población activa somos mujeres y el 52% de las personas activas con estudios superiores son mujeres. Esto hay que reconocerlo y apreciarlo. En 40 años hemos pasado de ser tres millones a casi nueve millones de trabajadoras. Hemos ido por buen camino, sí. Pero no es suficiente todavía». En la misma línea, Peñalver fue más incisiva al señalar que «solo una veintena de países en todo el mundo están presididos por mujeres», o que «en los parlamentos de nuestra Región todavía no somos ni la mitad. Somos pocas todavía».

En esa búsqueda de razones que explicarían por qué las mujeres no llegan en sus carreras profesionales tan alto como los hombres, Becerril apuntó también hacia la conciliación. Para ella no es casualidad que «las tasas de natalidad más altas se dan en los países donde la actividad femenina es más alta también: cuanto más trabajan, más hijos tienen. Y esto tiene que hacer pensar a todos los gobiernos, porque este es un problema en gran parte de conciliación. En la pareja, uno de los dos abandona y suele ser la mujer. Por tanto, que no nos engañen las cifras de las universidades o de las oposiciones, porque aunque estén equiparadas, ¿cuánto tiempo tardarán en abandonar las mujeres?».

Unos cuantos años de edad separan a estas dos grandes mujeres políticas de la tercera invitada a la jornada 'Murcia en Femenino', que estuvo patrocinada por la Comunidad Autónoma, el Ayuntamiento de Murcia, Fundación Caja Mediterráneo y Asisa. Ella protagonizó uno de los discursos feministas más emocionantes de los premios Goya. Sin importar la edad que la distancia de Becerril o Peñalver, la actriz Eva Llorach coincidió con ambas: «Para una mujer es todo mucho más difícil, en el mundo del cine también». Por eso, en cuanto supo que había sido nominada para recibir el premio a mejor actriz revelación, decidió que su «alegato iba a ser para las mujeres». Sobre todo porque aquella mañana de los Goya, a Llorach le llegó un dato: «Éramos 23 nominadas frente a 119 nominados. No tenemos las mismas facilidades que ellos. Somos muy pocas», repite. Además de estas dificultades, Llorach también habló de cómo los prejuicios que habían abordado Becerril y Peñalver se traducen en el mundo de la imagen y de la publicidad, y reconoció que a veces se niega a hacer ciertos anuncios o que, incluso, ha llegado a cambiar el enfoque de una sesión de fotos.

Al evento también acudieron el delegado de Gobierno, Diego Conesa; el alcalde de Murcia, José Ballesta; la consejera de Familia, Violante Tomás, y Antonio González, director general de 'La Verdad'.

Llorach es la estrella del momento, pero conocer de sus propias palabras la historia de Soledad Becerril fue una de las cosas que más valoraron las asistentes, como Ana Victoria Rodríguez, una programadora de aplicaciones que, además de emocionarse con las experiencias de la exministra y ex Defensora del Pueblo, destacó la poca presencia de mujeres jóvenes como ella en la jornada. «Pero claro, también es cierto que yo he tenido que hacer malabares para poder venir. Es lo que se ha dicho allí arriba, ¿no?», y hace un gesto con los ojos, porque los ojos a veces todo lo dicen.

Tras el descanso, se pudo escuchar interesantes reflexiones sobre la presencia femenina en distintos ámbitos profesionales gracias a una mesa redonda de charlas en la que participaron la diseñadora Constanza Mas; la profesora jubilada de Filología Latina de la UMU Francisca Moya del Baño; María Trinidad Herrero, presidenta de la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Región; Carmen Robles, decana de la Facultad de Medicina de la UMU; Joaquina Martínez, coordinadora del área oncológica del Hospital La Vega; María Gabarrón, investigadora de la UPCT; Juana Pérez, presidenta de Thader Consumo; y Gloria Alarcón, presidenta del Forum de Política Feminista de la Región y doctora en Derecho de la UMU.

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