Miguel Garrido de la Cierva: «El Corredor Mediterráneo no pasa por Madrid, pero es absolutamente necesario»
Ve interés en su comunidad por invertir en la Región, que pone de «ejemplo de valentía» por su rebaja de la presión fiscal
Miguel Garrido de la Cierva (Madrid, 1960) preside la Confederación de Empresarios de Madrid (CEIM) desde 2019; es vicepresidente primero de la CEOE; empresario y ... fundador de Viajes ECO, exviceconsejero de Empleo, exconsejero de Medio Ambiente y expresidente del Canal de Isabel II. Está vinculado familiarmente a la Región porque su tío abuelo fue el inventor del autogiro, Juan de la Cierva. La última vez que vino, después de varios años, se encontró una ciudad irreconocible que había cambiado mucho y para bien. Cautivado por la gastronomía murciana, sólo pone pegas a las comunicaciones. El trayecto de tren Madrid-Alicante-Murcia se le hizo eterno. Con LA VERDAD compartió su defensa del Corredor Mediterráno y de las rebajas fiscales vigentes.
–¿Qué le parece que el presidente de la patronal valenciana, Salvador Navarro, opte a suceder a Garamendi al frente de la CEOE, si este decide no presentarse?
–Ha habido elecciones en CEOE hace año y medio y me parece que estar pensando dentro de casi tres años qué va a ocurrir con la presidencia es muy precipitado. Nos debemos a las empresas que representamos y se encuentran con retos y problemas muy graves como es la productividad, la rigidez del mercado laboral, el incremento de los costes, la fiscalidad. Las empresas no van a entender que estemos ahora hablando de posibles nuevos presidentes. Yo tampoco lo entiendo.
–Entiendo que no se le pasa por la cabeza entrar en la carrera de la sucesión de Garamendi.
–Tenemos que tener claro qué somos. Soy el portavoz de las empresas de Madrid. Mis jefes son las empresas de Madrid y no están en ello, ni yo estoy en ello ni es el momento de estar en ello.
–Cuando en 2019 llegó a la presidencia de CEIM habló de subir salarios vinculado con el aumento de la productividad. El absentismo y la inflación cambian el panorama.
–Es deseable para el conjunto de la sociedad que se incremente la retribución de los trabajadores. También es bueno para las empresas. Lo que pasa es que un incremento de la retribución tiene que ir acompañado de un incremento de la productividad. Si seguimos incrementando los costes laborales, que están subiendo y mucho en estos tiempos, sin incrementar la productividad al final lo que estamos comprometiendo es la rentabilidad de las empresas. Igual que las administraciones tienen una palabra mágica que es el déficit, las empresas lo que tenemos es pérdidas. Si se cronifican acaban comprometiendo la viabilidad de la empresa y la empresa desaparece. Tenemos que seguir trabajando por incrementar la productividad. Esa tiene que ser nuestra obsesión. Y lo que a nosotros nos preocupa es que nadie habla de la productividad. Apenas está en el debate político y hay que tomar muchas medidas de desregulación, fomento de la innovación y atajar una lacra de la productividad que es el absentismo.
«Murcia tiene potencial, pero hay que mejorar las frecuencias de las comunicaciones porque a la gente hay que ponérselo fácil»
–¿Están sufriendo el absentismo las empresas de Madrid?
–Mucho. Es muy preocupante. El absentismo está disparado. No sólo no hacemos nada por contenerlo sino que, al revés, se están tomando medidas por parte del Gobierno que lo están incentivando y eso es tremendamente grave y dificulta que las empresas puedan pagar mejor a sus trabajadores. El absentismo perjudica a las empresas, al Estado, pero también a los propios compañeros de trabajo. Hay un tema que es cultural, que en su momento pasó con los impuestos y no estaba mal visto aquel que defraudaba. Ahora no está mal visto que haya personas que no cumplan con sus obligaciones laborales. El colapso de la sanidad pública hace que el proceso de recuperación de las personas que están de baja laboral se alargue en el tiempo. Pero para esto están las mutuas y la concienciación de los médicos para que cada vez que firmen una baja sean conscientes de que es algo que afecta a la economía de todos.
–Hay un discurso que vincula ese absentismo a los bajos sueldos.
–No lo sé. Lo que tenemos que tener es un marco normativo legal que nos comprometa a todos. Las empresas estamos obligadas a cumplir una serie de obligaciones. La Inspección por parte de las administraciones es la que tiene que garantizar que se cumplan esas normativas. Aquellas empresas que no están cumpliendo con la regulación obligada a quien más daño hacen es a sus trabajadores, pero al siguiente que más daño hacen es a sus competidores. Somos los propios empresarios a los que nos perjudica que haya empresas que no estén cumpliendo con la normativa. Es como con los impuestos. Que haya gente que no pague impuestos a quien más perjudica es a quienes sí pagamos impuestos y además estamos compitiendo en condiciones de desigualdad.
–¿Cree que la disminución de las huelgas es fruto de la negociación colectiva o de la alianza de los sindicatos con el Gobierno?
–La negociación con los trabajadores nunca es fácil, pero siempre ha sido muy productiva. Por eso nosotros al Gobierno le pedimos que confíe en los agentes sociales que han coseguido evitar infinidad de conflictos. Las horas perdidas por huelga han disminuido drásticamente en los últimos 20 años. Eso es fruto de la negociación colectiva. Cuando las administraciones meten mano en la negociación normalmente dificultan. Estábamos acostumbrados a que las administraciones estuvieran en el medio e hicieran de árbitro. Ahora estamos las empresas, los trabajadores y el Gobierno está en un extremo mayor. Está haciendo que las negociaciones sean tremendamete difíciles y están malogrando acuerdos por el excesivo intervencionismo.
–¿Son los empresarios los malos de la película?
–Para nosotros es absolutamente inédito. Nunca lo habíamos visto. En los últimos tiempos se está criminalizando la labor de los empresarios. Se está poniendo en cuestión el papel de las empresas en la sociedad. Eso, a mi juicio, es tremendamente grave. Un Gobierno tiene que poner el marco en el que se tiene que desarrollar la actividad. Tiene que buscar una redistribución de la riqueza a través de los impuestos. Una vez que has establecido el marco, todos los gobiernos del mundo trabajan para que a sus empresas les vaya bien, porque cuanto más dinero ganan, mejor para todos. Estamos viviendo un tiempo en el que por parte de miembros del Gobierno se está diciendo que las empresas ganan demasiado dinero y se está trabajando para que ganen menos.
–Se le quejan las empresas por el tope a los precios de alimentos, de los alquileres...
–Sí, sin dudas. Nosotros creemos en el mercado. Lo óptimo es que sólo se intervenga en el mercado en el caso en que falle. Por ejemplo, cuando el covid porque por una decisión administrativa justificada en causas sanitarias se decidió cerrar el mercado. Ahí sí hay que actuar porque el mercado se ha roto. Y cuando hay situaciones de posición dominante, acuerdos entre empresas y excesivos oligopolios. Cuando es así, el mercado funciona muy bien. Mientras más trabas pongas a la comercialización de viviendas, más vas a desincentivar que la gente invierta en vivienda y las ponga al servicio de la sociedad. El problema de la vivienda en España, es de oferta, no de demanda. Y aquí lo estamos trajabando desde el punto de vista de la demanda. Lo que tenemos es que favorecer que se invierta...
«Aquí hay grandísimas empresas del sector agroalimentario, del transporte y la logística»
–¿No se está haciendo?
–Yo creo que las administraciones no hacen lo suficiente. Sigue habiendo infinidad de dificultades cuando una promoción se quiere poner en marcha.
–¿Qué dificultades?
–Muchas de temas regulatorios del tipo de suelo y la modificación de las normas urbanísticas. Son procesos muy largos y muy lentos, que encarecen y favorecen la especulación. Habría que tomar acciones decisivas. Las administraciones tienen millones de metros cuadrado inoperativos y tienen que ponerlos en el mercado para fomentar que los inversores y promotores pongan en marcha viviendas y de esa manera podamos reducir el precio de la vivienda, que yo creo que es uno de los problemas más graves y donde deberían estar centradas las administraciones.
–¿Están sufriendo el miedo de las administraciones a caer de nuevo en casos de corrupción?
–Sí, es posible. Creo que las administraciones tienen que tener unas normativas muy claras, transparentes, garantistas de que no tiene que haber un mal uso de la información, de los fondos, pero una vez que tengan eso, lo que deben es ser lo más ágiles posible para que se desarrolle la actividad. Paralizar por miedo a lo que en el pasado se pudo hacer, eso nos perjudica a todos. La corrupción ha hecho un daño tremendo. Hay que ser contundentes, firmes, pero no podemos paralizarnos porque hacemos un daño más importante a la sociedad.
–Se calcula que este año España recibirá más de 90 millones de turistas. ¿Cuál es la receta de Madrid para atraer turismo?
–No es una receta. Es una realidad. Cada vez a la gente le gusta más viajar. Probablemente en los próximos años irá a más. Estamos hablando de un crecimiento del 10% cada año del número de viajeros en el mundo. Ahora hay un cuello de botella importante en la fabricación de aviones. La lista de espera de las compañías es brutal. Madrid ha tenido una cosa curiosa. Ha empezado a llamar la atención relativamente hace poco tiempo, pero Madrid ha tenido una notoridad en los últimos cinco años que antes no había tenido. Internacionalmente todo el mundo conocía Barcelona y Madrid no era un sitio que la gente dijera, me apetece ir a Madrid. Y ahora ha despertado el interés a nivel mundial. El sector del turismo en Madrid ha hecho muy bien los deberes. Se están abriendo más de 20 hoteles de superlujo. Los empresarios arriesgaron, invirtieron cuando todavía las cosas no estaban tan claras, y ahora están recogiendo sus frutos. Madrid tiene algo que lo diferencia de muchos otros sitios. Una manera de vivir, muy abierta, muy receptiva, donde la gente está a gusto más allá de los atractivos de los museos, gastronómicos o comerciales. Es una manera de sentirse que la gente lo percibe. Esa es la bandera de Madrid.
–El crecimiento del turismo va de la mano de la turistofobia.
–Muchas personas sienten que están perdiendo calidad de vida por culpa del turismo que está invadiendo sus espacios y está encareciendo las cosas que antes consumía. Esto es un tema muy peligroso. En España que ahora estamos presumiendo de crecimiento, ese crecimiento está basado en el incremento del gasto público y del turismo. Que se pueda producir una situación en la que los españoles estén en contra del turismo cuando vivimos del turismo es muy peligroso. Hay que mejorar la oferta de turismo para que los turistas que vengan aporten más.
–Ese es un problema que tenemos en la Región de Murcia, que se dejan poco dinero.
–Ahí hay que trabajar en la oferta. Murcia tiene potencial; tiene un clima que durante la mayor parte del año es agradable, naturaleza, mar, campos de golf... A nivel gastronómico, Murcia tiene mucho. Es un lugar paradisíaco. Tengo acceso aquí a unos productos que en Madrid es más difícil y, sobre todo, mucho más caro, pero hay que mejorar las frecuencias de las comunicaciones aéreas, las de ferrocarril, sin dudas, porque a la gente hay que ponérselo fácil. Tiene que ser asequible llegar a un sitio.
«La Región de Murcia ya es un lugar que atrae por los impuestos y por la libertad empresarial»
–¿Habría que subir los precios un poquito en Murcia?
–Eso es el mercado. Creo mucho en el mercado. Losprecios los puedes subir siempre y cuando mejores la calidad de lo que estás ofreciendo. Si subes los precios sin mejorar la oferta, la gente se va a otros sitios.
–¿Hay interés de los empresarios de Madrid por invertir en la Región de Murcia?
–Sin duda. Murcia tiene muchos atractivos. Hemos hablado del tema de mejorar las comunicaciones. Ojo no sólo de viajeros. También es importante las de mercancías. El tema de los puertos hoy en día son infraestructuras absolutamente críticas para poder desarrollar actividad logística y luego exportadora. Murcia es una tierra donde se producen de los mejores productos de Europa y del mundo y es fundamental que tengamos las infraestructuras de transporte necesarias para poder transportar en condiciones atractivas. Eso hay que exigírselo a las administraciones porque es su responsabilidad. Yo creo que el Corredor Mediterráneo es clave y es crítico. Nosotros estamos en Madrid y el Corredor Mediterráneo no pasa por Madrid y a pesar de eso somos firmes convencidos de que esa infraestructura es absolutamente necesaria y aunque beneficie a una parte de España, va a beneficiar a Madrid. Hay gente que cree que Madrid no necesita al resto de España y esa gente se equivoca. Madrid sin el resto de España no sería nada. Murcia es un lugar enormemente atractivo. Aquí hay grandísimas empresas en el sector agroalimentario, en el sector del transporte y la logística...
–¿Serían esos los sectores en los que estarían interesados los empresarios de Madrid?
–Especialmente, pero hay muchos. El sector turístico también.
–¿Teniendo a Valencia encima, geográficamente hablando, tenemos mala suerte?
–Yo creo que no debería ser mala suerte, pero claro, lo que tiene que tener Murcia es herramientas para competir. La competencia es buena. No es perjudicial para nadie tener a alguien cerca con mayor potencial. Lo que pasa es que es cierto que lo que le tienen que permitir a Murcia es también darle oportunidades para competir. Si le estamos negando y le estás obligando a utilizar el puerto de Valencia porque no estás desarrollando tus infraestructuras, entonces sí que es un peligro.
–¿Funcionan las bajadas de impuestos para atraer inversiones?
–Sin ninguna duda. Lo demostró Madrid y muchas veces se intentó justificar que no era por la bajada de impuestos sino por la capitalidad. Pero cuando Andalucía tomó esa medida, de manera inmediata se dio la vuelta de una salida de inversiones, a recuperar inversiones. Cuando yo empecé las empresas estaban muy ancladas al territorio. Ahora tú puedes tener tu sede en un sitio, tu actividad en otro, tus proveedores en otro. La gente es muy sensible a las condiciones del entorno. La fiscalidad y la libertad empresarial son importantísimas. Murcia está siendo un ejemplo valiente. Los resultados ya se están viendo. Ya es un lugar que atrae, no sólo por los impuestos sino también por la libertad empresarial que se percibe.
«Viví con tristeza la polémica por el nombre del aeropuerto»
–¿Cómo vivió la polémica sobre el nombre del aeropuerto internacional de Murcia?
–Con mucha tristeza. Juan de la Cierva, aparte de ser hermano de mi abuelo, fue un científico con un reconocimiento universal por el avance que en su momento supuso el autogiro, que fue el antecesor del helicóptero, un avance determinante para la aviación a nivel mundial. Tuvo reconocimiento en Estados Unidos, en el Reino Unido y en toda Europa y que de repente, en base a rehacer el pasado, se decida que no es un nombre digno para que lo lleven un aeropuerto o algunas calles de las ciudades, a mí me produce una enorme tristeza. Creo que fue un científico de enorme reconocimiento y que merecería que en su país y en su tierra se le reconozca.
–Se habla de cláusulas espejo, pero muchas de las empresas que importan de terceros países son españolas. ¿Nos estamos pegando un tiro en el pie?
–Yo creo en la libertad. Hay veces que te conviene y hay veces que no. Creo que es buena. Cuando una gran empresa de infraestructuras que tiene su sede en Madrid quiere llevarse la sede a Países Bajos, decir que es malo para mí, para mi organización... Si cumplen con la normativa, tienen que hacer lo que decidan sus accionistas, que son los dueños. Al final, el mercado regula. Lo que tenemos que intentar es poner las mejores condiciones para seguir siendo atractivos.
–No me queda claro, ¿está a favor de las cláusulas espejo?
–Tendría que analizarlo. No me atrevo a contestar. Soy portavoz de las empresas de Madrid y en este tema no hemos tenido el debate suficiente. No puedo pronunciarme sin que antes las empresas de Madrid me digan qué es lo que quieren.
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