Unos doscientos vecinos muestran su rechazo al nuevo deslinde que plantea Costas en Mazarrón
«Contra el deslinde, Nares no se rinde» han coreado los afectados en oposición a los planes de la Demarcación de Costas que amenaza a una treintena de viviendas de primer línea de playa en Puerto de Mazarrón
Observa con detenimiento su casa familiar, situada en primera línea de playa. Le vienen recuerdos de cuando era joven, vivencias con su mujer y sus hijos, buenos ratos, celebraciones... y las lágrimas brotan de sus ojos. El muleño Juan Navarro se emociona al pensar que puede perder su segunda residencia. Él es uno de los vecinos afectados por el nuevo deslinde que planea Costas en la playa de Nares, en Puerto de Mazarrón. «No puedo ni hablar. Mis suegros están muy nerviosos porque no sabemos qué va a pasar con nuestra casa. No hay derecho a esto», asegura con tristeza.
Más de 200 vecinos se concentraron este sábado en la playa de Nares para mostrar su rotunda oposición a los planes de la Demarcación de Costas, que proyecta mover los mojones que delimitan el dominio público marítimo-terrestre en una franja de 771 metros de playa. Ese borneo amenaza a una treintena de casas, que pasarían de ser propiedades a tener una concesión, para finalmente ser demolidas.
Pero esta situación no solo afecta a casas de Mazarrón, ya que el borneo de mojones en la costa también se pretende llevar a cabo en otras localidades del litoral murciano, como Los Nietos, Cabo de Palos y Puntas de Calnegre, donde los ciudadanos ya han protagonizado sonadas marchas y protestas en contra de los planes de este departamento del Gobierno central.
«Es una injusticia en toda regla; entre esas paredes están todos nuestros recuerdos, la infancia...», lamentan los propietarios
«Contra el deslinde, Nares no se rinde», «no es un privilegio, pagamos como todos» y «no al robo de nuestras casas» fueron las frases que este sábado corearon los vecinos durante la manifestación de Nares, donde acudieron representantes del gobierno local, dirigentes autonómicos y el diputado autonómico Francisco Álvarez.
Javier Campoy es otro de los afectados que se mostró indignado. Este vecino de Lorca disfruta de su casa desde el año 1956. «Tenemos una incertidumbre que no nos la merecemos. Costas no nos da ni una sola justificación para mover los mojones detrás de las viviendas», lamentó Campoy. «Lo peor de todo es el sentimiento que llevamos dentro. Entre esas paredes está toda nuestra vida, nuestros veranos... y pensar que nos pueden quitar la vivienda es horrible. Solo espero que la sensatez llegue a las cabezas pensantes de todo este plan».
La secretaria de la Asociación de Vecinos La Reya-Nares, Lola Martínez, señaló que «estos inmuebles son parte del patrimonio histórico de Mazarrón. Los vecinos vamos a estar unidos para impedir el cambio de los mojones, porque es un auténtico atentado con estas propiedades, que cuentan con escrituras».
El Consistorio se opone
Salvador Zamora, catedrático de Fisiología y Nutrición de la UMU, también estuvo en la protesta. «Esto es una injusticia; lo bueno es que tenemos el apoyo del Ayuntamiento», remarcó. Junto a él estaban el alcalde, el socialista Gaspar Miras, y el concejal independiente Ginés Campillo, quienes defendieron que «el gobierno local se opone a este plan de Costas porque es un atentado contra el paisaje y la historia de Mazarrón, por lo que vamos a presentar alegaciones oponiéndonos al deslinde». Ambos dirigentes abogaron por trabajar de forma «conjunta» junto a los vecinos y la asociación. «La justificación con la que la Demarcación argumenta el deslinde son los cambios de las mareas y en la orografía en los últimos años, pero entendemos que la playa aún posee una gran amplitud».
Tampoco faltaron los senadores populares Francisco Bernabé y Juan María Vázquez, acompañados por la líder del PP local, Alicia Jiménez. Bernabé recordó que su grupo presentó en el Senado «una proposición de ley para salvar estas propiedades, ya que se trata de paisajes que deben ser preservados al formar parte de la historia del municipio».
La concentración finalizó con una marcha por la playa de Nares, en la que tanto propietarios como vecinos que se sumaron a la convocatoria volvieron a desplegar sus pancartas y a corear con fuerza: «Contra el deslinde, Nares no se rinde».