El barco fenicio de Mazarrón, visto como nunca antes

Más de 2.000 fotografías han permitido confeccionar un modelo tridimensional del pecio denominado 'Mazarrón II'. La imagen digital, que muestra la embarcación como nunca antes se había visto, en palabras de Carlos de Juan, el arqueólogo de la Universidad de Valencia encargado del proyecto, identifica tanto las grietas y deformaciones como las juntas arquitectónicas del casco de la nave (del siglo VII antes de Cristo). Ese mapa de fisuras determinará en cuántas porciones se dividirá la barcaza para su extracción del fondo marino, que es la alternativa sobre la que se trabaja.

Los expertos desconocen aún el número exacto de secciones, pero deberán ser piezas de unas dimensiones que puedan ser «fácilmente manejables» por tres o cuatro personas, tanto dentro como fuera del agua, una vez lleguen a los laboratorios de Arquatec, en Cartagena, dependiente del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua), donde con toda probabilidad se procederá a la estabilización, consolidación y restauración de la madera. Ese proceso se alargará cinco años. Así que el barco fenicio no estará listo para su exposición al público hasta 2029. Su ubicación definitiva sigue en el aire, después de que Mazarrón haya reivindicado acogerlo en un futuro museo.

La Consejería de Cultura espera tener preparado el proyecto de extracción antes de que termine el año con el fin de proceder a su contratación. Aún no se ha cuantificado el coste. Una vez que en los próximos días quede completado el mapa de fisuras, el siguiente paso será el diseño por ordenador de los moldes a medida para cada una de las porciones en que se seccionará el barco fenicio.

El arqueólogo de la Universidad de Valencia siempre ha defendido la división del pecio, frente a la posibilidad de extraerlo de una sola pieza. Admite que esta posibilidad es técnicamente viable, pero entrañaría un gasto «desorbitado». La factura se dispararía debido a que el único laboratorio capaz de acoger entera la nave para su tratamiento está en Texas, y la madera debería realizar el largo viaje en un congelador para asegurar su conservación. «No es una alternativa realista», concluye.

Así que De Juan ve más factible, por una cuestión práctica y económica, la operación de proceder a una división quirúrgica. Facilitaría, en su opinión, no solo la extracción, sino también la restauración en Arquatec, donde la consolidación en las balsas de desalación y en la cámara de liofilización se realizaría por tandas. «Aunque la impresión visual es que cada tabla se encuentra de una sola pieza, en realidad es un conjunto de muchas unidades fracturadas», ilustra el experto.

La fecha elegida para la extracción ofrece más facilidades para el equipo tanto por la temperatura del agua como por el menor riesgo de temporales. No obstante, se ha previsto un dispositivo por si hubiera que proteger el yacimiento de las corrientes en caso de emergencia. Según la hoja de ruta, el grupo trabajará en el fondo marino en turnos de cuatro profesionales.

Una vez que cada porción haya sido seccionada y esté colocada en su correspondiente chasis, será extraída del mar y trasladada a un laboratorio provisional en tierra, en la misma playa. Allí otros cuatro conservadores se encargarán de documentar cada pieza y de prepararlas para su traslado a Arquatec. Las porciones de madera se embalarán en plástico para asegurar su conservación durante el viaje. En este laboratorio, un sistema de pulverizadores de agua mantendrá la estancia con una humedad de casi el cien por cien. El envío a Cartagena se realizará en furgonetas frigoríficas.

Uno de los principales problemas que plantea la extracción del barco fenicio 'Mazarrón II' es la poca consistencia de la madera. Tras permanecer 2.600 años bajo el mar, «ha perdido su celulosa y se encuentra completamente empapada, sin estructura interna capaz de aguantar, en muchas ocasiones, su propio peso fuera del agua», indica el arqueólogo Carlos de Juan. «Un tercio de lo que era madera ahora es agua», remarca el experto. Así que cada una de las piezas del pecio deberá embalarse de manera especial para que no pierda la humedad en su traslado hasta Arquatec. Este es el centro de referencia que se plantea para acometer la restauración del barco fenicio. Con sede en Cartagena, pertenece al Museo Nacional de Arqueología Subacuática, dependiente del Ministerio de Cultura. La Comunidad Autónoma y el departamento que dirige en funciones el ministro Miquel Iceta ya firmaron un protocolo para ir de la mano en el proyecto arqueológico del 'Mazarrón II'. En España, además del Arquatec, solo existe otro laboratorio capaz de acometer estos trabajos: el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, en Gerona.

Una vez en Arquatec, comenzará el proceso de consolidación de la nave. Primero se limpiarán las piezas para después impregnarlas con una resina con el fin de rellenar las cavidades vacías y darles consistencia. El proceso continuará con la congelación de la madera a -90 grados.

La última fase será la liofilización: en una cámara al vacío se procederá al secado evaporando directamente el agua sin que esta pase por su estado líquido, explica el arqueólogo de la Universidad de Valencia.