Los arqueólogos constatan la «fragmentación» del barco fenicio de Mazarrón

En este sentido, la información remitida a la Dirección General de Patrimonio Cultural, el departamento que encargó la campaña, señala que los trabajos de junio sirvieron también para obtener «las formas 3D de detalle del pecio que permiten la generación previa de los soportes [para mover cada una de las secciones del casco] que se decidan de cara a su extracción del mar con garantías».

Por lo demás, los arqueólogos han constado que, aunque el pecio (siglo VII antes de Cristo) «presenta, como era de esperar, numerosas fisuras y grietas, debido a los efectos del paso del tiempo con las maderas bajo toneladas de arena», se encuentra «en buen estado de conservación», según indica la Consejería de Cultura a preguntas de LA VERDAD. El casco de la embarcación también muestra «deformaciones que en el año 2008 se contuvieron con barras transversales, con buen criterio».

De momento se trata de unas conclusiones provisionales, a la espera de que se elabore el informe definitivo en las próximas semanas. Servirá de base a la hora de redactar el proyecto técnico para el rescate del pecio y su traslado a un centro especializado (siempre se ha hablado del Arqua, en Cartagena) donde acometer su limpieza y consolidación. En la Consejería esperan que el documento técnico esté listo para su adjudicación a finales de este año o principios de 2024, con la vista puesta en el próximo verano para abordar los trabajos de extracción, aprovechando las mejores condiciones meteorológicas y de temperatura del agua de esa estación del año.

Aunque el rescate es competencia regional, la Consejería y el Ministerio de Cultura se han comprometido a ir de la mano en una intervención arqueológica de la que está pendiente buena parte de la comunidad científica. La extracción del barco fenicio 'Mazarrón II' lleva a la espera desde hace casi un lustro. En su día, ya se diseñó una operación para sacarlo del mar, valorada en 100.000 euros. Pero aquel proyecto, que iba a dirigir Carlos de Juan, quedó aparcado ante las dudas que mostraron algunos profesionales. Entonces se calculó que el rescate y tratamiento de la madera se prolongaría durante un periodo de entre tres y cinco años. Otra duda sin resolver es dónde acabará expuesto el pecio, si en el Arqua de Cartagena o en Mazarrón, en un museo que aún está pendiente de construcción. Este municipio reivindica el pecio, y ha emprendido una campaña para que regrese una vez quede en condiciones para su exposición al público.

En junio, De Juan ya defendió la técnica de seccionar el casco de la embarcación, aprovechando las fracturas y juntas arquitectónicas. Y argumentó que eso facilitaría el posterior tratamiento de la madera, ante la imposibilidad de encontrar una cámara que pueda contener el barco de una sola pieza.