El Margarito será el primer condenado a prisión permanente revisable en la Región
El jurado considera a Pedro Antonio Guevara culpable del asesinato y violación de Manuela Romero en Lorca y abre la puerta al castigo máximo
David Oubel, el 'monstruo' de Moraña, se convirtió en julio de 2017 en el primer español en ser condenado a una prisión perpetua revisable. La cárcel se tornó su único horizonte después de que un jurado considerase probado que mató con una radial a sus dos hijas, Amaia, de cuatro años, y Candela, de nueve. Seis años después de esta sentencia pionera, que abrió el camino a la hora de aplicar el mayor castigo que contempla el Código Penal español, Pedro Antonio Guevara, El Margarito se asoma ya al abismo de la 'cadena perpetua'.
Este vecino de Lorca se convertirá en el primer condenado en la Región a prisión permanente revisable después de que un jurado popular lo considerase este martes culpable del asesinato y violación de la limpiadora Manuela Romero en la Ciudad del Sol. «La asesinó para evitar que denunciase la violación», concluyó el jurado por unanimidad. El tribunal popular consideró que el acusado no debía beneficiarse de ninguna de las atenuantes solicitadas por la defensa, sin embargo sí consideró de aplicación una agravante de superioridad física y otra de razón de género. Con estos mimbres, el tribunal no tiene margen de maniobra y, con el Código Penal en la mano, deberá aplicar, por primera vez en la Comunidad, la pena máxima.
La Fiscalía sostuvo desde el comienzo de la vista que El Margarito era autor de un delito de asesinato, por el que reclama la prisión permanente revisable, y de otro de violación, por el que exige quince años de cárcel. En su declaración, Pedro Antonio Guevara sostuvo que la relación sexual con la víctima fue consentida y que agredió a la mujer para tratar de defenderse en el transcurso de una disputa. «Ella cogió el mango metálico que se usa para arrastrar una Kärcher —máquina de limpieza de agua a alta presión— y me lo tiró al pecho», relató. «Para defenderme, cogí el mismo hierro, la empujé y apreté fuertemente en el cuello. Se me fue de las manos».
El acusado sostuvo que la relación sexual fue consentida y que la mató cuando trataba de defenderse
El Margarito, sin embargo, no consiguió con su versión convencer al jurado popular, que, haciendo suya la hipótesis del fiscal, consideró probado que el acusado se aprovechó del estado de vulnerabilidad de la víctima –que se encontraba «en un estado de intoxicación etílica severa»– para agredirla sexualmente y que, ante la resistencia de la mujer, la estranguló hasta acabar con su vida.
El Margarito era el segundo acusado que afrontaba esta pena máxima en la Región. El primero fue un vecino de Abarán acusado de matar y tratar de violar a su tía abuela, que finalmente salió absuelto. Esta pena no es una cadena perpetua, pero sí obliga a que el procesado permanezca, al menos, 25 años entre rejas. Una vez cumplidos, esa medida de internamiento se revisa para analizar la reinserción del reo.
El jurado popular se mostró no favorable a que la pena de El Margarito se pudiera suspender o que se solicitase para él un indulto.