La viva imagen de la desolación

Lo primero que se encuentra el turista cuando llega al Centro de Visitantes, en el antiguo convento de la Merced, es una fachada en ruinas sostenida por un complejo andamio. El interior de la vivienda fue demolida por los daños de los terremotos. Desde entonces, hace ya más de siete años y medio, espera ser reconstruida. Es la única vivienda en esta situación en la calle Puerta de San Ginés, pero al doblar la esquina, en la calle de los Tintes, varias más esperan como ella una nueva oportunidad para recuperar su encanto de antaño.

Decenas de inmuebles abandonados y en estado ruinoso plagan el casco antiguo de la ciudad. Muchos de ellos apenas distan unos metros de museos y monumentos por los que desfilan cada día cientos de visitantes. En sus instantáneas, se llevan no solo el recuerdo de las maravillas de las que presume la ciudad, sino también imágenes desoladoras de viviendas en ruinas, abandonadas y solares repletos de basura.

A pesar de ello, el concejal de Turismo, Francisco Félix Montiel, asegura que «no hemos detectado por parte de los visitantes queja alguna sobre el estado en que se encuentra el recinto histórico. No han hecho hincapié en este asunto en las encuestas de satisfacción que se les realiza al término de las visitas». Dice que el «abandono» que sufre el casco antiguo es un «problema generalizado» de muchas ciudades de España y que se debe al «excesivo proteccionismo» que perjudica la reconstrucción de sus viviendas.

No han movido ni un ápice las rutas turísticas por la ciudad, que suman ya, indica, catorce. «El estado que tiene el casco antiguo nos preocupa a nosotros como lorquinos, pero el turista no lo detecta o no lo constata. No nos lo transmite», admite el edil de Turismo. El que sí se muestra muy preocupado por la situación en que se encuentra el recinto histórico es el concejal de Cultura, Agustín Llamas, quien recuerda que en breve se iniciarán un importante número de obras de reconstrucción de casas y palacios.

Entre ellas, está la Casa de los Arcas, con fachadas a Alporchones, Lope Gisbert y Pío XII. Las obras empezarán de inmediato. También en breves fechas se iniciará la rehabilitación de la Casa de don Pedro Arcas, en Corredera, 50. «El Palacio de Justicia, en Selgas, Paradores, Palmera Uceta y Galdo, debería haber empezado ya. Esa obra es importantísima, porque se trata de toda una manzana. Su estratégica situación, en el corazón de la ciudad, beneficiará el resurgir del casco histórico». Y recuerda que en la recta final de las obras de rehabilitación está el antiguo Palacio de los Irurita. «Se ha retirado parte del andamiaje que cubría su fachada y se trabaja en la restauración de las fábricas de piedra».

Estas actuaciones dependen del Plan Director para la recuperación del patrimonio cultural de Lorca tras los terremotos de mayo de 2011 que ha posibilitado la puesta en valor de casas como la de los Ponce de León, en la glorieta de San Vicente; de los O'Shea, cuyo propietario fue José María Musso y Alburquerque, padre del político lorquino José Musso Valiente, en la calle Álamo esquina con Corredera; y del general Potous, en la Plaza de España, entre otras.

Pero muchas otras están aún pendientes de una decisión. Entre ellas, la que se sitúa junto al edificio de la antigua Cámara Agraria. Solo mantiene en pie su fachada, sostenida por un andamio. Las quejas de los comerciantes de la calle Corredera, donde se ubica, se repiten desde hace años. En Alfonso X el Sabio, la conocida como Casa de los Troyanos, también con su fachada 'apeada'. Y en esta misma vía, la Casa del León, que podría convertirse en un hotel con encanto tras la adquisición por parte de una familia dedicada al sector.

La Casa del Reloj, con fachadas a Padre García, Alfonso X el Sabio y Fernando el Santo, también está sin restaurar. En esta última calle todos sus inmuebles están vacíos. Y frente a ellos, un solar resultado de la demolición de varias viviendas dañadas por el terremoto. La calle Selgas también presenta un triste aspecto con viviendas en ruinas o vacías. Muchas, con puertas y ventanas tapiadas para evitar a los okupas. Entre las grandes mansiones de esta calle está la que en su fachada señala en una placa que allí nació el médico Francisco Gimeno Baduell, frente a la manzana donde se construirá el futuro Palacio de Justicia.

Detrás del Ayuntamiento, Martín Piñero. Vacíos están los números 4, 6, 7, 8, 9, 11 y 13. Y en la calle Cava, las viviendas de los números 23, 25, 30, 32, 34, 36, 38, 39, 44 y 58. En Zapatería, solares vacíos con basura y en Gómelez, más de lo mismo.