Los musulmanes de Jumilla plantean una nueva mezquita para cerrar el conflicto
La comunidad islámica baraja negociar con el Ayuntamiento esta vieja demanda con la cesión o compra de una parcela municipal a las afueras
La búsqueda consensuada de un nuevo espacio en Jumilla para llevar a cabo dos rezos islámicos multitudinarios al año volverá a poner encima de la ... mesa una vieja petición de la comunidad musulmana local. El Ayuntamiento trata de apagar la polémica tras la decisión de prohibir las actividades religiosas en instalaciones deportivas municipales. Por ello, y tras el impacto social y mediático que causó esta decisión la semana pasada, el Gobierno del PP negociará ahora con los musulmanes qué espacios serían los adecuados para albergar a más de 2.000 personas en el final del Ramadán y la Fiesta del Cordero.
La comunidad islámica de Jumilla baraja, entre las opciones, plantear de nuevo la construcción de una nueva mezquita en el municipio, más grande que las dos existentes en la localidad y con un terreno al aire libre donde se puedan celebrar estas dos festividades, ya que ambas, según el rito islámico, no pueden hacerse bajo techo. Este nuevo centro se plantearía a las afueras del pueblo y, si el Ayuntamiento está de acuerdo, sobre una parcela pública que se pueda ceder o incluso negociar su compra.
Varias fuentes consultadas de la comunidad musulmana apuntan a esta opción como una forma de resolver la tensión generada los últimos días entre el Consistorio y los religiosos. Jumilla cuenta con dos mezquitas, separadas por 450 metros. La más grande, ubicada en la parte más alta del barrio del Carmen, tiene un aforo para 700 personas, pero no cuenta con espacio al aire libre.
Tras conocer las restricciones que plantearon los populares al enmendar una moción de Vox en un pleno municipal, la comunidad islámica jumillana optó por pronunciarse de forma oficial una vez decidieran en septiembre, y en asamblea, qué medida tomar. El líder del colectivo, Mohamed Benallal, justificaba esa decisión para no empañar la Fiesta de la Vendimia de Jumilla, que continuará a lo largo de esta semana. La alcaldesa, Severa González, en declaraciones a este periódico, aseguró que «mucho antes» de que celebren ese encuentro los musulmanes «llegaremos a hablar con ellos».
Impugnación en los tribunales
La Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri), que preside Mounir Benjelloun, residente en Murcia, anunció ayer que interpondrá una demanda de impugnación ante los tribunales competentes «para restablecer el derecho de la comunidad musulmana a utilizar los espacios públicos en igualdad de condiciones con el resto de confesiones religiosas». Esa organización reclamó a su vez que se revocara la moción aprobada por el Ayuntamiento de Jumilla, con los votos a favor del PP tras corregir la propuesta de Vox, que se abstuvo.
Demandan, a su vez, el «cumplimiento estricto» de la Constitución Española y la Ley de Libertad Religiosa y la adopción de medidas «activas contra el discurso de odio y la islamofobia, tal y como obliga la normativa nacional e internacional en materia de derechos humanos». La Federación apunta que hechos como los ocurridos en Torre Pacheco son «actos salvajes y terroristas de persecución organizada y planificada al ciudadano musulmán», unos hechos que no califica de aislados: «Se producen en un clima de discurso de odio promovido por sectores de la ultraderecha, en especial Vox, y respaldado de forma muy preocupante por el Partido Popular en determinadas localidades».
Este discurso, subraya la Feeri, busca «enfrentar a los ciudadanos» y estigmatizar a las comunidades religiosas, «vulnerando los valores democráticos y la convivencia pacífica que defiende nuestra Constitución».
«Apartheid social»
Por otra parte, los colectivos que conforman las Marchas de la Dignidad en la Región de Murcia temen, como señalaron ayer en un comunicado, que Jumilla se convierta en un «laboratorio del apartheid social en España». En la misma línea que la federación islámica, estas instituciones consideran que lo sucedido en este municipio «no es un caso aislado», sino que «responde a una estrategia de ensayo por parte de Vox para normalizar políticas de segregación».
Conmoción por la muerte de Nadia en un accidente laboral
El fallecimiento de Nadia, la mujer marroquí de 35 años y residente en Jumilla que perdió la vida el pasado viernes cuando trabajaba en una finca agrícola Pozohondo (Castilla-La Mancha), ha causado una fuerte conmoción en el pueblo, más todavía entre la comunidad migrante magrebí. La jornalera sufrió un aplastamiento al ser atropellada por una carretilla cuando realizaba labores agrícolas. Familiares y amigos de Nadia han comenzado una colecta para recaudar de dinero de cara a la repatriación del cadáver a su país natal. Será allí donde se lleve a cabo su funeral, mientras que por el momento no hay actos organizados en la localidad jumillana. Sabah Yacoubi, presidenta regional de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes, afirmó ayer que este accidente laboral no es un caso aislado, sino «la consecuencia de un sistema que, en demasiados casos, antepone la producción a la seguridad».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión