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Imagen de archivo de la mancha blanca en el Mar Menor. Antonio Gil / AGM

El IEO achaca la mancha blanca del Mar Menor al carbonato cálcico del acuífero

Los científicos del proyecto Belich afirman que este compuesto inorgánico podría estar relacionado con la actividad agrícola y el coordinador, Juan Manuel Ruiz, asegura que atribuir la masa de agua blanquecina y el deterioro de la laguna a vertidos urbanos «no tiene ningún fundamento científico»

Jueves, 23 de mayo 2024

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El Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) ha atribuido el origen de la mancha blanca del Mar Menor a la entrada de aguas subterráneas con altas concentraciones de carbonato cálcico, un compuesto inorgánico indicativo de la naturaleza geológica del acuífero, pero que también puede tener origen agrícola. Además, ha advertido de que esta pluma conlleva una «situación preocupante» respecto a la precaria estabilidad ecológica de la laguna, pues está arrasando las praderas marinas y podría llegar a generar procesos de anoxia si el fenómeno se extendiera al resto de la laguna. Esta falta de oxígeno provocó la muerte de toneladas de peces y crustáceos en 2019 y 2021, entonces debido a procesos de eutrofización o 'sopa verde' por el crecimiento descontrolado de algas, también relacionado con el vertido masivo de nutrientes desde la cuenca, en particular desde la rambla del Albujón.

Acerca de la pluma (aparecida en 2022 frente a la desembocadura de dicho cauce y que se ha extendido hacia la isla Perdiguera, Los Alcázares y El Carmolí), un informe del IEO divulgado este jueves señala que «el semiconfinamiento y el aporte continuado y creciente en las últimas cuatro décadas de agua continental (rica en HCO3 -carbonato- y NO3 -nitrato-) han podido estar contribuyendo a incrementar la alcalinidad y el flujo de carbonato, incrementando la probabilidad de que se diera un evento de 'whiting' [blanqueamiento] al sobrepasar determinado umbral de pH». Al respecto, el investigador del IEO Juan Manuel Ruiz, coordinador del informe a través del proyecto Belich, explicó a LA VERDAD que la filtración de carbonato al acuífero tiene una de sus fuentes en la agricultura intensiva de la cuenca; en particular, señaló las áreas próximas a la entorno de la desembocadura de la rambla del Albujón, frente a la que surgió la mancha blanca en la laguna.

«El incremento del regadío en la cuenca vertiente del Mar Menor debería suponer una mayor lixiviación de solutos en el suelo, y la zona no saturada, hacia el acuífero. Más aún, la adición de estiércoles y las altas productividades de algunos cultivos podría suponer un aumento del CO2 disuelto en el agua percolante aumentando su capacidad de disolver carbonato cálcico. Los datos mostrados en este estudio avalan esta hipótesis», agregó Ruiz.

El informe del IEO expone, además, que la descarga submarina de agua subterránea es «rica en nitrato, a través de sedimentos mayoritariamente hipóxicos o anóxicos» (con déficit de oxígeno o sin él). Y recuerda que el nitrato contribuyó al «episodio de proliferación» de fitoplancton en el año 2016, el de la llamada 'sopa verde'. Ese 'bloom' de algas arrasó las praderas marinas de la laguna casi en su totalidad, pues «supuso un deterioro sustancial de las comunidades de macrófitos debido a la falta de luz solar que llegaba al fondo, con una reducción de hasta el 85,8% ese año».

Juan Manuel Ruiz, científico adscrito al Centro Oceanográfico de Murcia, añadió que los resultados de la toma de muestras en la columna de agua reflejan que «las concentraciones de nitrato tendieron a ser más altas dentro de la mancha blanca, en comparación con el resto de la laguna». Así lo adelantó este diario, haciéndose eco de un informe de este instituto de investigación, según el cual «existe un exceso de nitrógeno en el sistema«, en relación con el fósforo. Además, las mediciones de la Comunidad Autónoma en la columna de agua constatan que »lo que desestabiliza el Mar Menor es la aportación de nutrientes, que entran especialmente a través de esa rambla y del acuífero y que podrían desencadenar un episodio de eutrofización«.

Sobre las aguas residuales

Sobre las aguas residuales

En Onda Regional, Juan Manuel Ruiz explicó que el color blanco está vinculado a la precipitación de carbonato cálcico. Y añadió que los aportes «tienen que ver con la geología del acuífero, pero también con la actividad agrícola». Esta, abundó, «favorece la movilización de carbonatos y es responsable del incremento de la entrada de agua dentro del acuífero y a que aumente esa salida de aguas con carbonatos a la laguna». Además, este especialista señaló que no hay ninguna evidencia de que la mancha y el deterioro ambiental del Mar Menor tengan que ver con el vertido de aguas residuales.

«No hay incidencia de los aportes de origen urbano en lo que está pasando en el Mar Menor, ni en la mancha blanca. «No hemos encontrado ninguna relación con esos aportes. Además, es que creo que esa idea está totalmente manipulada por otros intereses, no tiene ningún fundamento científico. Ni hay detrás un análisis de datos o de análisis de cualquier tipo para saber cuál es el papel de esos aportes de origen urbano en lo que está pasando en el Mar Menor, ni en la mancha blanca ni en el resto del Mar Menor».

Como dato positivo, el IEO constata que «en la actualidad el vertido de salmueras procedentes de la desalación de agua subterránea, con muy altos contenidos en nitrato, han desaparecido prácticamente, en contraste con lo que ocurrió hasta el comienzo de la crisis eutrófica en 2016 y algún tiempo después».

Sobre la amenaza que la mancha supone para el conjunto del Mar Menor, el IEO explica que «dada la gran estabilidad de la mancha en el espacio, el lecho marino está expuesto a la presencia de partículas de carbonato cálcico en el agua y a su sedimentación en el fondo». Y añade que «los sedimentos finos afectan a las praderas marinas, no sólo por la reducción de la luz, sino también por el enterramiento de las plantas. Estos factores han provocado la ausencia total de praderas marinas bajo la zona afectada, un componente crucial del ecosistema marino que depende de la fotosíntesis».

Además, los expertos advierten de que «aunque desaparezca la mancha, los sedimentos acumulados en el fondo permanecerán, lo que significa que el sustrato seguirá sufriendo tensiones, dificultando el retorno de las praderas marinas. Si la mancha se ampliara, la continua falta de luz solar supondría una grave amenaza». Los científicos añaden que «el crecimiento de esta zona, limitando la fotosíntesis, generaría menor producción primaria, lo que favorecería la aparición de condiciones anóxicas».

Gestión integral y a largo plazo

Como aspecto positivo, ligado a los meses de verano, los científicos señalan que «la profundización de la fase seca del ciclo climático, así como el descenso de los niveles piezométricos, pueden llevar aparejada una atenuación, reducción e incluso desaparición de la mancha blanca. »Sin embargo -concretan los investigadores dando una de cal y otra de arena-, parece que las condiciones que facilitan la aparición de la mancha pueden repetirse en el largo plazo y deben tomarse en consideración en la gestión integral del Mar Menor y su cuenca vertiente».

En un comunicado, el IEO-CSIC, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU), detalló que el informe se denomina 'Origen, naturaleza, causas y consecuencias del fenómeno de mancha blanca del Mar Menor'. Este informe forma parte del proyecto Belich para el asesoramiento al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) en el Marco de Actuaciones Prioritarias para Recuperar el Mar Menor.

El estudio, resultado del trabajo de un equipo multidisciplinar de expertos del IEO y de otros centros del CSIC (CEBAS, IACT e IPE), identifica, mediante análisis de imágenes de satélite y múltiples parámetros biológicos, físicos, químicos, hidrodinámicos, sedimentológicos y mineralógicos, las posibles causas que han provocado la aparición y persistencia de este episodio de blanqueamiento en la laguna, y que apuntan a la «profunda alteración hidrológica e hidrogeológica de la cuenca vertiente».

«La presencia de microcristales de calcita y niveles elevados de carbonato cálcico, tanto en el agua como en los sedimentos, explicarían el color blanco de la mancha y confirmaría que se trata de un evento de 'whiting' similar al descrito en otros sistemas acuáticos marinos y continentales», indica el informe.

El examen de las imágenes históricas de satélite y el análisis de los testigos de sedimento sugieren que este evento es novedoso en el Mar Menor y estable desde la primavera de 2022, según la investigación revelada por el IEO.

El fenómeno, según concluye el Instituto Español de Oceanografía en su informe, «está claramente vinculado a la precipitación de carbonato cálcico», aunque el desencadenante se debería a diversos «procesos temporal y localmente singulares». «Las crecientes descargas de aguas continentales y subterráneas ricas en bicarbonatos, el aumento de la actividad fotosintética y los procesos de desnitrificación habrían aumentado la alcalinidad y el pH del Mar Menor, favoreciendo la precipitación del carbonato», según el informe.

El equipo científico del IEO constató la «ausencia total» de vegetación marina en la zona afectada por la mancha blanca debido a «la reducción significativa de la luz solar que llega al lecho marino», lo cual, según advierte el informe, «revela una situación preocupante», ya que estas praderas marinas son esenciales en la regulación de los ecosistemas del Mar Menor.

Los investigadores alertan de que, aunque pueda desaparecer en un determinado momento esa mancha blanca, permanecerán los sedimentos finos del fondo, lo que significa que el sustrato «seguirá sufriendo tensiones y dificultando el retorno de las praderas marinas».

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