Borrar
Bernardo Sánchez, Francisco Martínez y Pedro Egea, junto a miembros de la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región, este miércoles. MArtínez Bueso

Homenaje en la UMU a dos de los últimos guerrilleros antifranquistas: «Dejaban los cadáveres en las cunetas para meternos miedo»

'Quico' y Esperanza Martínez, conocida como 'Sole', dos de los últimos guerrilleros antifranquistas con vida, reciben el reconocimiento en la UMU

Daniel Vidal

Murcia

Miércoles, 15 de junio 2022

Comenta

Tienen 97 y 95 años pero aparentan muchos menos. Sobre todo teniendo en cuenta que han vivido una guerra. No una guerra de esas que se ven por la tele y se leen en los periódicos, de esas que también dejan muchos muertos pero se libran a miles de kilómetros de distancia. Ellos combatieron cara a cara contra el enemigo, que en este caso era el franquismo más cruento.

Francisco Martínez, alias 'Quico', y Esperanza Martínez, más conocida como 'Sole' en los montes donde combatía la resistencia, son verdaderas joyas en carne y hueso. Memoria viva de nuestra memoria, muchas veces capuzada por el frenesí de los acontecimientos del siglo XXI. Son historia viva de nuestro pasado, pero también historia viva de nuestro presente.

Francisco Martínez y Esperanza Martínez (que participó por videoconferencia en el acto celebrado en el hemiciclo de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia) recibieron este miércoles el Premio Memoria Histórica 2022, unos galardones que convoca en su cuarta edición la Federación de Asociaciones de la Memoria Histórica de la Región de Murcia. Son dos de los últimos guerrilleros antifranquistas con vida en nuestro país.

A sus 97 años, 'Quico' es algo duro de oído y sufre una recurrente carraspera al ponerse a los micrófonos, pero luce fuerte como un roble al llegar al campus de La Merced. También exhibe una envidiable memoria propia de quien, como dice él mismo, debe conservar la salud «por imperativo legal, para poder contarlo». Y lo que tiene que contar este vecino de Alicante no cabe en el libro que acaba de publicar el propio Francisco Martínez ('Guerrillero contra franco, Guerrillero contra el olvido'), y que aprovechó para presentar ayer en la UMU).

Y mucho menos en una página de periódico. 'Quico' (Cabañas Raras, León, 1925) combatió desde niño el fascismo. Desde que tenía uso de razón se puso del lado de «un futuro más libre, más progresista, más culto». Así se lo trató de inculcar su maestro. Un maestro de escuela «republicano» que fue «asesinado». Como sus vecinos. Como alguno de sus familiares. «Dejaban los cadáveres en las cunetas para meternos miedo», recuerda 'Quico'.

Fue en aquellos días en los que este hijo de la mina se convirtió en un rebelde. En un «luchador contra las injusticias». Y por ende, en aquellos tiempos, en «un niño de la violencia». Un niño de los que cogen las armas y combaten por la libertad, caiga quien caiga. También cayeron «muchos compañeros». En su caso, se libró porque logró exiliarse poco antes de ser capturado por el régimen. Corría el año 1951, y no regresó a su país hasta 1977. En el exilio tampoco dejó de «luchar por la libertad».

Es exactamente lo mismo que ha hechco toda su vida Esperanza Martínez, actual presidenta de la Asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE). 'Sole', nacida en una pequeña aldea de Cuenca en 1927, dio las gracias a los presentes por el reconocimiento y se mostró «encantada» por «ver a todas estas personas hablando de las guerrilleras que lucharon por la libertad». Una guerrillera como ella, que fue torturada y encarcelada por «roja y por mujer», recordó el anterior Premio Memoria Histórica, el catedrático de Historia Contemporánea de la UMU Pedro Egea, encargado de las presentaciones y quien agradeció a los premiados su «ejemplo y nobleza».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Homenaje en la UMU a dos de los últimos guerrilleros antifranquistas: «Dejaban los cadáveres en las cunetas para meternos miedo»