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La nutricionista Carolina Pérez, la doctora Carmela Sánchez, el periodista de 'La Verdad' Víctor Rodríguez y el doctor Juan Luján, ayer, en el Aula de Cultura de Cajamar, en Murcia. alfonso durán / efq
Cómo desenmascarar las 'dietas milagro'

Cómo desenmascarar las 'dietas milagro'

Los expertos coinciden en mantener una alimentación rica en nutrientes y se oponen a los métodos hipocalóricos y sin base científica

BENITO MAESTRE

MURCIA

Viernes, 18 de enero 2019, 02:46

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Conseguir, y luego mantener, el cuerpo deseado es una carrera de fondo en la que los atajos no funcionan. «Las dietas desequilibradas e hipocalóricas no valen porque son un riesgo para la salud», advirtió la doctora Carmela Sánchez, miembro de número de la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Región de Murcia y responsable de la Unidad de Nutrición del Hospital Reina Sofía de Murcia durante 30 años, ayer, en la última sesión del ciclo 'Cuida tu salud', que organiza 'La Verdad', con el patrocinio de Quirónsalud Murcia y ElPozo, y la colaboración de la Consejería de Salud.

La experta, asimismo, echó por tierra las conocidas como 'dietas milagro', a las que clasificó en cuatro grupos: hiperproteicas, disociadas, excluyentes e inclasificables. «Ayudan a perder peso a través de una manera de comer anómala, poniendo en riesgo el metabolismo por alteraciones proteicas, vitaminas y minerales. Incluso pueden aparecer trastornos de comportamiento alimentario, como anorexia nerviosa, bulimia o vigorexia, y un efecto rebote grave al no poder mantener la dieta de por vida», detalló, al tiempo que desaprobó las basadas en la sopa («entiendo que Mafalda no quisiera comerla», bromeó), la alcachofa, el yogur, la manzana, el pomelo, los potitos o el ayuno.

Seguidamente, Sánchez denunció el negocio que hay detrás de las marcas que promocionan este tipo de alimentación y destapó las características que todas tienen en común: prometen una rápida pérdida de peso sin esfuerzo, se anuncian como métodos para comer sin pasar hambre y los autores intentan justificarlas con explicaciones bioquímicas incorrectas o falsas.

«Un alimento engorda más cuando tenemos estrés y lo consumimos fuera de nuestros ciclos habituales»

La especialista en nutrición de la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Murcia y Torrevieja, Carolina Pérez, pronunció un argumento en la misma línea sobre las 'dietas milagro': «No enseñan a comer y son restrictivas, además generan estrés y provocan un efecto rebote impresionante». Apeló al «sentido común» para saber desecharlas, aunque las anuncien los personajes famosos o las siga algún familiar o amigo, porque «lo importante no es la pérdida de peso, sino el cómo lo hacemos».

Durante la mesa redonda, moderada por el jefe de Edición de 'La Verdad', Víctor Rodríguez, la experta puso el acento en la microbiota intestinal, esto es, el conjunto de 100 billones de microorganismos vivos alojados en el intestino. De hecho, estas bacterias determinan el funcionamiento del metabolismo: si son buenas, optimizan el uso y almacenaje de nutrientes, y si son malas (patógenos) ocurre lo contrario. De ahí la necesidad de apostar por la dieta mediterránea para desarrollar bacterias intestinales que reduzcan el riego de presentar obesidad u otras enfermedades, como el alzhéimer o la fibromialgia.

En este sentido, criticó la costumbre tan extendida en la Región de «celebrarlo todo comiendo y bebiendo, y precisamente la dieta murciana es hiperproteica y no ayuda a la microbiota».

Cada hora cuenta

La nutricionista, además, se centró en la importancia de los horarios de las comidas, ya que «un flan engorda más si se consume por la noche que por la mañana», ejemplificó, al tiempo que explicó que «el cuerpo humano funciona por ciclos de 24 horas y todo aquello que lo altere, favorece la obesidad. Las personas que trabajan a turnos o por la noche tienen especial predisposición a desarrollar la enfermedad».

Pérez pronunció el decálogo de la dieta mediterránea, en la que no puede faltar el aceite de oliva («como si fuera un medicamento»), las frutas y verduras frescas, los cereales ni el pescado. El consumo de agua (como alternativas, las infusiones o el caldo) debe ser de un litro y medio como mínimo al día. Al respecto, insistió en fijarse en el etiquetado de las botellas, procurando comprar aquellas bajas en sal y de mineralización débil. También aprovechó su turno para recomendar la práctica de ejercicio físico regular, adaptado y supervisado, con el objetivo de no sufrir sobreesfuerzos ni lesiones.

Aparte de la alimentación y el deporte, otro factor a tener en cuenta es la autoaceptación. «Asumo que soy imperfecta, pero no por ello me tengo que martirizar ni tener a un familiar policía que me recuerde que me salto la dieta», apostilló, para a continuación lanzar un mensaje esperanzador: «No puedo ponerme metas imposibles ni desanimarme, porque es una carrera de fondo».

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