Juan Luján: «El baipás gástrico es la única solución para personas con obesidad mórbida»

Los pacientes, antes de entrar al quirófano, deben superar una evaluación controlada por nutricionistas, psiquiatas y anestesistas. «Tenemos que ser estrictos en la selección, la cual pasan el 90-95% de las personas», afirmó Luján, quien cifró en 2.106 las operaciones realizadas en Quirónsalud hasta el pasado diciembre. La mayoría presenta un IMC de 49 kg/m2 (el rango normal oscila entre 18,50 y 24,99), tiene una media de 40 años y los motivos varían en función del sexo. «Los hombres vienen más por salud y las mujeres más por la parte estética», observó.

El médico tildó de «eficaz y única solución» esta técnica, puesto que «es la que da mejores resultados a largo plazo». «Nuestra misión no consiste en convertir a los pacientes en modelos y sí en que pierdan el 50% del peso», aclaró.

Aun así, añadió que el paciente debe comprometerse «de por vida» a llevar una buena alimentación, porque «esta intervención no es una varita mágica que quita la enfermedad, sino el medio para bajar de peso».

«Me ha cambiado la vida» es la expresión, según Lujan, que más repiten los pacientes que se han sometido a esta cirugía. Precisamente, porque «mejora la autoestima, la autoimagen y las relaciones de pareja, vas de compras y encuentras ropa de tu talla, puedes abrocharte ya los cordones de las zapatillas o cortarte las uñas», enumeró la nutricionista Carolina Pérez.

Con todo, el médico lamentó que «las autoridades sanitarias todavía no se han dado cuenta de los grandes beneficios a largo plazo que produce la cirugía de derivación gástrica en los pacientes».