El Defensor del Universitario reclama un plan de salud mental en la UMU

La salud mental, reitera Vera, representa una de las consecuencias de mayor alcance de la actual pandemia. Si diversos estudios ponen de manifiesto su impacto en la sociedad, las secuelas en el ámbito universitario son incluso mayores. «La actividad exigente universitaria tanto en su etapa de estudio como en la progresión en la carrera investigadora y docente puede intensificar la fragilidad en la salud mental y la incidencia en ciertos colectivos más expuestos; hay una mayor prevalencia y probabilidad de que los estudiantes sufran trastornos de depresión y ansiedad sobre la población en general».

No solo entre los universitarios. Según el documento, también se ha mostrado como un factor relevante para la salud física y mental del personal «el conseguir un equilibrio entre la vida laboral y familiar, cuando ciertamente las condiciones laborales y horas de trabajo y/o estudio genera situaciones muy diversas», reivindica Vera. Apuesta en su informe por coordinar todos los recursos de atención psicológica, orientación y riesgos laborales para dar respuesta a las necesidades de la comunidad universitaria. «Un sistema que cohesione y complemente las acciones de servicios que ya existen en nuestra Universidad, y que afectan a campos de gestión y enseñanza diversos».

El informe recoge datos de una encuesta reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que remarca que los jóvenes, especialmente de entre 18 y 25 años, se muestran como el grupo más vulnerable a los efectos de la pandemia en la salud mental. Ese estudio habla de fatiga pandémica, de estrés postraumático, de fobias y de miedos, y revela que el 15,8% de los españoles han tenido alguna vez uno o más ataques de ansiedad o pánico, más del 40% han sufrido problemas de sueño y un 23,4% ha padecido mucho o bastante miedo a morir por Covid 19.

Más de la mitad de los encuestados se han sentido muy tristes o deprimidos muchas, bastantes o algunas veces, el 56,3% se ha sentido agobiado y estresado muchas, bastantes o algunas veces, uno de cada dos dicen sentirse con pocas energías, y un 41,9% con problemas de sueño. Además, se ha destacado «la sensación de miedo al contagio y a la muerte en adultos jóvenes, así como el llanto varias veces al día» en este rango de edad. También que las mujeres sufren peor la situación, entre otras cosas por «una más difícil y precaria situación laboral o socioeconómica».