La consejera de Transparencia renuncia «humillada» y «señalada» por Ciudadanos
Vidal aprovechará la marcha de Ballesteros para reestructurar su parte del Gobierno e introducir a pesos pesados del partido
La consejera Beatriz Ballesteros llegó a primera hora de ayer al palacio de San Esteban con una bomba bajo el brazo. La magistrada, una independiente ... dentro de la cuota de poder de Ciudadanos en el Ejecutivo regional, solicitó la palabra nada más iniciarse la reunión del Consejo de Gobierno y comunicó a todos lo que ya había anunciado minutos antes por carta al presidente, Fernando López Miras: su dimisión irrevocable como titular de Transparencia, Participación y Administración Pública. LA VERDAD informó en primicia de la noticia nada más producirse.
Ballesteros explicó que su permanencia en el Ejecutivo era insostenible porque percibía «una pérdida de confianza» hacia ella del partido que la propuso para el cargo, en especial de su coordinadora autonómica y portavoz del Ejecutivo, Ana Martínez Vidal. Reconoció, como ya dijo en la misiva que le dirigió a López Miras, que echa en falta «el apoyo de quien me ofreció formar parte de este proyecto», lo que ha transformado en desencanto «la ilusión que tenía cuando empecé», el 1 de agosto de 2019.
Según ha podido saber este periódico, la magistrada confesó ante el resto de consejeros –que la escuchaban estupefactos– que se había sentido «humillada», «señalada» y víctima «de una campaña de desprestigio» que no podía tolerar. Tras soltar su discurso, abandonó el palacio de San Esteban, recogió sus cosas de la Casa Díaz Cassou (sede de su Consejería) y puso punto final a su etapa política. Se reincorporará a su puesto en la Audiencia Provincial de Valencia.
La responsable regional alega falta de apoyo y confianza en ella por parte de la organización, donde algunas voces le acusan de ir por libre
En la lista de agravios de la exconsejera está la insistencia de Martínez Vidal en anunciar que hará cambios importantes en las áreas que gestiona Cs en la Comunidad, lo que implica trabajar con la espada de Damocles en el cuello. La comunicación con la coordinadora, además, es inexistente desde hace tiempo. Tampoco han ayudado algunas «filtraciones» que asegura que se han producido con la intención de hacerle daño. Tiene la sospecha de que proceden de la sede de Cs en Centrofama.
En su carta de despedida, en la que no menciona a la portavoz del Gobierno en ninguna ocasión, Ballesteros dedica palabras de gratitud al presidente Miras, el que verdaderamente la nombró y firmará su decreto de cese. «Quiero agradecerte tu apoyo incondicional y el cariño que siempre he recibido de ti, no olvidaré que estuvieras a mi lado insuflándome ánimos» con la DANA de septiembre de 2019, al mes de llegar ella al cargo.
«Viene de lejos»
La dimisión de la consejera de Transparencia, responsable de una de las cuatro consejerías del Gobierno regional en manos de Cs, aviva la combustión interna que agita a la formación naranja. Si bien fuentes del partido desvinculan la salida del Ejecutivo de Ballesteros de la disputa que mantienen Ana Martínez Vidal, y la vicepresidenta y consejera de Política Social, Isabel Franco. «Lo de Beatriz viene de lejos», indicó ayer un cargo naranja.
Juan José Molina, David Sánchez y José Luis Ros, miembros del comité autonómico de Cs, suenan como recambios de Ballesteros, Miguel Motas e Isabel Franco
A la exconsejera se le reprocha dentro del partido que no haya sabido portar la bandera de la lucha contra la corrupción en favor de Ciudadanos, formación que hasta ahora se había caracterizado por ser una de las más incisivas en esta materia. «Nos quedamos con esa consejería precisamente para llevar a la práctica nuestro firme compromiso con la integridad pública y la erradicación de la corrupción, pero no se está aprovechando la ocasión», agregaba un dirigente autonómico del partido liberal.
El carácter de independiente también ha jugado en contra de Ballesteros. Fuentes de la formación naranja apuntan como uno de los motivos de su distanciamiento de la coordinadora regional, Ana Martínez Vidal, la toma de decisiones con relevancia política en la Consejería de Transparencia sin contar con Cs. Un ejemplo reciente, y que puede haber desencadenado «la pérdida de confianza» de la dirección de Ciudadanos a la que alude Ballesteros para justificar su dimisión, es el aplazamiento de la reforma del Código Ético de los altos cargos de la Comunidad que la exconsejera pretendía llevar al Consejo de Gobierno de la pasada semana. Ballesteros decidió retirar este asunto, que incluía una referencia a la obligatoriedad de respetar el orden de vacunación, del orden del día del Consejo de Gobierno después de hablar con Enrique Ujaldón, secretario general de la Consejería de Fomento y dirigente del Partido Popular. Lo más grave, sostienen las fuentes consultadas, es que en Cs conocieron la decisión de Ballesteros por el PP y no por ella.
ADN naranja
La dimisión de Beatriz Ballesteros podría ser el catalizador de la remodelación del Gobierno que la dirección nacional de Cs, a través de Carlos Cuadrado y José Luis Espejo (hoy cuestionados tras el batacazo en las elecciones catalanas) solicitaron a Fernando López Miras en diciembre.
En Ciudadanos se da por hecho que habrá cambios en el Ejecutivo, si no ahora, en breve, con el fin de ajustar la representación naranja en él a la nueva estructura de poder dentro de la organización política. Los posibles retoques que suenan en Cs para el equipo naranja del Ejecutivo serían los siguientes: Martínez Vidal pasaría a ocupar la vicepresidencia, en lugar de Isabel Franco, mientras que para el resto de consejerías en el partido suenan los nombres de Juan José Molina, actual portavoz parlamentario, para la de Política Social; David Sánchez, para el departamento de Empleo, lo que implicaría la salida de su actual titular Miguel Motas, y José Luis Ros, experto en transparencia y gobierno abierto, para ocupar el puesto que deja Ballesteros.
Los tres pertenecen al comité autonómico de Ciudadanos que dirige Martínez Vidal. La cual, además de vicepresidenta, seguiría como consejera de Empresa. Podría ceder la portavocía. De confirmarse estos relevos, supondría una clara apuesta por reforzar lo que la coordinadora denomina «el ADN naranja en el Gobierno» y también por ampliar la identificación entre los consejeros y la dirección autonómica.
Vidal anuncia cambios en el PP
La renuncia de Beatriz Ballesteros –que fue una apuesta personal suya– no pareció afectar demasiado a Ana Martínez Vidal. La portavoz compareció en la sala de prensa de San Esteban y dedicó elogios a la titular de Transparencia. Destacó «su trabajo impecable» en este año y medio en el Ejecutivo, negando que el partido Ciudadanos haya perdido la confianza en ella, como alega.
«Desde el Ejecutivo respetamos esta decisión personal y le deseamos lo mejor en su trayectoria profesional», indicó la coordinadora naranja, que insiste en que la remodelación «integral» que prepara «no solo afectará a nombres, sino que implicará una redistribución de competencias».
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Asimismo, la consejera de Empresa sorprendió al anunciar que sus socios del Partido Popular también preparan cambios «por lo que me ha transmitido a mí el presidente» López Miras. Fuentes del Partido Popular dudan de que el jefe del Ejecutivo regional, que se caracteriza por su hermetismo a la hora de hablar de nombramientos, haya compartido con Ana Martínez Vidal sus intenciones. Y menos en estos momentos en los que la relación entre ambos se encuentra deteriorada. Molestó que, precisamente ella que reivindica la independencia de Cs dentro de la coalición, se tome la licencia de airear los planes de futuro populares.
A López Miras le preguntaron también por la dimisión de Ballesteros en su comparecencia tras la visita del ministro de Agricultura, Luis Planas. Declaró que «estuvo a la altura de lo que exige ser la consejera en materia de Emergencias» con el episodio de lluvias torrenciales de 2019.
La portavoz de Podemos, María Marín, indicó por su parte que no puede evaluar su gestión «porque ha estado desaparecida».
Franco abandonó el Consejo de Gobierno al conocer la dimisión
La vicepresidenta del Gobierno regional y consejera de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social, Isabel Franco, abandonó la reunión del Consejo de Gobierno celebrada ayer justo después de conocer la dimisión de Beatriz Ballesteros. Varias fuentes confirmaron a LA VERDAD que la responsable de Política Social estaba exponiendo uno de los puntos que llevaba al Consejo cuando no pudo seguir y se marchó de la sala, visiblemente afectada por la marcha de Beatriz Ballesteros.
La consejera portavoz y líder regional de Cs, Ana Martínez Vidal, afirmó desconocer los motivos por los que Franco abandonó la reunión del Consejo, pero lanzó un dardo a la vicepresidenta: «Son momentos de responsabilidad y gestión, y de asistir al Consejo de Gobierno, por encima de cuestiones personales». La salida de Franco del Ejecutivo se da también por segura. No obstante, la que fuera candidata en las elecciones de 2019 conserva su escaño en la Asamblea, donde podría encontrar acomodo como portavoz si se confirma la entrada de Juan José Molina en el Gobierno.
La espantada de Franco no afectó al normal desarrollo del Consejo. Todos los puntos del orden del día fueron aprobados porque, pese a que no estaban la vicepresidenta y la titular de Transparencia, había 'quorum' suficiente para aprobar las iniciativas.
Por su parte, Miguel Motas, que también entró en la Comunidad como independiente aunque luego se afilió a Cs, declaró a LA VERDAD que no piensa seguir los pasos de su compañera y amiga Ballesteros. «Mi equipo y yo estamos trabajando con ahínco», dijo.
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