Más complementarios que excluyentes

Los tres candidatos a la secretaría general del PSOE regional, en las primarias que se celebran este domingo, María González Veracruz, Francisco Lucas y Diego Conesa, ofrecieron ayer en la sede del partido un ejercicio de corrección política inusual en la historia de esta organización. Las coincidencias fueron más numerosas que las discrepancias en el único debate que enfrentará a los tres adversarios antes de la votación, y las críticas entre ellos, escasas y sutiles.

Conscientes del cansancio de la militancia por las guerras internas vividas en el último año en la organización federal, y de la ocasión que se les presenta en las elecciones locales y autonómicas de 2019, los tres candidatos optaron por la mesura y el perfil constructivo, y por orillar la acritud y el enfrentamiento directo y personal en el debate organizado por el propio partido.

Sobre todo la diputada González Veracruz, que anunció su intención de contar con Lucas y Conesa si gana las primarias, y puso el foco en la necesidad de «preparar el partido para aprovechar la oportunidad histórica» que suponen los próximos comicios.

«El verbo clave en estas primarias es escuchar -indicó el alcalde de Alhama, Diego Conesa-, y lo que la militancia nos está pidiendo es fraternidad, unidad y participación». La necesidad de conceder mayor protagonismo a las agrupaciones locales, reforzar su papel en la organización e impulsar el trabajo municipalista fue otra de las coincidencias. «Ya está bien que Princesa -sede regional- parezca un partido y las agrupaciones otro», señaló Francisco Lucas, pedáneo de El Raal, el más arrojado de los tres -«inconformista», según él-, que llegó a ofrecerse para «subir al tractor con los agricultores» en sus reivindicaciones de agua, y a «ponerse en las vías del tren» con los defensores del soterramiento, si fuera necesario.

En el primero de los dos bloques en que se estructuró el debate, María González pidió «un partido exigente y con peso político en Madrid, cercano y volcado con los municipios», mientras que Lucas abogó por afrontar de una vez por todas «el relevo generacional» y coincidió con la diputada en la puesta en marcha de una campaña para aumentar la militancia del partido.

Los tres se comprometieron a resolver la situación del municipio de Murcia, cuyas trece agrupaciones carecen de una dirección común.

Los pocos piques que se produjeron fueron a cuenta de la corrupción, cuando Lucas reprochó que la ejecutiva del PSOE no había plantado cara a los casos protagonizados por dirigentes del PP, y Veracruz le respondió que muchos de esos casos afloraron precisamente por denuncias socialistas.

En otra ocasión, la diputada quiso resaltar su trayectoria política al apuntar que, amén de la participación, «un secretario general debe tomar decisiones, y para eso hace falta experiencia». «Por mucha experiencia que tenga el secretario general, lo que hace falta es hacer política de verdad, y esa se hace en la barra del bar, en el trabajo, en el supermercado», respondió Conesa.

El segundo bloque temático del debate, moderado por el periodista Joaquín Azparren, se basó en las recetas de los candidatos a los problemas de la Región. Se habló de mejorar la financiación autonómica y las infraestructuras, con palabras de apoyo a la Plataforma Pro Soterramiento de Murcia, y de resolver el eterno problema del agua. Conesa puso mayor énfasis en proponer «fórmulas para amortiguar la tremenda desigualdad» existente en la sociedad murciana, mientras que Veracruz incidió en la creación de empleo que se obtendría por medio «del liderazgo en la generación de energías renovables».

Tras el debate, Conesa asistió a un acto de campaña en Molina, en el que contó con el respaldo de Odón Elorza, exalcalde de San Sebastián y miembro de la ejecutiva federal, lo que generó malestar en las otras candidaturas por considerar que su presencia rompe la neutralidad en las primarias de la dirección de Pedro Sánchez.