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La imparable progresión del color marrón en los montes públicos y privados de la Región de Murcia ha dejados cortas las medidas preventivas adoptadas ... hasta ahora y ha aumentado el riesgo de incendios en zonas cada vez más próximas a urbanizaciones de viviendas, naves de uso industrial y comercial, carreteras, tendidos eléctricos y otras infraestructuras.
En el municipio de Murcia, el Ayuntamiento tiene previsto actuar en las próximas semanas sobre una superficie de 30 hectáreas en el entorno de El Esparragal y el Campillo, en Monteagudo (en la finca Polvoriones) y en Torre Guil, junto a la zona residencial de la pedanía de Sangonera la Verde. Así lo aseguraron ayer a este diario fuentes del equipo de gobierno, y señalaron que las intervenciones incluirán talas de pinos» y otras medidas para atajar el peligro de inicio y propagación del fuego y proteger a la población.
El Consistorio actuará en los alrededores de la urbanización Montepinar, donde ya hizo en junio una limpieza y un desbroce en terrenos de propiedad municipal. Allí tiene ocho hectáreas, donde el riesgo es cada vez más visible desde las carreteras del entorno, al igual que ocurre con la zona de viviendas de los Altos del Cantalar, a medio camino entre Cobatillas y Cabezo de Torres.
Estas y otras situaciones suponen un reto a corto plazo para otros ayuntamientos de la Región con masas forestales próximas a viviendas.
En este contexto, Ecologistas en Acción ha reclamado que la Comunidad Autónoma y los ayuntamientos destinen más medios humanos y materiales, actúen con urgencia y den la «máxima prioridad» a la lucha contra la sequía y las plagas forestales, desde un enfoque que garantice «la preservación de la biodiversidad».
Rubén Vives, portavoz de la organización, recalcó la importancia de que talas, podas y fajas auxiliares vayan acompañadas de medidas como la mejora de la cubierta vegetal del suelo con plantas arbustivas. Citó la introducción de especies autóctonas como lentisco, acebuche, efedra y espino negro. Recordaron que hay densidades de pinos que triplican «lo razonable» y suponen una «feroz competencia por el suelo» y sus nutrientes, pues hay hasta mil por hectárea cuando debería haber entre 300 y 350 y eso obliga a realizar ahora talas masivas.
No obstante, reclamó «que el Gobierno regional de López Miras destine más recursos» y «se tome en serio la planificación de la gestión forestal», en aspectos como el manejo de la biomasa. Anticiparse es «una cuestión vital en regiones semiáridas como la nuestra, muy expuesta a los efectos del cambio climático».
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